29 julio 2014

Pulso entre “gonistas” y “funcionales” desnuda la enésima crisis del MNR

El octogenario partido rosado las ha vivido casi todas. El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) nació con vocación hegemónica, y como tantos de su época, se fue dividiendo en mil pedazos y reinventándose cada quinquenio. El propio Víctor Paz Estenssoro, fundador y tres veces presidente constitucional desde la Revolución del 52 lo vio moribundo y resucitado varias veces. La titularidad de la sigla se ha peleado infinidad de veces y pocos de los más antiguos militantes recuerdan con detalle algo semejante a lo que sucede actualmente.

El pasado jueves 24 de julio, la bandera rosada ondeó en el restaurante El Marqués de la capital tarijeña en el acto de firma del convenio entre el MNR y UNIR, que a su vez se unen a nivel nacional con Tuto Quiroga, hoy vestido de Partido Demócrata Cristiano (PDC). El autor de la firma por el MNR, Johnny Torres, tanto en el nivel departamental como en el nacional.

Al día siguiente, viernes 25 de julio, la bandera rosada ocupa lugar privilegiado en el espectáculo multicolor que Samuel Doria Medina y Ernesto Suárez organizaron en el Coliseo Universitario para presentar a los candidatos de Unidad Demócrata (UD). El autor del discurso por parte del MNR, Erik Morón, que respalda la alianza del cementero.

Un partido, dos líderes

El cruceño Erik Morón y el tarijeño Johnny Torres se disputan la titularidad del partido desde octubre de 2013, luego de que un Comando Nacional celebrado en Santa Cruz con denuncias de irregularidades en la acreditación, delegaciones bloqueadas e incluso agresiones físicas, despojara a Johnny Torres de la jefatura nacional y se la diera a Erik Morón, algo que los seguidores habituales del partido rosado no dudaron en titular como “el gonismo retorna el control en el MNR”.

Torres ya había logrado la jefatura departamental de Tarija en septiembre, también entre polémicas, ya que su único contendor, Rodrigo Figueroa, fue descalificado por el Comité Electoral. Figueroa, a la postre el delfín del ejecutivo seccional de Cercado, Alfonso Lema, es hoy candidato a la diputación uninominal 40.

Torres impugnó la elección de Morón ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que desde hace un tiempo se inmiscuye en los asuntos de organizaciones privadas a modo de juez externo. El TSE le dio la razón, dañando aún más su credibilidad, y es que si de algo acusa el entorno de Morón a Torres es de ser “funcional” al Movimiento Al Socialismo (MAS) y el TSE no goza precisamente de presunción de imparcialidad entre los opositores.

Torres defendió su inocencia y legitimidad en el cargo incluso exhibiendo los papeles del TSE ayer en la plaza Luis de Fuentes, pero las “sospechas” sobre Torres tienen larga data. El “incidente” en el Beni en 2011, que acabó con la suspensión del gobernador electo y hoy candidato vicepresidencial, Ernesto Suárez, tuvo como actores no sólo al Movimiento Al Socialismo (MAS) sino a ilustres miembros del MNR, sobre los que, dijo, no pudo ejercer la autoridad. Meses después la bandera rosada desfilaría junto a la del MAS.

Autoridad que al parecer tampoco pudo inculcar sobre los asambleístas del MNR aquí en Tarija, cuando miembros de su partido como Normando Choque, Paul Mendoza y William Fernández facilitaron la prórroga del interinato de Lino Condori en contra del criterio de la bancada con la que concurrieron en coalición, Camino al Cambio. Desde entonces, la coordinación entre Camino al Cambio y Torres ha sido prácticamente inexistente, incluyendo una grotesca elección de directiva en la Asamblea en la que cada parte de la coalición presentó sus candidatos por separado. Los anuncios de reprimenda del entonces jefe nacional Johnny Torres quedaron en nada. Torres se quedó con la presidencia de la Comisión de Hidrocarburos en esa oportunidad.

Torres – Morón, Morón – Torres mantienen el pulso y prometen llevarlo al extremo. No habrá reconciliación antes del 12 de octubre, mientras que el sufrimiento de la sigla, en riesgo incluso de desaparecer, no parece importar demasiado.



El apunte

Un pacto exprés en el departamento

Johnny Torres mantuvo al MNR en el Frente Amplio hasta que Samuel Doria Medina decidió forzar la alianza con los Demócratas de Rubén Costas llevando a Ernesto Suárez como vicepresidente. A pesar de las diferencias entre Torres y Morón, quien hizo “la elección primaria” dentro del Frente Amplio fue Erik Morón.

Consumada la alianza de Unidad Demócrata, Torres denunció traición y corrió en busca de Jorge Quiroga y en alianza con el alcalde Montes haciendo una alianza departamental. Mientras tanto, Morón ha colocado a una veintena de emenerristas en la franja de seguridad de Unidad Demócrata en todos los departamentos, incluyendo tres en el Beni.

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