El acercamiento táctico del Movimiento Al Socialismo a la Empresa Privada de Bolivia y la ofensiva estratégica de los empresarios privados de nuestro país, por obtener mayor espacio y libertad en temas de producción, exportación e inversión, parecen coincidir plenamente en esta corta etapa pre-electoral.
Sin ánimo de revivir episodios del pasado, recordamos las tirantes relaciones del gobierno del presidente Evo Morales, con la desaparecida “media luna” y, las actitudes negativas de algunas organizaciones ultraconservadoras, al imponer en la práctica, el cariz de zona independiente del Estado boliviano al departamento de Santa Cruz, territorio que rechazaba la presencia física del primer mandatario y de su vicepresidente.
Las cicatrices habrían cicatrizado en ambos extremos y estarían dando paso a una nueva etapa caracterizada por el acercamiento mutuo. Los empresarios de Santa Cruz y de todo el país, mantienen muy buenas relaciones con la candidatura Evo Morales Ayma- Alvaro García Linera.
Desde el oficialismo, existe un puente nutrido de ofertas que, ciertamente, atraen a los empresarios privados. Valga citar reuniones tete-a-tete, desayunos trabajo y cenas, como la última, entre el primer mandatario y candidato del MAS, con los empresarios de Cochabamba, en las que se discuten y plantean alternativas económicas.
Pero, estamos seguros, en todas esas cumbres, casi a puerta cerrada, aflora sin mencionarlo, el tema de la posibilidad del voto en beneficio de la dupla Evo Morales-Alvaro García Linera ¿a cambio qué obtendrían los empresarios privados si apoyan con su voto, a los candidatos del oficialismo?
En el fondo, los empresarios privados de toda Bolivia, están interesados en ser parte de los proyectos más importantes del desarrollo nacional. Alvaro García Linera, acaba de sugerir mayor coordinación de la Empresa Privada con el Estado: invertir en el país y adjudicarse megaproyectos que estarán en pleno desarrollo el año 2015, es decir, una vez re-electo Evo Morales.
Las óptimas relaciones Empresa Privada-Evo Morales, tienen también otras connotaciones que podrían sugerir el ingreso de pequeñas y medianas empresas, por ejemplo de Francia y de otras naciones, como apoyo técnológico y de capital tanto al Estado boliviano, cuanto a las propias empresas privadas bolivianas.
Y una segunda connotación de máxima importancia para la atracción e inversión de capitales internos e internacionales, sería el tránsito del actual esquema de gobierno, hacia una gestión abierta en el campo de la diplomacia, la economía y la política que posicionaría a Bolivia, futura nación industrial, basada en la transformación de su riqueza natural, en producto acabado y exportable.
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