31 agosto 2015

Estudio califica a Gobierno como un “régimen híbrido” Bolivia en el puesto 83 en índice democrático

Bolivia se encuentra entre los regímenes híbridos, con una calificación de 5.79 dentro del estudio “Calidad democrática de los gobiernos en América Latina”, ubicando al país en el puesto 83 del ranking. La medición corresponde al índice democrático presentado por The Economist Intelligence Unit.

El estudio examina fortalezas y debilidades en cinco categorías: los procesos electorales y el pluralismo, las libertades civiles, el funcionamiento del Gobierno, la participación política y la cultura política.

Según el estudio, el país se encuentra por debajo de Ecuador, Honduras y Guatemala y por encima de Nicaragua y Venezuela, en cuanto a calidad democrática.

La categoría en la que el índice democrático ubica a Bolivia es caracterizada por elecciones que muestran irregularidades sustanciales, que a menudo impiden que sean libres y justas. Además, identifican como una situación común, las presiones gubernamentales sobre la oposición.

“Asimismo, la corrupción está extendida y el imperio de la ley es débil, como la sociedad civil. Abundan el acoso y la presión sobre los periodistas y el sistema judicial no es independiente”, precisa el estudio.

Entretanto, The Economist Intelligence Unit otorga una puntuación de 7.9 a aquellos países donde se considera que existe una democracia plena, sólo Uruguay y Costa Rica se encuentran en esta categoría. Entre 6 y 7.9 es la puntuación para las democracias imperfectas, Chile, Brasil, Argentina, México, Colombia, Perú y Paraguay.

Junto a Bolivia, dentro de los que presentan regímenes híbridos, con una puntuación que va del 4 al 5.9, se hallan Ecuador, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Venezuela. Por debajo de los 4 puntos, y catalogados como países autoritarios, se encuentran Haití y Cuba.

El estudio intenta cuantificar con un índice que va de 0 a 10 el estado de la democracia liberal en 165 estados independientes y dos territorios.

Los países son clasificados en cuatro categorías: aquellos que cuentan con “democracias plenas”, los que son “democracias imperfectas”, aquellos que tienen modelos “híbridos” y los “regímenes autoritarios”.

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores evaluaron no sólo el clásico acceso a las urnas, sino cinco factores más: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionalidad del gobierno, participación política y cultura política.

“Elegimos estos criterios para dar una definición más fuerte, amplia y sólida que no sea sólo tener elecciones y tener respeto a las libertades civiles”, le explica a BBC Mundo Irene Mia, directora regional de Latinoamérica en EIU.

Y bajo esos parámetros, América Latina experimentó una regresión respecto del índice del año anterior.

“A pesar de la democratización en América Latina en las décadas recientes, muchos países de la región cuentan con democracias frágiles”, se lee en el informe.

Sin embargo, entre los expertos no hay consenso sobre cómo definir –ni menos, medir– la democracia.

De acuerdo con el estudio de EIU, en América Latina “los niveles de participación política son generalmente bajos y la cultura democrática es débil”.

La mayor parte de los países de la región, según el estudio, ha logrado establecer “elecciones libres y justas” y el respeto a las libertades civiles.

De hecho, en ambos factores, Latinoamérica se posiciona mejor que sus pares de Medio Oriente, África y Europa del Este.

Pero el proceso democrático está estancado, asegura el documento.

La región “es incapaz de progresar en la democratización”, señala el estudio. Uruguay y Costa Rica con la excepción, con índices de 8,17 y 8,03 respectivamente, lo cual permite incluirlos en la categoría de “democracias plenas”.

Estas, según el IEU, se entienden como países donde no sólo las libertades civiles y políticas básicas son respetadas, sino que son la base de una “cultura política que conduce al florecimiento de la democracia”.

En términos generales, la democracia plena mejor evaluada, con el número uno del índice, es Noruega, con 9,93.

Ambos países son considerados por el informe de EIU como “regímenes autoritarios”.

Sin embargo, el concepto de “democracia popular o participativa”, como define el gobieno cubano su propio sistema político, no es comparable al concepto de “democracia liberal”, bajo el cual se entiende el índice.

De todo el listado, el país menos democrático es Corea del Norte, con un índice de 1,08.

LAS IMPERFECTAS

Chile (7,80), Brasil (7,38), Panamá (7,24), Argentina (6,84), México (6,68), Colombia (6,55), Perú (6,54), El Salvador (6,53) y Paraguay (6,26) están consideradas por el índice como “democracias imperfectas”.

Esta categoría abarca aquellos estados que, según el estudio, tienen elecciones libres y justas, libertades civiles básicas respetadas, pero presentan debilidades en otros aspectos como gobernabilidad, bajos niveles de participación y una cultura política poco desarrollada.

Sin embargo, los límites entre las categorías del informe son difusos, según le explica a BBC Mundo Francisco Panizza, profesor e investigador de London School of Economics (LSE) y experto en Democracia y Derechos Humanos en América Latina.

“Muchos otros índices ponen a un país como Chile como una democracia plena (...). No existen las democracias perfectas, pero yo diría que países como Chile, Brasil, Uruguay, son democracias en general de buena calidad”, señala el experto.

Según el profesor de London School of Economics, el punto de división entre democracias imperfectas y regímenes híbridos “no está hecho con demasiado rigor”.

Por ejemplo, en el caso de Bolivia, asegura Panizza, “en muchos sentidos el gobierno de Evo Morales profundizó la democracia al integrar y dar participación a amplios sectores excluidos de la sociedad, como los indígenas”.

“En Ecuador no cabe duda de que la reelección de Correa reflejó muy claramente la popularidad que tiene el presidente Correa en Ecuador”, dice el académico.

El informe advierte que existen riesgos que afectan a la democracia en general en la región.

“El crimen descontrolado en algunos países –particularmente la violencia y el tráfico de drogas– así como la corrupción, están teniendo un impacto corrosivo sobre la democracia en América Latina”, explica el informe. Pero estos no son los únicos peligros.

“Los problemas más graves para la democracia en la región siguen teniendo que ver con las debilidades institucionales de los Estados, los continuos niveles de desigualdad socioeconómica y los bajos niveles de educación”, le explica a BBC Mundo Francisco Panizza, profesor e investigador de London School of Economics (LSE) y experto en Democracia y Derechos Humanos en América Latina. Un índice más preciso debiera contemplar también estos factores, apunta Panizza. (El Pais/BBC Mundo)

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