El alcalde de El Alto, Édgar
Patana, sueña con una urbe moderna, ordenada, capaz de brindar todos los
servicios básicos a sus habitantes. Rescata el espíritu combativo de
los alteños, pero señala que aún no son suficientes los recursos
económicos con los que cuenta el municipio.
— ¿Cuál es el perfil que quiere darle a El Alto en su gestión?
— Como todo alteño, quiero modernidad, una ciudad con gran cobertura de
servicios básicos y ordenada en sectores como la Ceja. Pretendemos
infraestructuras, pero de magnitud. Con el apoyo del presidente Evo
Morales entregaremos el Polideportivo, la Casa Municipal o Jach’a Uta y
la Terminal de Buses. Son los primeros pasos, para cerrar el último año
con proyectos del nivel educativo y la instalación de alcantarillado en
los distritos 7, 8, 12 y 14.
— ¿En qué están las cámaras dispuestas para seguridad?
— Ya las tenemos, pero hubo problemas. Una vez que llegaron, nos
dijeron que las líneas eran gratuitas; no fue así, y compramos una
línea. Ahora, la empresa que las instala solicitó la sala de monitoreo
en la Alcaldía Quemada, pero los jóvenes de la Escuela Municipal de
Artes objetaron instalarla; sin embargo, al final, aceptaron. En marzo
se entregarán las cámaras y la sala de monitoreo.
— ¿Y los proyectos estrella?
— A nivel macro está la Terminal de Buses y la Jach’a Uta, que vamos a
licitarlas en marzo y en un par de meses comenzarán las obras. En
segundo lugar, estamos avanzando con proyectos como el paso a desnivel,
los túneles en el aeropuerto y los puentes de conexión por el río Seke.
— ¿Qué fortalezas de El Alto se pueden aprovechar para beneficio del departamento?
— Los sectores productivo y artesanal, el desarrollo empresarial es
innato en El Alto, y los debemos fortalecer. Para ello hace falta
inyección económica y, a través de la Alcaldía, generaremos espacios
para mercados. El otro fuerte es la mano de obra para servicios y
producción, pero ahí nos falta apoyo porque estamos consumidos por las
obras.
— ¿A qué se apunta para el desarrollo económico?
— Empezamos con el Parque Industrial, que será para los sectores
mediano y grande, y para el pequeño habrá capacitación e
infraestructura. Empero, tenemos que elaborar productos made in El Alto.
Trabajamos con organizaciones de artesanos, como las de carpinteros que
hacen muebles para escuelas. Las jardineras de la avenida 6 de Marzo
las hicieron soldadores alteños y ahora necesitamos tener nuestros
propios viveros.
— ¿Cuáles son los desafíos de la urbe?
— Las obras grandes y de impacto social. Nos costó bastante salir de la
inflación del POA (Plan Operativo Anual), que originó un déficit
presupuestario de Bs 565 millones, pero pudimos sanearlo en dos años de
gestión. Habían obras pequeñas y se las hizo; no obstante, la gente
quiere obras grandes.
— ¿El Alto sigue siendo el bastión político de La Paz?
— Desde 2000, y quizás desde más antes, El Alto es muy influyente y
decisivo para continuar con el proceso de cambio o para que se paralice.
Es importante, no desmerecemos a otros lugares, pero esta ciudad es
decisiva y si bien el presidente Evo Morales es como dice la gente (“de
nosotros, de nuestra clase y vive nuestra realidad”), ese cariño que se
tiene al proceso también está siendo presionado por los resultados.
Nuestro Presidente hace todo, pero falta más (apoyo).
— ¿Cuáles son los regalos para el aniversario alteño?
— Entre los principales están el Polideportivo, cuatro canchas de
césped sintético, el mejoramiento de parques y la entrega de dos
subalcaldías, que son obras de entre Bs 3 millones y Bs 3,5 millones. Al
margen de ello anunciaremos otros que vendrán en el transcurso de
marzo.
— ¿Cuánto de presupuesto recibe El Alto con relación a otros municipios?
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