“Los varones somos realmente maniobreros. Si por muchas exigencias incorporamos mujeres en las candidaturas, esos compañeros dirigentes maniobreros, siempre tratan de traer a la compañera que no sabe, a la que tiene poca información o a la compañera que puede ser sometida a los varones (tratan de) excluir a la compañera que puede luchar de verdad, desde la dirección sindical o desde un curul”, admitió el presidente Evo Morales en un encuentro que sostuvo con las mujeres urbanas de Cochabamba el anterior viernes.
El respeto de los usos y costumbres de los diferentes pueblos indígenas y naciones originarias del país, permite que se mantengan las desigualdades entre hombres y mujeres respecto a su representación política, pues aunque la nueva constitución determina que el primer poder del Estado debe estar formado por la misma cantidad de hombres y de mujeres, también establece una excepción a esta norma, en las circunscripciones especiales indígenas. Esta regla provocó que existan sólo tres mujeres entre las 31 candidaturas presentadas por los partidos políticos para ocupar los siete escaños asignados para representar a estos sectores sociales. De estas tres sólo una es una aspirante titular.
Esta determinación fue incluida en el nuevo texto constitucional por los asambleístas del MAS, que es una fuerza política que nació como un instrumento por la soberanía de los pueblos, conformado por cinco confederaciones y pueblos indígenas rurales del país, que son: las seis federaciones cocaleras del Chapare, la Confederación Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob); la Confederación Nacional de Ayllus y Markas del Qollasuyo (Conamaq), la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) y la Confederación de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa”.
Dentro de cada uno de estos grupos existen diferentes reglas sobre las cuales se van desarrollando sus relaciones de género, tanto en el ámbito público como en el privado, pues según explica la antropóloga Sarela Paz, “es muy difícil pensar en una generalización, porque las realidades son diferentes para cada grupo indígena, originario y campesino, del país”.
La experta explica que después de muchos cambios sufridos en el oriente del país, tras un proceso de democratización establecido sobre su forma de organización social, que pasó de la herencia de los cargos de mando a base del linaje a una selección de sus representantes, en la actualidad se ve la existencia de dos capitanas mayores (mujeres) que dirigen el futuro de sus pueblos.
Esta situación es diferente en la zona occidental del país, donde especialmente dentro de los ayllus aymarás y quechuas, está muy enraizada la figura del Chacha Warmi, que ve a una pareja como la encargada de dirigir al grupo e impide que un hombre soltero asuma una posición dirigencial (como Jilakata o Mallku). A pesar de ello, la figura visible de la autoridad siempre es masculina. “En términos de lo que es el ejercicio del cargo, dentro de las asambleas el rol que tiene el hombre es muy fuerte, pero se sabe que él nunca decide solo. Eso se espera como ideal y como expectativa”, dijo Paz.
Sin embargo, esta situación se modifica dentro de los sindicatos campesinos y cocaleros, en los que las mujeres tienen diferentes actuaciones frente a sus pares masculinos, pues mientras las primeras tiene una fuerte organización sindical organizada y se pelean y discuten cuando no están de acuerdo con las posiciones de sus pares masculinos, en el segundo caso, aunque las dirigentes cocaleras son esenciales para la movilización de las bases, nunca contradicen a las posiciones asumidas por los hombres de este grupo social.
Esta determinación puede explicar de cierto modo, que hace algunos meses la actual senadora y dirigente cocalera Leonilda Zurita haya despreciado el 50% de participación femenina establecido por la Constitución asegurando que “las mujeres no estamos capacitadas” para ocupar curules en la Asamblea Legislativa Plurinacional, mientras que las dirigentes campesinas Silvia Lazarte (ex presidenta de la Asamblea Constituyente) y Marcelina Chavez (de las Bartolinas de Cochabamba) asuman sin temor las candidaturas a primera senadora por Santa Cruz y segunda senadora por Cochabamba, respectivamente.
Además de ellas, dentro de las listas del MAS, el resto de las dirigentes campesinas y cocaleras comparten con los hombres los espacios dentro de los escaños destinados a las diputaciones plurinominales y al Senado (con candidatas mujeres como titulares y suplentes igual que los hombres) y en menor medida en las candidaturas uninominales, en las que son suplentes en una gran mayoría.
Las primeras
Silvia Lazarte (Presidenta de la Asamblea)
n La campesina y cocalera, que reside en el departamento de Santa Cruz, fue la primera mujer que presidió un órgano legislativo encargado de la redacción de la nueva Constitución Política del Estado.
Este proceso fue sumamente complicado para la Directiva de la Asamblea Constituyente, por una serie de conflictos políticos desatados en Chuquisaca por la discusión surgida respecto a la declaratoria de Sucre como capital de la República y por la solicitud de la oposición de aprobar el texto constitucional por dos tercios, que provocaron que la aprobación de la nueva Carta Magna se traslade a Oruro. Pese a todas las complicaciones que existieron en este proceso, Bolivia ya cuenta con una nueva constitución que fue aprobada en referéndum.
Ahora, Silvia Lazarte tiene una nueva misión política casi tan complicada como la que asumió hace más de tres años, pues dentro de su partido decidieron que ella fuera la candidata a primera senadora por el MAS en la región más complicada para este partido político: Santa Cruz.
Leonilda Zurita (Senadora por Cochabamba)
n Dirigenta cocalera y senadora suplente por Cochabamba es sin duda una de las mujeres más poderosas del país, debido a su nivel dirigencial dentro de las seis federaciones cocaleras del Chapare y a su cercanía con el presidente Evo Morales, que le permiten asumir una serie de decisiones dentro del oficialismo.
Zurita es además la principal dirigenta a nivel nacional, de la Confederación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa, desde donde asume también las decisiones fundamentales de respaldo al Gobierno, cuando necesita de la presión de los movimientos sociales.
Ella organiza, ejecuta y vigila que todos los eventos multitudinarios que se realizan en el Chapare salgan bien y pese a todo el poder que obtuvo, a principios de este año, rechazó la disposición constitucional que determina el 50% de participación femenina, cediendo, a nombre de sus compañeras indígenas, estos espacios a los varones, asegurando que las mujeres no estaban preparadas para asumir este tipo de roles.
Antecedentes legales
Nueva Constitución
Artículo 147
En la elección de asambleístas se garantizará la igual participación de hombres y mujeres.
II En la elección de Asambleistas se garantizará la participación proporcional de las naciones y pueblos indígena, originario, campesinos.
III Le Ley determinará las circunscripciones especiales indígena originario campesinas, donde no deberán ser considerados como criterios condicionales la densidad poblacional, ni la continuidad geográfica.
Ley de Régimen Transitorio Electoral
Artículo 9
II Las listas de las candidatas y candidatos de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, serán nominados de acuerdo a sus propias normas y procedimientos.
Artículo 10
Los derechos de las naciones y pueblos indígena originario campesinos establecidos en la Constitución, deberán ser respetados para fines de la presente Ley Transitoria de Régimen Electoral.
Opinan las candidatas
* Marcelina Chavez, Candidata a segunda senadora
“Participar igual que los hombres”
Tenemos planificado aprobar 100 leyes y dentro de estas existen cinco que son la prioridad que debe de aprobarse lo más urgente posible y eso es lo más importante para mi.
Yo también tengo otras propuestas para apoyar a las mujeres indígenas, porque ahora tenemos que acomodar la ley grande que decimos mama ley, a nuestras vivencias, tenemos que sacar nuestras propias leyes, para apoyar nuestras propias vivencias.
Más que todo como mujeres indígenas queremos que para nosotras también se cumpla la Constitución y sea todo igual e igual para hombres y mujeres.
Eso estamos haciendo, para poder participar igual que los hombres en cualquier autoridad de los municipios, del nivel departamental y también del nacional, porque nosotras podemos y ya hemos demostrado porque estamos aquí y somos dirigentas igual que ellos, trabajamos igual, sufrimos igual hacemos todo igual que ellos y estamos junto a ellos también.
* Pascualina Vinchaca, Candidata a Plurinominal
“Tenemos que cambiar nosotras”
Cuando lleguemos al Congreso yo tengo proyectos de ley para las trabajadoras del hogar y eso sólo se va a volver realidad si el proceso de cambio gana las elecciones y sigue adelante. Yo quiero que la discriminación a las mujeres indígenas y de pollera desaparezca, que se acabe la marginación.
Como mujeres ahora tenemos ese derecho a no ser marginas y a no ser explotadas y hay que valorar eso y tenemos que mantener eso trabajando y cambiando nosotras mismas, escribiendo las leyes en diferentes áreas, tenemos que salir adelante como mujeres y no olvidarnos de nosotras como antes.
Para las trabajadoras del hogar yo tengo leyes para que ellas puedan capacitarse y para que tengan seguro de salud en la Caja Nacional de Salud y también queremos hacer una ley para que el Gobierno las incluya dentro de sus planes de vivienda porque las trabajadoras del hogar también deben poder construir su propia casa.
Características de los grupos indígenas en el oriente de bolivia
Región Guaraní
Tienen una posición de mayor posibilidad para que la mujer asuma puestos de mando y dirija. Estas posibilidades vienen de la situación que tiene en las relaciones de parentesco, que son la base de la estructura de las relaciones sociales guaranies. Estas relaciones no son solamente la familia nuclear ni la familia extendida, sus núcleos de parentesco, son aun más grandes, porque pueden incluso llegar a ser filiaciones míticas, que no necesariamente son consanguíneas.
Esto hace que la mujer tenga un rol muy importante, pues como en todas las sociedades maneja las relaciones más domésticas, del ámbito privado, que dentro de la sociedad guaraní cobra más relevancia política y las mujeres tienen más posibilidades de manejo y de mando.
Los guaranies no tienen la figura dual del chacha – warmi andino, porque ellos tienen como autoridades originarias a los Murubichas (capitanes grandes) que no necesariamente tienen pareja y tampoco es necesario que consulte con su mujer para tomar sus decisiones.
Esta sociedad en los últimos años sufrió cambios muy fuertes, porque antes la asunción del murubicha se realizaba a través de los lazos de parentesco, eran linajes en los que ciertas familias heredaban estos cargos, pero ahora eso se está modificando porque instauraron un sentido de democracia en los mismos términos que se discute en las ciudades y dentro de estos procesos de cambios han aparecido dos capitanas (murubichas mujeres) que antes no existieron dentro de su organización social.
Características de los grupos indígenas en el occidente del país
Región andina
En los ayllus quechuas y aymaras la figura del chacha –warmi es muy fuerte y cuando algún hombre asume un puesto, en realidad, para el contexto de la comunidad son dos los que asumen el cargo: él y también su esposa.
Este tipo de organización es muy fuerte especialmente en los ayllus del norte de Potosí, donde el Chacha – Warmi significa autoridad y cargo, que no necesariamente se replica en las relaciones cotidianas de un marido y una mujer.
La dualidad es muy fuerte en todo sobre todo en los rituales en los que se tiene que replicar lo masculino y femenino. También dentro de los procesos productivos de esta sociedad, conocidos como los aynis, también tiene que replicarse esta dualidad, para realizar en comunidad la preparación de las tierras o la cosecha, que son actividades en las que se necesita organizar la mano de obra. Por esta razón, la vida para las mujeres que quedan solas es terrible, pues al no contar con marido no pueden intercambiar colaboración y por lo tanto no pueden producir agrícolamente, porque quienes las ayuden no recibirán una retribución por su trabajo.
El resto de la gente necesita ver la figura de hombre y mujer juntos porque es la reiteración de que su sociedad está bien, razón por la cual nadie puede asumir un cargo de autoridad si es que no tiene su pareja, pues sólo cuando un hombre forma un hogar con una mujer entiende de los equilibrios de la vida. Esta sociedad no asimila a las personas que no tienen pareja y se incomoda con la gente que a partir de cierta edad están “chullas”.
En el trópico cochabambino
Cocaleros de Chapare
Las federaciones cocaleras del Chapare tienen muchas combinaciones de experiencias políticas. Mantienen la figura del Chacha Warmi, pero más como un enunciado o un ideal que como un requisito para designar a sus autoridades. Muestran más combinaciones por las relaciones históricas que tienen las personas que llegaron a esta región de Cochabamba.
Los cocaleros del Chapare son colonos, que durante mucho tiempo van y vienen, pasan por muchos lugares y están vinculados con diversos tipos de economía, de iniciativa y formas subjetivas de hacer su tránsito o trayectoria de vida. Los cocaleros además de mantener la figura del chacha warmi, también cuentan con la figura de la democracia en las asambleas y de plebiscito existente, a partir de la experiencia minera, que se fue a vivir en el Chapare.
El país combina cosas en el Chapare y el producto es un sujeto que tiene referentes políticos bien amplios, que los toma como elementos que se movilizan en la estrategia política.
Las mujeres son muy importantes dentro de la organización cocalera, como protagonistas, son dirigentes, presentes en las asambleas. Se ve una dirigencia femenina muy vigorosa y muy dispuesta a pelear por muchos ámbitos y reivindicaciones y dispuestas a dirigir.
Pero, poco sabemos de las tensiones que hay con los hombres, pero hay una tendencia de las mujeres a contribuir en el sentido definido por los hombres. No se ponen al frente de los varones.
En los valles de Cochabamba
Campesinos
La historia de los sindicatos campesinos en Cochabamba modificó las estructuras y la forma política de los ayllus incorporando la figura de “clase” que está muy presente entre sus miembros. A diferencia de los Ayllus, los campesinos vivieron en haciendas y fueron despojados de sus tierras, situación que dio lugar a una revolución agraria, razón por la cual, la figura del Chacha Warmi, a pesar de existir no tiene tanta fuerza como en los Ayllus.
Cuando se elige a un miembro del sindicato en un cargo dirigencial no es muy importante que tenga o no una pareja y si tiene equilibrio en su vida y esta situación no es evaluada tan a profundidad.
Las figuras femeninas dentro de las dirigencias campesinas también son muy fuertes, pues construyeron todo un movimiento sindical femenino (las bartolinas) que en algunos casos se ponen al frente de las direcciones masculinas de las federaciones campesinas y llegan a pelearse con ellos incluso a golpes. Ellas discuten y aunque riñen con la figura de la dualidad andina, continúan asumiendo la necesidad del Chacha Warmi, pues ellas tienen maridos.
Es muy difícil la vida de las dirigentes mujeres porque tienen que lidiar con muchos aspectos que además les complican su relación de pareja que ellas no rompen e intentan mantener a cualquier precio, primero por el contexto andino y segundo porque estar solas las pone en riesgo de sufrir acoso sexual de los otros dirigentes hombres.
Escaños Cámara de Diputados
POR departamento
Escaños Uninominales Plurinominales Especiales Indígenas minoritarios
La Paz
29 15 13 1 Afroboliviano, mosetén, leco, kallawaya, tacana y araona
Santa Cruz
25 13 11 1 Chiquitano, Guaraní, Guarayo, Ayoreo y Yuracaré, mojeño
Cochabamba
19 10 8 1 Yuki, Yuracaré
14 8 6 - -----
Chuquisaca
11 6 5 - -----
Oruro
9 5 3 1 Chipaya y Murato
Tarija
9 5 3 1 Guaraní, Weenayek, Tapiete
Beni
9 5 3 1 Tacana, Pacahuara, Itonama,
Joaquiniano, Maropa,
Guarasugwe, Mojeño, Sirionó,
Baure, Tsimane, Movima,
Cayubaba, Moré, Cavineño,
Chácobo, Canichana,
Mosetenes, yuracaré
Pando
5 3 1 1 Yaminagua, Pacahuara,
Esse Ejja y Machinerí, Tacana,
cavineño
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