El número de exiliados políticos continúa engrosándose. El senador opositor Róger Pinto, que salió del país el fin de semana pasado, es el nombre que se suma a esta lista. En los últimos diez años, la cifra de los exiliados bolivianos aumentó de manera considerable. Según, un informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), existían hasta enero de 2013 un total de 774 bolivianos exiliados. Sin embargo, esta cifra data, desde muchos años anteriores, incluyendo la declaratoria de estado de sitio y remarcando la militarización del departamento de Pando, dictada por el actual gobierno en el 2008. Este número sirve para medir el régimen del actual gobierno, al que opositores consideran como "autoritario", dado que desde que Morales está en el cargo, los exiliados en su gestión son más de 300 bolivianos.
¿Cómo quedamos?. A consecuencia de esta situación, Manfredo Kempff, considera que esto afecta al prestigio del Gobierno, por su dureza. "Enviar al éxodo a familias enteras es algo que nadie acepta, en un sistema de derecho y por lo tanto, nuestros vecinos y el mundo democrático lo deben ver con muy malos ojos", dijo Kempff, recordando que en Bolivia la democracia arrancó en 1982 y ahora se ve dañada con la cantidad de presos políticos y exiliados. El exdiplomático, añadió que las relaciones con los vecinos limítrofes van a continuar, aunque cada vez con mayores roces. "Esto solo puede llevarlo a que se justifiquen las acusaciones de autocracia que se oyen, sobre su gobierno", informó.
Acciones congeladas. En mayo pasado, la oposición boliviana a la cabeza del senador Marcelo Antezana, indicó que existe la necesidad de crear una Ley de Amnistía Política para que los líderes de la oposición, como Manfred Reyes Villa, Mario Cossío y otros, retornen al país, sin embargo esto fue inmediatamente descartado por el vicepresidente Álvaro García Linera. La Iglesia, también se sumó al pedido de Amnistía política.
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