31 diciembre 2018

La disidencia articula un proyecto político en Chapare, pese a amenazas

Son cocaleros o parte de su prole, integran el Bloque Trópico Proyecto País, con presencia en Entre Ríos, Chimoré, Ivirgarzama, Shinahota y Villa Tunari. Tienen cuatro concejalías y son aliados a Carlos Mesa. Un académico dice que el perfil opositor es joven, profesional o comerciante

En los bastiones históricos del MAS, la vida por estos días discurre tranquila, ajena a las convulsiones políticas que sacuden a las ciudades, en contra de la cuarta postulación del binomio oficialista. En Chapare, tierra de cocaleros, los casi 13 años en el poder del instrumento político que forjaron a través de sus luchas y a costo de sus vidas, les aseguró un periodo de estabilidad económica en medio de crisis políticas que afloraron en el resto del país, que permitió un crecimiento del comercio, turismo, producción y que sus hijos caminen con un título bajo el brazo, luego de pasar por las aulas universitarias.

Pero bajo ese manto de aparente calma y consenso que emana del indiscutible liderazgo que impone el control de un solo partido y la omnipresencia de la vigilancia sindical, se esconde un sentimiento de inconformidad y molestia por ese sistema que cada vez que quiere los obliga a reagruparse, a marchar, guardar vigilia o dispersarse, bajo penas que se pagan con multas, en los casos más leves, o la expulsión ante la disidencia.

Esto último es el precio que paga Limber Condo Durán, concejal de la agrupación Unidos por Cochabamba (Unico), en Shinahota, y coordinador del Bloque Trópico Proyecto País, una organización presente en los cinco municipios de Chapare, que articula a sectores inconformes al MAS, con una propuesta a escala nacional. De estatura baja, tez morena, y hablar pausado, este cocalero formado en Filosofía y Letras, en la Universidad Católica de Cochabamba (UCB), estuvo bajo amenaza de destierro en 2015; fue expulsado de su federación, y a punto de perder su cato de coca. Denunció también la discriminación en contra de la concejal suplente Elizabeth Carballo Choque, en ambos casos, por pertenecer a una sigla opositora que logró casi un 40% de los más de 12.000 votos.

“El MAS no acepta vivir en democracia. Hubo varias resoluciones de la Coordinadora (de federaciones cocaleras) de erradicar nuestro cato. Nuestros compañeros de la Central 12 de Agosto, el padre de la concejal (Carballo), sufrieron persecución y discriminación”, recapituló el concejal opositor, que dice que este amedrentamiento continúa.

“Es una práctica cotidiana, de lo que hemos llamado terrorismo político sindical; se inventaron procesos, incluso la Policía investigaba nuestras reuniones por supuesta organización delictuosa”, lamentó. Para contrastar, EL DEBER intentó comunicarse con la ejecutiva de la Coordinadora de Mujeres de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, Margarita Terán, pero no se encontraba en su sede, y no atendió las consultas por teléfono. Por su parte, la alcaldesa de Shinahota, Matilde Campos Arnez (MAS), negó conocer algún tipo de “discriminación” en contra de estos concejales, pero añadió que si sufren un acoso social, “es porque se lo han buscado”.

“No me voy a ocupar de lo que hacen o no hacen; tengo roles que cumplir ante las organizaciones sociales”, expresó Campos. Sobre el voto opositor que logró curules en su municipio, añadió que “la gente debe saber por qué lo hizo”, pero argumentó que la oposición solo busca generar confrontación. Shinahota tiene siete concejales, de los que dos son de Unico, fundado por la disidente Rebeca Delgado, aspirante a la Alcaldía de Cercado, finalmente inhabilitada.

Similar situación se vive en Entre Ríos, en la que con 19.202 votantes habilitados, el frente Unico logró casi 8.000 votos, es decir, cerca de un 40%. El concejal Óscar Colque Ibarra, bió- logo de profesión, y uno de los dos concejales del frente Unico, que rompió la hegemonía del MAS en la zona, atribuye el voto opositor a la gran cantidad de habitantes que no vive de la coca, son comerciantes preocupados por la falta de obras, y que no están sometidos a los designios de los sindicatos.

Colque explica que los recursos municipales se van en obras ‘pequeñas’ como puentes o accesos para comunidades. Mientras que en el área urbana, el Gobierno hace obras priorizando el cemento, como es el caso del futuro estadio de Bs 20 millones (ver foto), en lugar de mejorar el hospital municipal. Hijo de cocaleros, Colque cuenta que en tiempo de elecciones, quisieron tomar represalias contra sus padres quitándoles el cato de coca y amenazando con expulsarlos. “Algunos hablaban de saquear la tienda de mis padres”, dijo.

Sobre las obras, el alcalde de Entre Ríos, Aurelio Rojas López (MAS), se negó a responder a EL DEBER argumentando que ‘no tenía tiempo’. Por su parte, el ejecutivo de la Federación Agropecuaria Intercultural Mamoré - Bulo Bulo, Adrónico Rodríguez, negó que haya agresión en contra de los ‘disidentes’, y dijo que puede haber un rechazo espontáneo por parte de los afiliados, que sienten que “un insulto contra Evo Morales es contra ellos mismos”.
Integrantes del bloque político. Foto: Captura edición impresa



Aliados a Mesa
El médico Fidel Velásquez, que administra su propia clínica en Chimoré, cuenta que asistió a la recolección de firmas del FRI, el partido de Carlos Mesa, en Villa Tunari, antes que afines al MAS los atacaran y desalojaran. Destaca que participó también en las movilizaciones en contra del Código Penal y que acató el reciente paro cívico nacional. “Creo que la inconformidad es creciente y tendrá sus repercusiones en 2019”, dijo.

El Bloque Trópico, tiene presencia en los municipios de Entre Ríos, Chimoré, Ivirgarzama, Shinahota y Villa Tunari; se adhirieron a la alianza Comunidad Ciudadanos, que tiene a Mesa como su precandidato, y adelantan que lo apoyarán en época electoral, aunque a largo plazo aspiran a un proyecto propio, con mirada nacional que ofrezca una alternativa a la del MAS.

El perfil opositor
El académico José Teddy, docente en Ivirgarzama, explica que el perfil opositor en la región es joven, profesional e independiente (comerciante, hotelero, transportista), que valora la estabilidad que ofrecen los valores democráticos. Considera que la presión en contra de los opositores o disidentes no es física, sino más bien económica y cultural; los amenazan con quitarles su cato de coca y excluirlos socialmente. Por esto cuestiona su vocación socialista y habla más bien de una dictadura sindical.

Yapacaní, opuesta a la reelección

Este bastión histórico del MAS hizo un bloqueo durante el reciente paro cívico. Dirigentes médicos y campesinos aseguran que la disconformidad crece debido a demandas como una carretera en la faja del Norte Integrado

Pese a que en el referéndum del 21 de febrero de 2016, el Sí por la repostulación ganó con un 67,5% en Yapacaní, los sectores cívicos, médicos y campesinos organizaron un bloqueo en la carretera en contra de la reelección de Evo Morales.

El motivo, según explica el ex dirigente colonizador y exdiputado por el MSM Eusebio Carrasco Rejas, es la falta de atención a demandas históricas, como una carretera en la faja del Norte Integrado y pavimento en el área urbana. “Funcionarios municipales trataron de desbloquear la ruta, al igual que afiliados a la Federación de Interculturales, que se convirtieron en un brazo del MAS. Son un comando político. Pero la gente de Yapacaní lo está tratando de cambiar porque ya no confía en el Gobierno.

¿Van a respetarse las leyes después de desconocer el 21-F? Hasta un campesino se da cuenta de que no es así”, expresó Carrasco. Por su parte, José Chipana, odontólogo, indicó que los profesionales en la zona están molestos debido a la falta de empleo y de condiciones de trabajo. Al contrario, señala que los puestos laborales se politizan y los obligan a militar en el MAS, de igual manera priorizan a esta militancia en lugar de tomar en cuenta la experiencia.
El exdirigente del MSM y el odontólogo José Chipana. Foto: Rolando Villegas



Chipana cuenta que es hijo de campesinos con una militancia incondicional en el MAS, lo que hace que su entorno cuestione su posición crítica; sin embargo, considera que todavía es posible hablar con sus padres y hacerlos reflexionar con relación a los peligros que se establezca un modelo que interpreta “se parece cada vez más a Cuba o Venezuela”. “Mis padres valoran al MAS por pequeñas dádivas, como es la renta Dignidad, que son medidas que ya hubo en anteriores gobiernos.

Lo que se debería establecer en un modelo socialista es que se acabe la desigualdad, pero la brecha salarial entre autoridades y el resto del pueblo se expande cada vez más”, señaló. Añade que es ‘triste’ descubrir que en muchas familias, los hijos tienen una mirada diferente a los padres, y que sus intereses se contradicen.

EL DEBER intentó comunicarse con el alcalde de Yapacaní, Vicente Flores, pero no se encontraba en su oficina, ni atendió las llamadas telefónicas. Para los dirigentes de estos sectores, otro factor que preocupa es la falta de transparencia en la administración financiera. Recordaron que recientemente hubo un robo de los recursos para el pago de salarios, sin embargo, no se encontró a los responsables, ni se habla de sospechosos.

“Se quiere mostar que Yapacaní es afín al MAS, pero cada vez estamos más molestos”, refirió otro dirigente. Tal como se registró a través de las redes sociales, hubo bloqueos en bastiones del MAS, en otras regiones de Santa Cruz, como en los valles cruceños, es el caso de Comarapa, y en la zona norte, en Minero, entre otras poblaciones.



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