27 octubre 2019

El PDC no es Chiste

El Partido Demócrata Cristiano (PDC) del ultraconservador pastor presbiteriano, Chi Hyun Chung, ha llegado para quedarse. Su irrupción al más puro estilo outsider de manual lo colocó como tercera fuerza, casi diez por ciento de votos y 8 diputados sin apenas haber hablado de qué quiere hacer con Bolivia.

En un país con pocos avances legislativos en materia de derechos sociales, igualmente se abrió un espacio en la opinión pública a base de prescribir tratamientos de electroshock para homosexuales y recomendar buenos comportamientos femeninos para no ser maltratadas/golpeadas/asesinadas.

Un discurso retrógrado y conservador para una Bolivia profunda que apenitas se adapta a las nuevas lógicas, pero que va en línea de los duros: Donald Trump, Jair Bolsonaro, Santiago Abascal, Olmedo, que siguen al alza.

En su afán de diferenciación de la oposición, criticó el resultado, al TSE, y dedicó palabras gruesas a Evo – a quien finalmente más votación le ha arrebatado -, pero no tiene la menor intención de reunirse con el resto de líderes de oposición y diluirse en un comité.

La guinda ha sido esa suerte de asonada de miembros en la reserva de las Fuerzas Armadas, con el coronel Almeida a la cabeza, ese mismo al que posesionó Presidente de Bolivia en un “acto simbólico y religioso” el controvertido coreano.

El ambiente cuartelario acaba de configurar su propuesta solo apta para nostálgicos – o hijos de nostálgicos -, de orden y seguridad para un país corrompido y una sociedad menos podrida que la que han venido mostrando todos esos noticieros que no quieren hablar de política para no herir sensibilidades.

El PDC de Chi no es un chiste, no va a desaparecer al día siguiente como muchos le pronosticaron. Tiene claros los objetivos, los ejemplos y apoyos continentales y su propio relato épico. Para algunos era simplemente una cuestión de no darle cobertura, de silenciarlo – incluso de algunos teóricos de la libertad de expresión – para evitar que creciera. Lo cierto es que sus temas están en el debate, en otro debate, y más temprano que tarde, habrá que enfrentarlos. Antes de que el monstruo sea demasiado grande.

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