14 enero 2019

Entrega de Battisti a Italia provoca aplausos y críticas en Bolivia



La expulsión de Bolivia del italiano Cesare Battisti desencadenó aplausos y críticas al presidente Evo Morales, que tomó la decisión de deshacerse en menos de 24 horas del exactivista, más afín a su pensamiento político que a las administraciones de Brasil o Italia.

El ultraizquierdista Battisti, de 64 años de edad, y prófugo por 38, juzgado en ausencia en Italia en 1993 y condenado a perpetuidad por cuatro homicidios y complicidad en otros asesinatos a finales de los años 70, fue detenido el sábado en Santa Cruz, Bolivia, y al día siguiente mandado a su país.

El operativo fue realizado -según fuente oficial local- por policías bolivianos de la Interpol, en coordinación con uniformados italianos y autoridades brasileñas.

Battisti se había fugado de Francia a Brasil en 2004 y obtuvo en 2009 refugio político. Un año después el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva negó su extradición a Italia.

Fue justamente desde Brasil de donde salió la noticia de su captura: el ultraderechista presidente Jair Bolsonaro felicitó a los involucrados en su detención, sin ninguna mención al gobierno del izquierdista Morales. "Felicitaciones a los responsables por la captura del terrorista Cesare Battisti", apuntó.

El mismo Battisti anticipó que la llegada del nuevo presidente brasileño complicaría su estatus legal y reconoció, en una carta de solicitud de refugio a Bolivia, que en Brasil e Italia se dio la "nefasta coincidencia" de que había dos gobiernos de "ultraderecha".

Críticas y loas

En Bolivia surgieron inmediatamente críticas desde sectores aliados al presidente de izquierda.

La más dura fue la de Raúl García Linera, hermano del vicepresidente Álvaro, quien tildó de "contrarrevolucionaria" la decisión de expulsar al italiano. Además, dijo que el hecho fue "injusto, cobarde y reaccionario".

"Hoy los intereses del Estado se pusieron por encima de la moral revolucionaria, de la praxis revolucionaria. Estamos entregando a un detenido (Battisti) que solicitó refugio, como vil mercancía, en un acto reñido con las normas", acotó, sin precisar qué intereses están en juego.

Los hermanos Alvaro y Raúl García Linera integraron a mediados de 1992 un grupo armado indigenista en Bolivia.

Otros connotados oficialistas se sumaron a las críticas. Se "viola derechos de Cesare Battisti al entregarlo a Brasil o Italia, y el costo político para el gobierno boliviano será alto", afirmó el exministro de Gobierno (Interior), Hugo Moldiz.

El descontento cundió también en las direcciones juveniles del partido oficialista MAS. Su dirigente Rolando Cuéllar, dijo que la expulsión del italiano "es como si hubieran agarrado al (guerrillero Ernesto) Che Guevara y lo entregaran a la derecha", y calificó al poderoso ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, como un "judas".

Desde Europa, el eurodiputado ecologista y altermundialista, José Bové, y otros activistas cursaron una nota en francés a Morales para pedirle una aclaración, pero que de no hacerlo "tendríamos que considerar que usted ha cometido una perjudicial falta política".

Paradójicamente, Morales, que busca la reelección en octubre, no se pronunció sobre el caso Battisti y recibió abiertas felicitaciones de la oposición. Su decisión tuvo por lo pronto el efecto de cortar de raíz una polémica que podría haberse arrastrado hasta muy entrada una campaña electoral que no está ganada de antemano.

"Digo sin odio pero con firmeza que Bolivia no puede ser refugio de asesinos y terroristas", afirmó el acaudalado empresario y líder opositor Samuel Doria Medina, quien fue secuestrado en 1995 por unos 45 días por un comando del peruano MRTA, que lo liberó tras el pago de una recompensa.

Mirando a la UE y a Brasil

El sociólogo y analista Carlos Borth afirmó a la AFP que le decisión de Morales busca darle un mensaje a la Unión Europea. "Me inclinaría personalmente a apuntar que se trata de una decisión para no abrirse más frentes de conflictos en el escenario internacional, especialmente con la Unión Europea", apuntó.

Explicó que el contexto externo se ha puesto más adverso "en estos días tan difíciles para el populismo latinoamericano" y que en el caso de no haberlo expulsado "tendría consecuencias imprevistas para Bolivia". Pese a ello, dijo que se violaron los derechos de Battisti.

El analista en temas internacionales Francisco Solares señaló al diario El Deber que La Paz sopesó sus relaciones con Brasil y quiso enviarle un mensaje a Bolsonaro "de que se puede trabajar de manera conjunta".

Brasil es el principal mercado para el gas boliviano.

Según Gaspard Estrada, especialista de América Latina del Instituto de Ciencias Políticas de París, Morales "aceptó entregar a Battisti a causa de sus intereses estratégicos". "Bolivia está en importantes renegociaciones sobre la venta de gas en sus relaciones bilaterales con Brasil".

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