El modelo autonómico ‘pluri’ rinde examen en Santa Cruz

La lucha por la autodeterminación guaraní. Un manifiesto de la Nación Camba, en 2000. Un cabildo autonómico, en 2004. Consultas por la autonomía departamental en 2006 y por un Estatuto que el Gobierno no aceptó en 2008. Retazos de historia reciente de Santa Cruz, el departamento donde surgió la autonomía, y que hoy día, cuando seis de sus municipios van a referéndum sobre sus cartas orgánicas (El Torno, Buenavista, Yapacaní, Cuatro Cañadas y El Puente) y sobre la decisión de convertirse en una autonomía indígena (Gutiérrez), dan sentido a los cambios que pueden venir con los resultados.

Para el Gobierno, la cosa se resume así: el ministro de Autonomías, Hugo Siles, admite que con esta votación la población le tomará (otro) examen al modelo autonómico plurinacional, el que promovió el Gobierno, en seis municipios de la región que ‘parió’ la autonomía (con una perspectiva distinta).

El 20 de septiembre de 2015, La Paz, Oruro, Cochabamba, Chuquisaca y Potosí le dijeron No a sus estatutos autonómicos departamentales; Totora Marka (Oruro) rechazó su estatuto autonómico indígena; y Huanuni (Oruro) también dijo No a su carta orgánica. Solo Charagua (Santa Cruz) aprobó su estatuto indígena y Tacopaya y Cocapata (Cochabamba) sus respectivas cartas orgánicas.

Ambas consultas se hacen bajo los parámetros legales del Estado Plurinacional que consolidó Evo Morales en la última década; la diferencia es que ahora, al ser las alcaldías las impulsoras de la consulta no hay oposición, independientemente a si los ediles son del MAS, de Demócratas u otros.

Para otros, la realidad es distinta. La Gobernación cruceña ha decidido no intervenir en las autonomías municipales. La administración del gobernador Rubén Costas está más enfocada en discutir una propuesta de pacto fiscal para consolidar nuevos recursos para la autonomía departamental y para los otros niveles de gobierno.

En el caso de los abogados constitucionalistas Juan Carlos Urenda, uno de los proponentes de las autonomías departamentales, y para el abogado Willam Herrera, poco cambiarán las cualidades de autogobierno en los municipios que aprueben sus cartas orgánicas, dado que existen normas nacionales, como la Constitución y la Ley Marco de Autonomías, entre otras, que cercenan recursos y competencias a los municipios y gobernaciones.

Sin oposición

Jorge Chávez se hunde en una banca de la plaza central de El Torno, a 32 kilómetros al suroeste de Santa Cruz de la Sierra, bajo el sol de mediodía. Este vecino, de más de 40 años, cuenta que está pasando algo inusual acá: el alcalde demócrata, Gerardo Paniagua, que es un bravo rival del MAS, ha hecho campaña por igual con las bancadas de Demócratas y con el partido del presidente por el Sí a la Carta Orgánica. Y a él, dice, lo han convencido.

José Meras, un transportista, cuenta lo mismo. Le parece poco común, pero es así, de tal forma que él también los apoya porque han prometido que con la carta orgánica aprobada, el municipio podrá organizarse de forma diferente y generar más proyectos en favor de su sector.
En Buenavista, a 105 km al norte de la capital, pasa algo parecido. Nadie ha visto salir a alguien a hacer campaña por el No, como pasó el año pasado, por ejemplo, en Charagua, antes del referéndum del 20 de septiembre, donde hubo bandos y campañas por el Sí y por el No al estatuto autonómico indígena Charagua Iyambae.

Sandra Aramayo (24), que vive en una comunidad de Buenavista, cuenta que ha habido campaña a la cabeza del alcalde (de Demócrata), Bladimir Chávez, a favor de la carta orgánica, pero que hasta su comunidad no llegaron explicaciones sobre para qué va a servir la carta orgánica.

Ella no sabe, por ejemplo, que este documento equivale a una Constitución del municipio, que puede cambiar cómo se organizan la Alcaldía, el Concejo y el rol de la sociedad civil y del Control Social.
Según el Ministerio de Autonomías, en las 15 entidades territoriales autónomas que irán a votación hoy, nadie se ha inscrito para hacer campaña por el No, de modo que el cálculo apunta a una votación positiva en todos los casos.

El caso de Gutiérrez
A 212 km al suroeste de la capital cruceña, Gutiérrez es un pueblo clavado en el Chaco cruceño, cuya población es un 67% guaraní, según el último censo. Gutiérrez vota hoy para ver si acepta o no convertirse al régimen de autonomía indígena originario campesina (AIOC). Si gana el Sí, se deberá redactar un estatuto autonómico indígena y volver a referéndum para completar el cambio. Y si bien no se ha registrado una campaña abierta con la conversión, Benito Bartolo, capitán grande de Caipipendi, dijo antes que hay algunos que se oponen, sobre todo los ganaderos de la zona.

Para Urenda, la experiencia de las autonomías indígenas es nueva para el mundo y aún no se puede hacer juicios de valor. “Habrá que ver cómo se conjuncionan con el Estado de derecho”, opina, algo escéptico.

Para Leonardo Tamburini, abogado y defensor de los derechos de los pueblos indigenas, uno de los aciertos de la Constitución del Estado Plurinacional es su amplitud democrática de reconocer legalmente las formas de autogobierno de las comunidades indígenas que no necesariamente tienen que seguir todos los dogmas del ‘catecismo’ liberal y que pueden aportar a una nueva idea de democracia menos caudillista y de más control social. Tamburini no descarta que las autonomías indígenas adopten los mecanismos de gobierno que consideren útiles para ellos.

Para Siles, la falta de comprensión de las autonomías indígenas encierra una visión que no comprende la democracia comunitaria de los indígenas de tierras bajas y que vio en la autonomía, más que un progreso en el modelo de gestión administrativa con descentralización, una opción política para contrarrestar el poder de un gobierno elegido con claras ventajas, como el de Morales