Cuando los rayos del sol caían sobre la Ciudad Blanca, el gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu, recibía la bendición de la Pachamama y se comprometía a gobernar “con unidad, sin discriminación ni odio”.
La plaza de La Recoleta fue el escenario donde Urquizu, con poncho tarabuqueño y una montera que caracteriza al municipio donde nació, se comprometió a trabajar con todas las organizaciones sociales e instituciones departamentales para alcanzar el desarrollo de la región.
El secretario ejecutivo de la Federación de Campesinos de Chuquisaca, Gregorio Vela, le entregó el bastón de mando de la cultura quechua, mientras que la dirigente de Bartolina Sisa, María Llinqui, entregó en manos de la esposa de Urquizu, la waraka, que representa trabajo.
Posteriormente, Mario Mamani, médico tradicionalista, presidió la ofrenda a la Pachamama. Dijo que pidió a la madre tierra que le dé sabiduría al nuevo gobernador para que trabaje a favor de todos los chuquisaqueños.
La mesa ofrecida contenía platos de comida preparados en base a los alimentos de Tarabuco, como papa, oca; además pan, agua, botellas de cerveza, vino, alcohol. Mientras se consumía el sullu de llama, grupos de sicuris acompañaban a la nueva autoridad hasta la Casa de la Libertad, donde fue posesionado por el presidente Evo Morales.
“Convocamos a todos. Ahora nos toca trabajar por el desarrollo del departamento. Eso es lo más importante”, sostuvo.
Expresó que trabajará "incansablemente" por el desarrollo de la ciudad y de todas las provincias chuquisaqueñas en coordinación con el Gobierno nacional y consolidará la autonomía regional.
Nació en Yamparáez y, según datos oficiales, es el más joven de los gobernadores, tiene 28 años.
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