Con la entrega de credenciales a las 352 autoridades electas el pasado 12 de octubre, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) puso punto final al calendario que rigió las elecciones generales 2015. En el acto, la presidenta de dicha institución pidió disculpas al pueblo boliviano por los “errores cometidos” en el proceso.
“En este ámbito reflexivo el Tribunal Supremo Electoral con humildad ofrece al pueblo boliviano sus sentidas disculpas por los errores cometidos. Aprendimos que por la responsabilidad del proceso que al menor error es ampliado y sobredimensionado y es nuestro compromiso realizar todas las acciones que sean necesarias para no reiterar lo negativo y optimizar lo positivo”, manifestó la presidenta del TSE, Willma Velasco.
En el acto realizado en el auditorio del Banco Central de Bolivia, Velasco aceptó los errores cometidos en las elecciones presidenciales del 12 de octubre, en la que hubo irregularidades en la consolidación del Padrón Electoral, el proceso de cómputo, la impresión de boletas con el rótulo “Estado Plurinominal de Bolivia” y la quema de ánforas, aspectos que ponen en duda la transparencia de los comicios.
Asimismo, Velasco pidió a las nuevas autoridades legislativas sencillez y humildad a la hora de ejercer sus cargos en la Administración Pública. En el acto se entregaron 352 credenciales correspondientes a 72 senadores, 260 diputados y 18 representantes supraestatales, titulares y suplentes, además del Presidente y Vicepresidente.
En miras a las elecciones 2015, la autoridad electoral pidió a la población asistir al empadronamiento y a las urnas el próximo 29 de marzo e hizo una reflexión sobre si los partidos políticos socializan de manera correcta y amplia sus propuestas, y si los ciudadanos acuden a las urnas conociendo a sus candidatos.
NORMA PIÉROLA
A su turno de recibir su credencial, la diputada electa por Cochabamba, Norma Piérola, se acercó a saludar a las autoridades esquivando la mano extendida del primer mandatario del Estado, Evo Morales, actitud que causó molestia entre los asistentes del oficialismo, quienes mostraron su descontento con silbidos y gritos que pedían su desalojo del lugar.
“No es un desplante, para mi simplemente es un acto de sinceridad. No he querido darle mano porque no puedo hacerlo con una persona a quien no reconozco como presidente, para mí simplemente es un acto de rebeldía, de demostrarle que no soy una persona hipócrita y que nunca más le pienso dar la mano al señor”, manifestó Piérola a la prensa luego del incidente.
Asimismo, aclaró que no quiso ser grosera y que se pasó de largo porque ninguno de los vocales le extendió la mano.
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