El ex mandatario de Bolivia, durante su exposición en el Círculo de la Unión, que festeja su 90 aniversario, señaló que ahora se sentirán las consecuencias de los elefantes blancos, las nacionalizaciones, los costos recuperables, sobreprecios, gasto corriente, entre otros, que se dieron en los últimos gobiernos
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Tomando en cuenta los factores políticos, democráticos y económicos que vive y vivió el mundo, la región y en particular el país, en los años de transición del siglo XX al siglo XXI, el ex presidente Jorge (Tuto) Quiroga, aterrizando localmente afirmó que ya se terminó la “jauja” (prosperidad y abundancia) en Bolivia y vaticinó que el 2023 será un año “tremebundo, trepidante y preocupante”, es decir intenso y de terror.
La afirmación la realizó durante su exposición titulada “Latino América en el nuevo orden mundial”, en la primera Conferencia del año organizada por el Círculo de la Unión, que el presente año conmemora sus 90 años de existencia.
Tras realizar una rememoración de diferentes factores e hitos históricos globales que impactaron sobre la región y el país, entre ellos la importante demanda de materias primas por parte de China, en lo económico, y el ingreso del autoritarismo democrático con el chavismo, en lo político; Quiroga señaló que en algunos países de América Latina se pasó de un periodo de estabilidad económica a uno de lucha por la sobrevivencia de la democracia o de recuperación de la misma de manos de la tiranía.
Calificó de regímenes tiramos a Cuba, Nicaragua y Venezuela y dijo que Bolivia, con los gobiernos del MAS (Movimiento al Socialismo), está también en ese camino. Rememoró cómo el chavismo, con su líder Hugo Chávez, se abrió paso con financiamiento económico en países como Venezuela, Brasil y Argentina, inicialmente, para luego seguir por Bolivia, Ecuador y Paraguay.
En el ámbito económico, recordó como el MAS –tras un ciclo de inestabilidad vivida en Bolivia– recibió un país limpio de deuda externa, (comercial, bilateral y multilateral), a todo gas (con suficientes reservas de gas natural, contratos y nuevos gasoductos para exportarlo a mercados de Brasil y Argentina, y un IDH del 50%), y con buena minería (plomo plata y zinc), cuya demanda se elevaba tanto en volúmenes como en precios.
“La bonanza económica, por la herencia que recibieron, fue espectacular en el Gobierno del MAS. Esta era la oportunidad económica más grande, la era económica más importante de la historia de Bolivia, y estos señores se la farrearon”, lamentó el ex mandatario.
Indicó que los mercados energéticos de Brasil y Argentina, representaron la mitad del crecimiento económico de Bolivia, lo cual además permitió el autoabastecimiento de combustibles líquidos, importante cantidad de ingresos fiscales para pagar los bonos sociales, superávit fiscal, sostener un tipo de cambio fijo del dólar y que las reservas internacionales netas del Banco Central de Bolivia (BCB) sigan subiendo.
Sin embargo, recordó que el años 2015 empezaron a caer los precios y la producción de gas en Bolivia, terminándose el periodo de auge local, en el que los gobiernos del MAS “se farrearon los recursos del gas, quemaron las reservas y dejaron al país endeudado”.
Ahora (2023) se sufrirá las consecuencias de los elefantes blancos, las nacionalizaciones, los costos recuperables, sobreprecios, gasto corriente, entre otros, remarcó el expositor al asegurar que los gobiernos del MAS se “farrearon” más de USD 100 mil millones.
“Con los elefantes, los costos recuperables, sobreprecios, gasto corriente tenemos cuantificado que se han ido entre USD 55 y 58 mil millones…, las reservas del BCB llegaron a USD13.227 millones el 2014 y los boletines publican que han caído este año a USD 620 millones…, y a esto se suma la deuda externa y las deudas a las AFPs y al BCB, que alcanzan más de USD 30 mil millones”, reveló.
Se comieron el dinero del Fondo Productivo (FINPRO), del Fondo de Protección al Ahorrista (FPA), gran parte del Encaje Legal para los dólares depositados, añadió Quiroga. Como otras medidas del MAS que hoy pasan facturas mencionó al tipo de cambio fijo (desde noviembre del 2011), los subsidios energéticos indiscriminados, la falta de acceso a mercados y a fuentes externas de financiamiento.
Por otro lado los compradores de gas, como Brasil y Argentina, se han vuelto autosuficientes, e incluso el segundo se convirtió en un competidor de Bolivia porque le venderá gas al Brasil, sostuvo.
Por lo dicho en la parte económica, este 2023 va a ser el año más difícil desde la UDP, a lo que se suma la presente crisis callejera, económica y de gobernabilidad parlamentaria, manifestó Quiroga al indicar que este año se está vivirá una situación de ingobernabilidad, ya que no habrá forma de atender holgadamente las pretensiones económicas de maestros y jubilados, entre otros.
“Este año se va a determinar además si Bolivia entra a ser miembro pleno, con derechos absolutos, del club de las cuatro tiranías, donde no hay prensa libre, no hay oposición y no hay elecciones justas y transparentes”, subrayó.
Globalmente, Quiroga señaló que se ve un panorama sombrío donde se tienen que ver tres elementos: primero la llegada de un ciclo desestabilizador en el mundo en desarrollo -mucho más en África y Asia que en América Latina- con la subida de los precios de los combustibles, la comida y el tipo de cambio.
Segundo, el resultado de la guerra entre Rusia y Ucrania, debido a que los rusos siguen teniendo influencia en Cuba y Venezuela, considerados enclaves soviéticos donde se propagan los elementos autoritarios, por lo que es importante que Volodimir Zelensky derrote a Vladimir Putin para cambiar esta situación que está vinculada al futuro de nuestros países.
Tercero, es necesario estar atentos con lo que pueda suceder en Perú y Argentina, en el tema de la posible expansión de gobiernos cómplices de las cuatro tiranías, que podrían hacer más difícil la lucha por la democracia.
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