Un caso que llamó la atención fue el enorme porcentaje de votos en blanco en la franja de concejales y de los asambleístas por población y territorio. Mientras, en promedio, la votación en blanco para los alcaldes fue de 6,4 por ciento, en la franja de concejales se llegó al 16,2 por ciento. Lo mismo ocurrió con los candidatos a gobernadores: 13,6 por ciento, contra 22 por ciento de blancos alcanzados por asambleístas.
El presidente de la CDE, Joaquín Pérez, interpreta que el caso puede deberse a dos razones: la primera, que los candidatos a concejales o asambleístas departamentales no hicieron mucha propaganda y por tanto la población no los conocía, y la segunda, que la gente no llegó a informarse en su totalidad sobre la forma en que debía votar pese a la insistente campaña de educación.
“La verdad, mucha gente no presta atención. De todos modos, fue la primera votación de estas características y aún no se han hecho estudios de esta situación”, dijo.
La analista política María teresa Zegada cree que ambas son posibilidades reales, pero se inclina más por la segunda. “En nuestro país, existe muy poca cultura de ‘[no conozco, no voto’. La gente siempre termina decidiendo por alguien. Es mucho más probable que haya habido poca información. Es muy posible que la gente haya pensado que al votar arriba haya supuesto que también votaba por el de abajo”, dijo.
También coincide en que de todos modos, habrá que analizar dónde hubo más voto en blanco.
VOTO CRUZADO
Llaman la atención los casos de los candidatos a concejales Ninoska Lazarte y Julio Baldivieso. La primera ganó en votación para concejales en Cercado y el segundo superó ampliamente a su candidato a alcalde Álex Contreras.
Zegada interpreta que eran dos personas ampliamente conocidas por el electorado y es una alerta para que las encuestadoras modifiquen sus cánones de medición.
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