Hoy 10 de noviembre, Potosí celebra 202 años del levantamiento de 1810 contra el régimen monárquico español. En la época colonial era el mayor centro de producción de plata y una de las ciudades más grandes de América. Posteriormente las diversas crisis mineras (plata y estaño) afectaron el desarrollo de esta ciudad.
Actualmente, Potosí es una ciudad colonial con un rico pasado histórico por lo cual ostenta el título de “Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad”. Situado al pie del cerro Rico, es famoso por sus yacimientos de metales preciosos e inmortalizado por la frase ¡Vale un Potosí! En la época colonial, los españoles que vivían en la ciudad disfrutaban de ostentosos lujos y para significar la opulencia se hizo corriente la exclamación de ¡Vale un Potosí!. Pero la población indígena, en tanto, sufría explotación infrahumana.
Historia
De acuerdo con varios cronistas, cuando el inca Huayna Capac envió gente a trabajar a las minas en el Sumaj Orqo (montaña majestuosa), se oyó un espantoso estruendo y una voz que dijo: “No saquen plata de este cerro, porque será para otra gente”.
Asombrados avisaron al Inca, usando la palabra “P’otoqsi”, que en idioma quechua significa “reventar”.
Otra versión sostiene que las vetas de plata fueron descubiertas de forma casual. Diego Huallpa, un pastor quechua, se perdió mientras regresaba con su rebaño de llamas. Decidió acampar al pie del Cerro Rico y encendió una gran fogata para abrigarse del frío.
Cuando despertó encontró que entre las brasas brillaban hilos de plata fundidos y derretidos por el calor del fuego.
Es este descubrimiento el que induce al capitán Juan de Villarroel y otros españoles a ir a Potosí desde Porco, donde ya se trabajaban minas de plata desde la época incaica. Así, a partir de 1545, Potosí se convierte en un importante “asiento de minas”, creciendo desordenada y rápidamente, convirtiéndose en “villa”. El emperador Carlos V le concedió un escudo de armas y título de “Villa Imperial”.
En 1630, Potosí llegó a tener 160 mil habitantes, algo más que las ciudades de París y Londres de esa época, convirtiéndose en la ciudad más grande de América. Sus minas producen para enriquecer a la corona y promover las artes, construcciones y la expansión territorial. Se incrementa el comercio.
Insurrección. El 10 de noviembre de 1810, fecha de la insurrección potosina a favor de la libertad, no puede ser sino interpretada y analizada dentro del contexto general de la lucha emancipadora de América. El 9 de noviembre, entran a Potosí los derrotados en Suipacha. En la noche planifican la revolución. El 10 la gente, en la plaza de Armas, pedía cabildo abierto. Invaden la casa de gobierno.
Los cuarteles son tomados y hombres y mujeres se adhieren al grito libertario.
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