Es sincero al mostrar su preocupación por la demora en conformar un bloque único de oposición. Pide a los líderes opositores que dejen a un lado sus intereses personales y sectarios para trabajar en función del país.
¿Cómo se encuentra?
Por ahora, en general, me encuentro mejor; pero como había dicho anteriormente, con el cáncer únicamente el tiempo tiene la última palabra. Solo podemos tratar de prevenir su posible avance con medicamentos y cuidados. Claro que con las restricciones que supone esta irregular detención no ayudan en la búsqueda de diagnósticos o tratamientos médicos más efectivos.
¿Ve que la única posibilidad de hacer frente a Evo Morales es una oposición unida?
El futuro del país no puede resumirse en escoger entre dos personas. No se trata de eso. El futuro de Bolivia se encuentra ahora entre solo dos opciones: la consolidación de un proyecto totalitario o dictatorial a semejanza de Cuba o Venezuela, cuyo representante y líder es don Evo Morales, o el de un país democrático, con independencia de poderes, del imperio de la ley y respetuoso de las libertades individuales. Ese es el menú al cual el propio Gobierno nos ha llevado y del cual debemos escoger. Desde luego que, visto de esa manera, quienes apuestan por el retorno de la democracia deben conformar un frente común para defender ese ideal.
¿Cree que hay capacidad en la actual oposición para unirse, incluyendo a Juan del Granado, exaliado del MAS?
Es responsabilidad de cada uno de los líderes políticos ubicarse en ese escenario y definir de qué lado de la ecuación se encuentran actualmente. Los actos revelarán su verdaderas intenciones y su posicionamiento ante el pueblo boliviano, y frente a este momento particular de la historia del país.
¿Qué errores está cometiendo la oposición?
Por lo que puedo observar en los medios de comunicación es una falta de sentido de temporalidad en términos de acciones oportunas que deben tomarse de forma urgente para articular una alianza efectiva de partidos y agrupaciones ciudadanas capaz de enfrentar un proceso electoral de esta magnitud. Tratar de aprovechar ese tiempo para provocar condiciones más favorables de incorporación a un frente común es absolutamente contraproducente para esa posible alianza. Otra vez se sacrificarían ideales más grandes por intereses personales o sectarios.
En la elección de 2009, en la cual usted fue vicepresidenciable, ¿qué factores predominaron para impedir la unión de la oposición?
En aquel momento, hace casi cinco años, a pesar de que para algunos de nosotros las intenciones totalitarias del Gobierno estaban claras, otros líderes de la oposición no estaban convencidos de ello. Por eso es necesario otorgarles el beneficio de la duda y ver qué camino tomarán este año para evaluar sus verdaderas intenciones a lo largo del tiempo.
¿La oposición está por cometer los mismos errores?
Más que un error, creo que sería una irresponsabilidad absoluta en detrimento de las futuras generaciones dejar que el Gobierno siga en contrarruta histórica. Es decir, antes que perfeccionar los mecanismos de la democracia participativa y la inclusión social, la está terminando de destruir. Cuando el Estado de derecho haya dejado de existir completamente, de hecho ya no existirá inclusión social.
¿Tuvo contacto con algún líder actual de oposición?
Prácticamente todos los líderes políticos de oposición me han visitado en algún momento. El tema principal de esas visitas ha sido siempre el estado de mi salud
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