El acto para conmemorar el Día del Trabajador no duró ni una hora y el discurso del presidente Evo Morales, a diferencia de otras ocasiones, fue corto y sin anuncios importantes. Después de la marcha, desde la avenida Ismael Montes hasta la plaza Murillo que duró una hora y 15 minutos, solo tres personas tomaron la palabra para dirigirse a la multitud reunida en el epicentro político del país.
Tanto Damián Condori, ejecutivo nacional de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (FSUTCB), como Juan Carlos Trujillo, dirigente máximo de la COB, ponderaron el acercamiento entre las dos organizaciones con el Gobierno. Al hecho de compartir este acto en Palacio Quemado, le llamaron histórico.
“Este es el pueblo que ha llegado al Palacio, estamos en el Gobierno y seguiremos en el Gobierno diga lo que diga la derecha”, aseguró Condori en un encendido discurso de respaldo a Morales.
A su turno, Trujillo resaltó que este Primero de Mayo es histórico para las organizaciones sociales, porque lo celebran junto al Gobierno de turno. “Que la COB y el presidente Evo estén en la plaza Murillo no es coyuntural, es de carácter indefinido porque es el rencuentro de las clases sociales”, aseveró.
Evo quiere una “plaza de la revolución”
El mandatario boliviano, después de felicitar a los trabajadores en su día y de promulgar el Decreto Supremo 1988, que instruye el incremento del 10% al salario básico y el 20% al salario mínimo nacional; insistió en la creación de la “plaza de la revolución”.
Esta iniciativa surgió luego de ver que las organizaciones sociales que asistieron a la marcha por el Día del Trabajador no todas pudieron ingresar a la plaza Murillo por la falta de espacio.
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