28 octubre 2013

The Wall Street Journal ve en Bolivia al próximo Afganistán

Un artículo de The Wall Street Journal Americas alerta sobre la creciente conexión de Bolivia con Irán, y señala al gobierno de Evo Morales como "el próximo Afganistán", por la presencia de grupos extremistas provenientes de África.

"Irán podría estar utilizando su red boliviana para contrabandear minerales estratégicos como el tantalio (que se usa en el revestimiento de misiles)", indicó el especialista en temas de seguridad global Joseph Humire. "Hasta podría haber contrabando de personas", agrega el artículo.

Asimismo, la publicación señala una posible construcción de un "narco Estado" en Bolivia desde la llegada al poder de Evo Morales en 2006. "El Gobierno es un defensor de los cocaleros, Irán aumenta su presencia en el país, y los informes que llegan desde el terreno insinúan que también están llegando extremistas africanos", consigna ese medio en su edición de este lunes.

En tanto, otra de las aristas que menciona para la conformación de este "narco Estado" es la conexión de La Paz con Irán, un miembro sin derecho a voto de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA).

Una semana atrás, un ataque de cocaleros perpetrado en la zona de Apolo, donde murieron dos policías, encendió nuevamente la alarma sobre las operaciones de esos grupos en el país.

Tal como han denunciado incluso líderes indígenas, el artículo da cuenta de ciertos lazos entre el gobierno de Evo Morales y los grupos cocaleros, que responderían a propios intereses de su administración.

Asimismo, ese medio señala a Bolivia como la cuna del crimen organizado en América Latina. Comparando así su apertura a este tipo de organizaciones con la transformación que sufrió Afganistán luego de la ocupación soviética y que permitió al ex líder de Al Qaeda Osama bin Laden instalar sus operaciones.

En esa línea, el artículo considera al país como "un centro internacional del crimen organizado y en un refugio para los terroristas". El texto justifica esta acusación por la expulsión de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y el alza en la producción de cocaína desde 2006. A su vez, informes no confirmados apuntan que delincuentes mexicanos, rusos y colombianos se han establecido en el país para obtener una parte del pastel de esa producción.

Por su parte, The Wall Street Journal asegura que el primer paso del gobierno de Evo fue "la creación de una cultura del temor" contra intelectuales y ex funcionarios del gobierno como el caso de José María Bankovic, ex especialista en infraestructura del Banco Mundial, quien fue encarcelado en dos ocasiones, acusado de delitos administrativos, aunque nunca se pudo probar su culpabilidad.

Además, ese medio asegura que gran parte de la cocaína es transportada por África, con destino a Europa. "Eso podría explicar la presencia de somalíes, etíopes y sudafricanos que se han visto en Santa Cruz, que no es un destino común para le emigración africana", señala la publicación.

Con relación a esto último, la periodista Mary Anastasia O´Grady menciona algunos casos de asesinatos, que podrían sugerir la presencia de estos grupos narcos en el país.

"En abril, fue hallado el cuerpo parcialmente quemado y mutilado de un hombre negro cerca de la frontera con Brasil, lo que podría sugerir un negocio de drogas que salió mal", afirma. Y añade: "La víctima tenía una marca inusual en su muslo derecho, como si los villanos quisieran enviar un mensaje y ser reconocidos por su brutalidad".

Al mismo tiempo, la publicación cita un caso divulgado por el el periódico español ABC sobre un español que fue torturado de la misma manera que el hombre señalado por la periodista, y quien "al momento de morir murmuró las palabras "al-Shabaab" (grupo terrorista somalí).

Por último, The Wall Street Journal conecta estos sucesos con la presencia de Mohamed Abdelaziz, secretario general del grupo separatista Frente Polisario, que lleva una larga lucha en Marruecos, durante la ceremonia de juramentación de Evo Morales en 2006.

"Si Abdelaziz estuvo realmente en La Paz, surgen nuevo interrogantes acera de la política exterior de Bolivia", concluye el artículo.
Infobae

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