La candidata a la Vicepresidencia por el Partido Verde, Margot Soria, nació en la zona Gran Poder. Gusta del fútbol, una pasión que nació cuando iba a los partidos de los obreros para realizar contactos, durante la dictadura de Hugo Banzer.
La activista ambiental cuenta que en ese periodo de facto perdió a dos hijos, mientras estaba en gestación. "He entregado hijos a la democracia pero no pido indemnización”, sostiene Soria, entre sollozos.
Página Siete conversó con la fundadora del Partido Verde, que postula junto al candidato a la Presidencia Fernando Vargas, líder indígena, que se destacó en la marcha por el TIPNIS.
Soria es doctora en Sociología y desde hace 20 años es docente de la Universidad Mayor de San Andrés, en la carrera de Trabajo Social. Cree que es momento de que las mujeres tomen un rol protagónico en la política.
¿Puede describir en pocas palabras quién es Margot Soria?
Soy docente universitaria emérita formada en Ciencias Sociales, soy doctora en Sociología y trabajadora social. Vengo 40 años haciendo política, marcada por el respeto a mis principios y a mis convicciones ideológicas.
¿Cómo se define en términos personales?
Un poco tímida, pese a todo lo que hago; como una líder y sobre todo como una persona que ama mucho a Bolivia. Soy alegre y bastante responsable. Yo cumplo mi palabra, no necesito nada escrito.
¿Cuáles son sus principios y convicciones políticas?
Vengo de la izquierda, soy democrática, pluralista y tengo profundo respeto a los derechos humanos. Luché contra la dictadura banzerista. Perdí dos hijos en esta lucha. El primero porque tuve una gestación en clandestinidad, estuve oculta en la iglesia de Vino Tinto, aquí en La Paz. El padre nos daba cobijo a los izquierdistas. Estuve oculta ahí durante todo mi periodo de gestación y lo único que comía era arroz con huevo.
El segundo bebé lo perdí cuando mi esposo, en aquel entonces, me pidió que me vaya al exilio para cuidar a nuestro hijo; cuando me fui a ocultar a Potosí se plantó la flota y por miedo de que me agarre la Dirección de Operación Política me subí a un carro arenero y cuando llegué, perdí a mi segundo hijo.
Entregué hijos a la democracia pero no pido indemnización ni la quiero porque peleo por convicción del país.
¿Qué hizo mientras estaba oculta en la iglesia de Vino Tinto?
Leía, pensaba y reflexionaba.
¿Qué lecturas recuerda?
Una novela que me dio mucha fuerza para seguir adelante fue Así se templó el acero, de Ostrovski, y La madre, de Gorky. Leí a García Márquez, a Mao y a Lenín también. Recuerdo que en la época en que empezamos a pelear contra la dictadura teníamos células y nombres de guerra.
¿Cuál era su nombre de guerra?
Tuve dos nombres: Alejandra y, en otra época, Ana.
Pasemos a su actual situación política. ¿Cuándo y cómo se crea el Partido Verde?
El 2007 después de que el 2005 Alan Lipietz, del Partido Verde francés, me invitó a fundar el Partido Verde en Bolivia. En abril de 2007, tomé el desafío, pensando en que era necesario cambiar las formas de pensar. Y el 16 de julio de ese año constituimos el partido entre cinco personas. Para el 9 de agosto teníamos más de 100 firmas y ahí fue cuando fundamos el partido.
¿Qué es lo que proponen como partido en estas elecciones?
Creo que los políticos tenemos que empezar a pensar en dos cosas: en los ciudadanos y en lo que como país necesitamos. Eso es una forma de devolverle la ética a la política.
Usted es acompañante de Fernando Vargas, ¿cuándo lo conoció?
Desde la VIII y IX marcha indígena. No es una relación de amistad pero sí es una relación de lucha conjunta.
¿Por qué no se postuló como candidata a la Presidencia?
El año pasado, en congreso, mi partido decidió eso: "Margot Soria, presidenta”. Luego, muchas personas que me conocen y me preguntan "¿por qué no?”. Cuando quise colocarme en la palestra política y me presenté en algunos debates, nunca tuve mucha repercusión. Y de ahí venía la reflexión de mis allegados: "lo que pasa es que no te conocen”, me decían por ese entonces.
Sólo los que son conocidos tienen la posibilidad de hacerlo. ¿Qué hacemos con los que no nos conocen? Yo estoy tomando esto como una oportunidad de hacernos conocer, que conozcan al partido.
¿Cuál es la característica política del Partido Verde?
He tomado el desafío de hacer el partido pensando en que hay muchos jóvenes en este país. Pienso que la juventud no tiene en Bolivia un proyecto de vida, ni el Estado le ofrece un proyecto de vida. El joven es invisible para el Estado boliviano. El partido es de los jóvenes.
Del total de candidaturas a diputaciones y senadurías, ¿cuántas serán para jóvenes?
Aproximadamente un 40% y un rango de edad entre 23 y 29 años.
Se dice que mientras más partidos y frentes existan, se atomizará el voto frente al actual partido de Gobierno para las siguientes elecciones, ¿coincide con esta visión?
Sí, evidentemente puede que haya una atomización del voto. Esto muestra algo que yo había dicho hace menos de un año a la prensa. Dije que la unidad de la oposición nunca iba a darse porque los caudillos de esos partidos difícilmente iban a ceder a sus aspiraciones corporativas y personales.
¿Y por qué su partido es ahora una alternativa?
Queremos ser la alternativa ofreciendo construir políticas de Estado, queremos devolverle la ética a la política.
Queremos defender los recursos naturales e instaurar modelos de desarrollo en el país.
El rol de la mujer fue históricamente importante en Bolivia, sin embargo, no tuvo niveles altos de representatividad, ¿cuál cree que es la situación actual?
Es un gran desafío para la mujer. Las mujeres hemos creído que "detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, y nos hemos conformado con la subordinación. Esto tiene que ser roto por la propia mujer. Hay que decir: "aquí hay una gran mujer que puede aportar al país y lo va a hacer”. Ése es el trabajo que debemos hacer. Es el gran momento de tomar en nuestras manos el destino del país y el destino de las propias mujeres.
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