Es potosino. Dejó su tierra hace 20 años para asentarse en Montero, donde se inició en la vida pública al frente de una OTB, después en el Comité de Vigilancia. Es militante del MAS desde hace cinco años. Dice que al interior del partido hay infiltrados que no respaldan el proceso de cambio
- ¿Cómo ve a Montero de aquí a 10 años?
- Es una ciudad que vive del comercio y del servicio. No tiene ninguna industria, pero queremos convertirla en una ciudad industrial. Trabajaremos por impulsar el parque industrial; tenemos que ayudar a la facultad universitaria y hay que hacer gestiones para mejorar las vías camineras.
- ¿Cuáles son los proyectos prioritarios para Montero?
- Primero nos dedicaremos a ejecutar lo que queda del POA, pero desde agosto elaboraremos el nuevo presupuesto, en el que se prioricen las obras que ofrecimos en la campaña, como la terminal bimodal, el segundo anillo de circunvalación y hospitales para dos distritos. En 90 días llamaremos a elección para subalcaldes.
- ¿Cree que el país va por buen camino?
- El país está viviendo un proceso de cambio y en todo proceso hay repercusiones porque nada es fácil. Hay dirigentes que apoyan este proceso pero de mala fe, porque entran por apetitos personales. Otros ingresan a sindicatos o al MAS con un 50% de aspiraciones propias, de querer ser algo, pero no apuntan arriba, hasta donde yo he llegado.
- ¿Hay descontento social por las política del Gobierno?
- Uno de los problemas es por el incremento salarial (del 5%). No se puede aumentar por aumentar; por ejemplo, hay muchos profesores que trabajan en unos colegios como directores y en otros son docentes. En el sector salud también hay casos similares
- Habla de intereses personales, ¿el presidente Morales está rodeado de gente así?
- Hay gente que se camufla. Es que el Presidente no puede hacer seguimiento a todos. En la anterior elección hubo parlamentarios que traicionaron al MAS, a pesar de que se habían envuelto con la bandera azul y blanco. En esta gestión, hay diputados que han salido electos y tienen ganas de volverse ricos, en vez de ganas de servir al país.
- ¿Qué opina de la propiedad privada?
- Es un derecho que está en la nueva Constitución. Yo tengo mi propiedad privada y se la debe respetar. Mucha gente, en especial los loteadores, se embanderan con los colores del MAS y la wiphala, pero no son de nuestra línea. Eso existe en Montero y seguramente tendré choques con ellos.
- El diputado Edwin Tupa intentó hacer de mediador en este conflicto. ¿Qué opina de eso?
- Es un diputado desubicado, que lamentablemente salió electo, pero siempre estuvo manejando ese gremio que es de los inquilinos, donde se camufla mucha gente.
- Al no tener mayoría en el Concejo, ¿cómo evitará que el municipio se vuelva conflictivo?
- El tener mayoría o comprar la conciencia de los dirigentes es la vieja práctica de la política tradicional. En mi gestión, primero será el pueblo el que sabrá cuánto costó la obra porque las bases me dieron el voto y no un grupo de concejales.
- Entonces, ¿no le interesa la mayoría en el Concejo?
- Para mí, más bien es un obstáculo tener mayoría en el Concejo porque empiezan a pedir cuotas y eso es sinónimo de corrupción. Mis concejales de oro son el pueblo, él será mi aliado.
Perfil
Sembrador de frejol y arroz
El potosino Mario Baptista Conde dejará de lado su terreno de 20 hectáreas que tiene en la provincia Sara para dedicarse de lleno a la administración de la Alcaldía de Montero.
El 24 de octubre cumplirá 38 años de edad y actualmente vive, junto a uno de sus hermanos, en el barrio 27 de Octubre. “Nunca me casé y no tengo más familia en esta tierra”, dijo el masista al que hace años la muerte le arrebató a su único heredero, Mario Alexander.
El nuevo alcalde quedó huérfano de padre y madre cuando apenas tenía ocho años. Completó el bachillerato y prestó el servicio militar en Cobija. Baptista empezó dirigiendo una OTB y el 4 de abril fue electo como el nuevo alcalde de Montero, por la sigla del MAS. Es militante del MAS desde hace cinco años.
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