08 diciembre 2014

Ante desconfianza en políticos Surgen nuevas agrupaciones regionales

Un informe aún provisional considera que 155 agrupaciones ciudadanas, de carácter regional estarían autorizadas para intervenir con sus propios candidatos en las elecciones del 29 de marzo 2015 y que otro medio centenar espera lograr su inscripción en el Tribunal Supremo Electoral.

Alrededor de doscientas agrupaciones y frentes políticos competirían entre sí y contra los actuales partidos del sistema político: Movimiento Al Socialismo (MAS), Partido Demócrata Cristiano (PDC) y la alianza Unidad Demócrata entre el Movimiento Demócrata Social y Unidad Nacional (UN).

El fenómeno de este inusual incremento de fracciones políticas podría tener su origen en el desencanto y frustración de la sociedad boliviana, respecto al comportamiento de los jefes de partidos, sobre todo de oposición que no quisieron, en la práctica, unirse en torno a una sigla y a una sola candidatura en las pasadas elecciones del 12 de octubre 2014.

La sugerencia de que la oposición debería unirse para enfrentar al MAS y su líder Evo Morales afloró como una tendencia persistente en por lo menos tres encuestas de agosto a octubre de este año. La reacción de los candidatos, Samuel Doria Medina, Jorge Tuto Quiroga, Juan del Granado y de Fernando Vargas fue rechazar un acercamiento sincero para organizar un solo bloque con un solo candidato a la cabeza.

Ninguno de los oponentes a Evo Morales, ni siquiera intentó ceder el restringido espacio político que supuestamente tenía, en provecho de otro candidato que represente a la oposición.

Más pudieron los rencores e intereses personales, que la unidad. Debido a esa falla, sólo explicable por sobrestimar sus propias candidaturas, la oposición perdió imagen ante los sectores votantes y facilitó la concentración del voto en favor del oficialismo.

Los resultados aún pesan en la opinión pública. Evo Morales, con el 61,36 por ciento, UD con 24,23 por ciento, el PDC logró 9,04 por ciento y MSM y PVB perdieron su personería con 2,71 por ciento 2,65 por ciento, respectivamente, partidos que perdieron su sigla y fondearon a sus respectivos líderes.

En cierto modo, los candidatos de oposición compitieron entre ellos y así, desgastados, fueron a las elecciones del 12 de octubre, decididos, irónicamente, a perder. No hay otra explicación.

Hoy la figura es muy delicada para oficialistas y opositores que además de disputar los espacios regionales, tendrán que enfrentar nuevamente la dispersión del voto, además, de competir contra las mencionadas nuevas agrupaciones y frentes inscritos para las elecciones del 2015.

La alta dirigencia del MAS, en continua campaña y pese al inobjetable liderazgo de Evo Morales, tiene que resolver urgentes problemas en el seno interno del partido de gobierno. Por ejemplo, los candidatos a gobernadores de Chuquisaca y de Cochabamba, entre otros, escogidos por el actual mandatario boliviano, no son admitidos como representantes propios de los movimientos sociales regionales y locales.

Este es un gran problema para el MAS y refleja ciertos indicios de descomposición política, interna, refrendada por un caiciquismo local, que trata de imponer por una parte, nuevos candidatos y por otra, una renovación necesaria.

Las nuevas agrupaciones regionales, con tinte local, a su vez, constituyen punta de lanza de la dispersión del voto y anuncian una readecuación de fuerzas que, es posible, se desarrollará bajo la tendencia de un nuevo perfil político en el futuro escenario boliviano.

Es decir, una tendencia que mira más allá de las elecciones del 2015, proceso que buscará nuevas opciones políticas y nuevos líderes, descartando liderazgos mayores o menores, que están aún en pie, en este último mes del año 2014.

A partir de enero 2015, es decir, en semanas más, las agrupaciones ciudadanas que seguramente pasarán un registro legal mayor a doscientas facciones, con seguridad impondrán un ritmo y tal vez una nueva percepción a la sociedad boliviana. (Clovis Díaz) (clovisdiazf@gmail.com).

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