02 octubre 2014

Transfugio: Certificado de buena conducta

Tal es la necesidad de votos, que el transfugio político es aplaudido por el oficialismo y la oposición.

Antes de septiembre y luego de conocerse públicamente el contenido de las encuestas de opinión, comenzó el cambio de guardia. Casi todos los disidentes de la oposición encontraron las puertas abiertas del Movimiento Al Socialismo.

Dirigentes que habían sido proclamados para ocupar determinadas candidaturas, corrieron a las filas del MAS, abandonando sus compromisos políticos con Unidad Demócrata, Partido Demócrata Cristiano, Movimiento Sin Miedo y Partido Verde de Bolivia.

En apariencia, el MAS es el partido que mayor cantidad de tránsfugas reclutó en un relativo espacio de tiempo y luego que Evo Morales llamara a sus disidentes, retornar al Partido.

En sentido opuesto, el transfugio castigó sin misericordia a los partidos de oposición. Perdió centenares de militantes y de candidatos.

De uno y otro lado, los tránsfugas fueron aplaudidos y hasta respetados por el acto de salir de un partido, para engrosar otro.

Sin embargo, la opinión pública reparó en que, los tránsfugas buscaron lo mejor para ellos, guiados por las encuestas de opinión.

El transfugio, de ninguna manera puede ser considerado como un acto de valentía y de honra, ni como un certificado de buena conducta. Pasar de uno a otro partido, no es ético ni dice bien del tránsfuga porque, la opinión pública está segura que el transfugio empaña la imagen de quien lo practica y contamina a quien lo admite.

No obstante, hoy, el transfugio sería un certificado de buena conducta y un buen motivo para propaganda partidaria.

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