La nacionalización de las empresas que antes eran de los bolivianos sigue siendo el principal logro que la población le reconoce al presidente Evo Morales. Uno de cada cuatro de los encuestados se inclinó por destacar este hecho. Mientras que los bonos y la buena gestión económica del país pasan a un segundo plano.
Por el lado de los errores del Gobierno, la compra de lujos innecesarios es rechazada en la misma proporción que es elogiada la nacionalización. También la población ve con preocupación dos tipos de represalia: el uso de la fuerza policial o militar contra protestas sociales (18%) y la persecución judicial de opositores políticos (18%).
Para Carlos Guzmán, hay un estancamiento del discurso del Gobierno sobre su gestión. Desde Palacio Quemado, se sigue ponderando los logros de las nacionalizaciones, pero estos ya no impactan tan fuerte en la población. “Debe haber un rastrillaje comunicacional desde el Ejecutivo”, opina el politólogo.
Su colega Yerko Ilijic pone el acento sobre la represión de manifestaciones y la persecución judicial de opositores. Para él, la población percibe ambos actos como una sola cosa, por lo que cree que es la principal preocupación de la gente y configuran al Gobierno de Morales como autoritario, nacionalista y populista.
Le llama la atención a Ilijic que un país donde más de dos tercios de la población admite que su economía está mejor o igual que el año pasado y que tiene la esperanza de que en los próximos 12 meses esto mejore, el desempeño económico del Gobierno sea solo elogiado por uno de cada seis de los encuestados. Además, ve un peligro en los bonos y es la creación de dependencia, de cierto paternalismo entre el Estado, representado por el presidente, y los sectores más pobres de la población, que podrían sentirse ‘extorsionados’ a seguir votando por él en las elecciones de este año.
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