Hace casi cinco años que los gobiernos de Bolivia y Estados Unidos rompieron relaciones diplomáticas tras que el presidente Evo Morales expulsara del país, en septiembre de 2008, al embajador de ese entonces Philip Goldberg acusado de conspirar contra su gobierno. La respuesta no se dejó esperar ya que unas horas después desde Washington declararon persona no grata al embajador de Bolivia, Gustavo Guzmán.
Desde esa época hasta la fecha ese país, considerado como una potencia mundial, es representado con encargados de negocios a pesar del acuerdo del 2011 de reestablecer embajadores. Por su parte Bolivia designa a cónsules en Estados Unidos para ser representada. La más reciente es la exmodelo y candidata por la Gobernación del Beni Jessica Jordan.
“Evidentemente no tenemos relaciones (con Estados Unidos). No me interesa, no nos interesa porque de ahí vienen las políticas de saqueo, intervenciones, bases militares y no nos interesa tener buenas relaciones con el Gobierno de Estados Unidos; pero sí tenemos buenas relaciones con el pueblo norteamericano”, afirmaba en enero de este año el mandatario Evo Morales
Ese es el escenario en el que los ciudadanos estadounidenses que radican en Bolivia recuerdan este 4 de julio de 2014, el 238 aniversario de la Independencia de los Estados Unidos de América.
REAPERTURA
En ese contexto, el excanciller y diplomático Javier Murillo de la Rocha, en contacto con EL DIARIO recomendó que el Gobierno boliviano debería trabajar en la recomposición de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos más allá de las ideologías ya que esta apertura traería a Bolivia grandes posibilidades y beneficios sobre todo en el aspecto comercial.
“Es una tarea pendiente y yo creo que hay que retomar el diálogo político y elevarlo de nivel. A mi juicio hay que seguir trabajando para recomponer las relaciones bilaterales cooperativas y más allá de las ideologías, de las posiciones que sustentan nuestro Gobierno y lo que representa Estados Unidos en el orden mundial para seguir contando con ciertas áreas de cooperación importantes”, afirmó De la Rocha.
Para el diplomático, este componente ideológico no parte principalmente de Bolivia sino que corresponde a definiciones que se han tomado en el marco del Alba (Alianza Bolivariana para América). “Hay un bloque de países que consideran que Estados Unidos siempre condiciona y relaciona la colaboración con temas ideológicos, con temas de intervención en asuntos internos. Entonces ese bloque ha enfriado y ha distanciado la relaciones con Estados Unidos por una cuestión ideológica”.
La Alianza Bolivariana para América o Alba es una organización internacional de ámbito regional, enfocada para los países de América Latina y el Caribe que pone énfasis en la lucha contra la pobreza y la exclusión social con base en doctrinas de izquierda.
Es un proyecto de colaboración y complementación política, social y económica, promovida inicialmente por Cuba y Venezuela y fue creada como contrapartida del Alca (Área de Libre Comercio de las Américas), impulsada por Estados Unidos.
La percepción de De la Rocha es que cuando Estados Unidos colabora a países en América Latina condiciona su colaboración y lo que hace mediante ese apoyo es intervenir en asuntos internos de Estado y esa posición ha sido duramente criticada por los países particularmente del Alba. “Me parece que es el principal obstáculo que no se ha podido superar para que las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos estén en un momento muy bajo de sus relaciones”.
El diplomático plantea que para evitar esas susceptibilidades ambos estados, sobre todo Estados Unidos se comprometa a no inmiscuirse en asuntos internos de Bolivia.
“Habría que retomar el diálogo bilateral entre ambos estados y ver hasta dónde se pueden conciliar posiciones de manera que se reabra la cooperación con Estados Unidos sobre todo en el tema comercial y que existan las suficientes seguridades de que estados Unidos no va utilizar ningún programa de cooperación para Bolivia”, finalizó.
EXPULSIONES
Tras la expulsión en septiembre de 2008, del embajador Philip Goldberg, el presidente Evo Morales también expulsó ese año a la agencia antinarcóticos de Estados Unidos (DEA por sus siglas en inglés) y en 2013 hizo lo mismo con la agencia de cooperación (Usaid), bajo las mismas acusaciones de supuesta conspiración. En junio de este año, Peter Brennan fue nombrado como nuevo Encargado de Negocios de la Embajada de EEUU. Dos meses antes, el 26 de abril de 2014, Jefferson Brown, fue designado en ese cargo y le sucedía en la misión a Aruna Amirthanayagam, que fue el encargado de Negocios desde principios de marzo, tras el relevo de Larry Memmott, que desempeñó esa función desde julio de 2012.
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