Cocarico presume del trabajo de planificación realizado durante su gestión. "Somos el único departamento que tiene una proyección al 2025 y al 2050”, afirma. Se trata de un proyecto, elaborado con el apoyo de la UMSA, que contiene las políticas departamentales para los próximos 35 años, con "una visión de desarrollo completamente distinto”.
Propone, por ejemplo, contener la emigración acelerada que sufre el departamento mediante la creación de nuevas ciudades y del fortalecimiento de las ciudades intermedias, a fin de "ofrecer a los paceños su propio territorio”. Y esto, obviamente, está "casado” con proyectos de educación y salud, y proyectos productivos.
También presume de un Plan de Desarrollo Departamental. "No conozco otro”, dice.
Tras recordar que La Paz no tiene muchos recursos financieros, destaca los nuevos ingresos del departamento, como las regalías mineras. "Hasta el 2012, nos ingresaban aproximadamente 50 millones de bolivianos al año, desde 2014 vamos a percibir 140 millones, gracias a que hemos logrado que los cooperativistas auríferos paguen regalías”, sostiene.
Cocarico espera que en los próximos años el departamento pueda contar con todos los servicios básicos y, además, con la infraestructura necesaria para conectar el norte con el sur, no sólo por tren y carretera, sino también por vía área. "Eso nos va a permitir articularnos mejor, pero también generar un movimiento económico interesante”, concluye.
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