El ex embajador de Bolivia ante la ONU, Pablo Solón, le envió una carta al presidente Evo Morales donde le pide que suspenda "definitivamente" la construcción de la carretera Villa Tunari - San Ignacio de Moxos, que provocó una crisis que alertó a varios países del mundo.
"Aún es posible resolver esta crisis si se suspende definitivamente la construcción de la carretera a través del TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure), llevamos a la justicia a los responsables de la represión a la marcha indígena e iniciamos un amplio proceso participativo de debate nacional para definir una nueva agenda de acciones en el marco del Vivir Bien", pidió.
Solón, que hace aproximadamente tres meses dejó el cargo de embajador ante la ONU, observó las contradicciones del discurso del gobierno que propugna la defensa de la Madre Tierra ante la comunidad internacional, pero que no la hace efectiva en la práctica.
"Debe haber coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. No se puede hablar de defensa de la Madre Tierra y al mismo tiempo promover la construcción de una carretera que hiere a la Madre Tierra, no respeta los derechos indígenas y viola de manera ‘imperdonable’ los derechos humanos", expresó.
Para Solón, "es incomprensible" promover la realización de una Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre los Pueblos Indígenas para el 2014 "si no somos vanguardia en la aplicación de la ‘consulta previa, libre e informada’ a los pueblos indígenas dentro de nuestro propio país".
Sostuvo que Bolivia debería ser el ejemplo ante el mundo de defensa a la Madre Tierra, más aún como país impulsor del Día Internacional de la Madre Tierra.
"Miles de delegados de los cinco continentes que participaron en la primera Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los derechos de la Madre Tierra (en Tiquipaya, Cochabamba) están profundamente contrariados por la posición del gobierno de Bolivia", mencionó el ex diplomático.
Sobre la marcha de los pueblos del TIPNIS, el ex embajador indicó que la misma tiene incoherencias en sus demandas sobre hidrocarburos y la venta de bonos de carbono de los bosques que mercantilizan la Madre Tierra, pero enfatizó que su "preocupación por la construcción de la carretera es justa".
Sin duda será más costoso construir la carretera por otro lugar que no sea el TIPNIS, mencionó Solón, pero ahorrar "200 o 300 millones de dólares sin tomar cuenta los costos socio ambientales es ir en contra de los principios del Vivir Bien".
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