El Ejecutivo aseguró que las Fuerzas Armadas no saldrán a las calles para evitar enfrentamientos como los registrados en febrero de 2003, durante el gobierno del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada, cuando un cruce de balas entre militares y policías dejó un saldo de 33 fallecidos. Una eventual autorización para que las FFAA intervengan en la actual coyuntura, significaría el reconocimiento tácito del primer mandatario Evo Morales en toda responsabilidad posterior, tal como establece el Decreto Supremo 27977, dictado por el gobierno del exmandatario Carlos Mesa.
En su blog de Internet, el expresidente de la República, Carlos Mesa, recuerda que existen normativas para que el uso de las FFAA en convulsiones sociales, respondan a un caso extremo, cuando toda instancia de diálogo se haya agotado. Esta determinación también debe responder a una intrínseca responsabilidad enmarcada dentro de la Constitución Política del Estado (CPE) y las normas y preceptos internacionales sobre derechos humanos.
“La crisis de autoridad del Estado reflejada en tres motines policiales en doce años, nos obliga a hacer una profunda reflexión. Para contribuir a hacerla, me parece pertinente transcribir en su integridad el DS 27977 que dictó nuestro gobierno el 14 de enero de 2005 y el Reglamento que lo acompañaba. Creo que fue una contribución al respeto a los DDHH y a la adecuada administración de la violencia por parte del poder político y del poder armado. Recogía las duras lecciones de febrero de 2003 y septiembre-octubre de 2003”, reflexiona el exdignatario.
El precepto fue firmado el 14 de enero de 2005, como una respuesta democrática al rol de los militares en conflictos sociales y después de la trágica experiencia vivida en octubre de 2003 y su antecedente previo en febrero del mismo año.
Junto al artículo único del DS 27977 acompaña el texto íntegro del Manual del Uso de la Fuerza en Conflictos Internos, en cuyo capítulo II cita: “Empleo de fuerzas militares. En el mantenimiento del orden público interno es atribución del Presidente de la República, como Capitán General de las FFAA, ordenar la participación de unidades operativas de las FFAA, en aquellas situaciones en las que los elementos policiales empeñados en un área determinada fueran rebasados por la magnitud de la violencia de las personas que intervienen en el conflicto o cuando la escalada del conflicto social hace prever la necesidad del empleo de dichas unidades militares”.
Bajo este concepto, cualquier acción que emprendan las fuerzas militares deberá tener la aprobación y firma específica del mandatario de turno, en este caso, el presidente Evo Morales, sin que hubiera ninguna cadena de mando previa.
El fin de semana, Morales Ayma dijo que no recurriría a las FFAA, precisamente para evitar cualquier tipo de confrontación y acusó a “la derecha” de estar de tras de una figura conspirativa que busca muerte y luto en el país para desprestigiar a su gobierno.
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