10 diciembre 2013

Cinco fuerzas de la democracia pactada buscan reflotar en 2014



Cinco partidos políticos que fueron parte de la estructura del Gobierno en la época de la denominada democracia pactada (1985-2003) exploran fórmulas para reflotar en las elecciones de 2014. Trabajan en la reestructuración institucional y anuncian alianzas con otras fuerzas.

El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Acción Democrática Nacionalista (ADN), el Frente Revolucionario de Izquierda (FRI), el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Unidad Cívica Solidaridad (UCS) son las organizaciones que buscan recuperar los espacios que perdieron con la crisis política de 2003 y que se zanjó en 2006 con el ascenso de otros políticos.

La democracia pactada corresponde a una etapa de 18 años en la vida democrática del país que estuvo caracterizada por alianzas que asumían los partidos que quedaban en los primeros lugares, pero sin mayoría absoluta, en los comicios electorales.

Alianzas. En noviembre, los cinco partidos que tienen personería jurídica vigente presentaron sus estatutos al TSE, lo que es un paso para asegurar su participación en las elecciones.  La actual dirección del MNR encabezada por Erick Morón, jefe nacional electo en agosto, culminó con el proceso de estructurar, en los nueve departamentos, las direcciones regionales. Con todo, no descartan la conformación de alianzas, aunque el principal objetivo en 2014 será “retomar el poder para recuperar la República de Bolivia”, aseveró el principal dirigente, cuyo partido fue gobierno en 1985 cuando acordó con ADN de Hugo Banzer el Pacto por la Democracia, la primera coalición política que dio base a esa etapa democrática del país. El MNR también llegó al poder en 1993 gracias a un acuerdo con el Movimiento Bolivia Libre, hoy desaparecido, y UCS. En 2002 logró volver con el apoyo de Nueva Fuerza Republicana (NFR) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), ambas fuerzas perdieron sus personerías jurídicas.

ADN, que pretende ser una fuerza política de oposición el próximo año, cursa en dos rumbos de decisión. “Seguramente nos presentaremos con la sigla”, anunció su jefe nacional, Freddy Terrazas, sin embargo, no descartó alianzas “pero sobre la base de siglas políticas, no de personajes”. Según el registro del partido, actualmente cuenta con 130.000 militantes.

Entre 1989 y 1993, este partido gobernó en alianza con el MIR, a pesar de que éste salió tercero en las elecciones de entonces. En 1997, ADN fue gobierno cuando conformó la llamada Megacoalición con el MIR, Conciencia de Patria (Condepa) y UCS.

Esta última fuerza está inscrita en el TSE y participará en las justas electorales, según su dirigente Nelson Guachalla. El PDC, que pretende la candidatura del exmandatario Jorge Quiroga, apoyó al gobierno de ADN en 1997 y prestó la sigla en 2005 a la agrupación ciudadana Podemos. Para la próxima gestión prevé hacer alianzas. Similar posición asume el FRI. Tras un congreso en octubre decidió “conformar un verdadero frente amplio de oposición”, afirmó el secretario del partido, Wálter Villagra.

La etapa de los Pactos

Albores

La democracia pactada se inició en 1985 con el Pacto por la Democracia.

Partidos

Los partidos que en esa época fueron gobierno son MNR, ADN y MIR, este último ya no tiene personería jurídica.

‘Corrupción y mala gestión acabaron con la etapa’

El politólogo Marcelo Silva consideró que la etapa de la democracia marcó un periodo importante en la vida democrática del país por los efectos positivos y negativos que tuvieron los casi 18 años de gobiernos encumbrados por efecto de las alianzas políticas.

“Creo que hubo luces y sombras en esta etapa democrática”, manifestó el politólogo tras considerar que los principales protagonistas de esta etapa fueron el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), Acción Democrática Nacionalista (ADN) y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), por llegar al poder.

“Lo bueno que dejaron fue la institucionalización del país”, explicó Silva. “Otro aspecto importante fue la recuperación democrática”, enfatizó, hecho que, añadió, posibilitó la aparición de líderes indígenas en la escena política.

“Las sombras fueron la oligarquización del poder”, es decir que “sólo algunos sectores ostentaban el poder”, y culminó con la “corrupción y la mala gestión pública”, que según el politólogo, son las causas que originaron la crisis de esta etapa democrática que terminó con la caída del último gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en 2003 por efecto del levantamiento popular de octubre de ese año.

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