La debilidad y fisuras al interior del Movimiento Al Socialismo (MAS) fueron confirmadas ayer en el Congreso del partido. Hubo golpes de patadas y puños, además del uso de algunos objetos contundentes entre militantes disconformes. El presidente Evo Morales terminó con una llamada de atención y comparó las peleas como actitud de niños. Advirtió con castigos y cambios de dirigentes.
En horas de la mañana, ayer, se registró una pelea entre militantes cruceños. El conflicto comenzó por panfletos repartidos en contra de concejales del MAS en torno a la suspensión de la concejala cruceña Desirée Bravo. La Policía Sindical intervino para evitar que se pase a mayores.
Los dirigentes de organizaciones argumentaron que el conflicto se dio por consumo de bebidas alcohólicas y conflictos no referidos al Congreso. De todos modos se anunció investigar.
“Quienes buscan división son infiltrados y hay que pensar en un castigo severo para quienes buscan dividir en las regionales”, manifestó el Presidente en su intervención en el acto de clausura del VIII Congreso.
Los dirigentes reconocieron que hubo problemas entre los militantes de Santa Cruz, Beni, Pando y Oruro. Y mientras Morales emitía su discurso un grupo de jóvenes se acercó poniendo incómodo al presidium gritando “¡Pando, Pando!” haciendo notar que no habían logrado la posesión de su representante. Luego, los identificaron como Juventudes de Santa Cruz de la Sierra también se acercaron al ritmo de tambores cantando “Viva Santa Cruz”, con el mismo problema.
“La derecha ya tiene identificado al enemigo del MAS que sería el mismo masista”, advirtió Morales pidiendo responsabilidad y unión.
El Presidente recomendó a las bases juveniles que no militen en el partido por una pega en las instituciones de gobierno, sino pensar en las futuras generaciones políticas del MAS y del pueblo boliviano.
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