06 febrero 2011

Michelle Bachelet ofreció 28 km de costa a Bolivia

Agenda: El avance fue considerado “excesivo” por el Gobierno de Sebastián Piñera, por lo que desechó la propuesta.

Roberto Navia / El Deber.- Mientras aparentemente no pasaba nada y a las costas del Pacífico se las veía lejanas desde Bolivia, dos comisiones de alto nivel de los gobiernos de Evo Morales y de Michelle Bachelet se reunieron “casi en secreto” entre 2007 y 2009 para intentar solucionar la centenaria historia sin mar de nuestro país.

Michelle Bachelet, la ex presidenta de Chile, llegó a considerar en negociaciones con Bolivia un enclave de costa en la provincia de Tarapacá.

La zona está ubicada en el sur de la quebrada de Camarones y el norte de Iquique. La fórmula “sin soberanía”, que se debatió en varias mesas de trabajo, sorteaba las obligaciones del Tratado de 1929, que dispone que Chile debe consultar a Perú por la cesión de territorios que le pertenecían antes de la Guerra del Pacífico, porque eran territorios bolivianos. Más detalles de ese acercamiento no se hicieron públicos.

Ahora, el hombre que encabezó la comisión de alto nivel del lado boliviano, como vicecanciller del Estado boliviano, Hugo Fernández, habla desde su domicilio de La Paz sobre los pormenores de esa oferta que nació de una propuesta chilena, que mereció una contrapropuesta boliviana y que ambos países la debatieron en el marco de la agenda de 13 puntos que se suscribió en julio de 2006 y en la que se encuentra incluido el tema marítimo en el punto sexto.

Fernández recuerda que desde el comienzo de las negociaciones con la Vicecancillería de Chile, se hizo saber a ésta que la propuesta tenía que establecer el terreno para construir una ciudad, un aeropuerto y sus carreteras, varios puertos y una amplia playa para tomar el sol y hacer negocios.

“Pero hay algo que los bolivianos deben saber”, dice la ex autoridad, “nosotros dejamos en claro a Chile que si bien no íbamos a discutir la soberanía en el principio, sí lo íbamos a hacer al final. Hay una norma en diplomacia: nada está acordado si todo no está acordado”, puntualiza.

Fernández recuerda que cuando trataron con Chile sobre el “tamaño del mar” que Bolivia negociaba, él les planteó: “Cualquier solución pasa por un tamaño de costa que pueda verse en un mapa de esos que utilizan en las escuelas. Es decir, nada pequeño”.

Por eso, afirma el ex Vicecanciller, en esa propuesta de enclave se habló sobre la otorgación de 28 km de costa en el sentido lineal. “Un tamaño insignificante para Chile pero importante para Bolivia”, remata el diplomático.

Tan serio iba el asunto que durante el primer semestre de 2009, una delegación de tres técnicos del Gobierno de Bolivia viajó de forma reservada, sin la intención de dejar huella, a la provincia de Tarapacá para ver in situ las características del sitio que se había definido negociar.

Los bolivianos estuvieron acompañados por funcionarios de la Cancillería de Chile y de la Dirección de Fronteras y Límites.

En esa comitiva no estaba Hugo Fernández porque a esas alturas de las negociaciones él ya era una persona conocida entre la prensa chilena. Pero estaba enterado del operativo. “Los técnicos viajaron en un transporte regular, vestidos como personas corrientes; los esperaron en Iquique y después se fueron en helicóptero al lugar del enclave”, recuerda.

El viaje duró tres días y la comitiva boliviana se munió con mapas y documentos topográficos para inspeccionar las características del terreno y las potencialidades de tal enclave.

Fernández dice que hay un documento en el que se menciona la visita de la misión conjunta sobre la cual se hizo un estudio específico para luego ser elevado como un acta de una posible solución.

La prensa chilena refleja que pese a la derrota de Eduardo Frei en las elecciones de enero de 2010, Bachelet mantuvo vivo el interés de alcanzar un acuerdo con Bolivia antes de terminar su mandato.

Tal fue así que el borrador del acta boliviana estaba siendo revisado para su ratificación mientras se iniciaba el traspaso de mando a Piñera. Pero todo cambió cuando llegó febrero. Fuentes diplomáticas de Chile informan que la Cancillería dio a conocer a las nuevas autoridades la declaración conjunta que pretendían firmar Michelle Bachelet con Evo Morales y que el documento fue considerado “excesivo” por los representantes del presidente Piñera.

Para el diplomático Agustín Saavedra Weise, Bolivia todavía está bastante lejos de obtener una salida al mar con soberanía. Por otra parte, la agenda de 13 puntos sigue en una especie de nebulosa, donde se ven diversos temas pero no se llega al problema de fondo, que es el marítimo. “Ya ha pasado un tiempo razonable como para exigir, respetuosamente, a Chile que presente un principio de fórmula potencialmente factible para llegar a las costas del Pacífico. Cuando eso ocurra, habrá que sentarse para analizar los factores positivos y negativos de esa alternativa”.

El ex vicecanciller Fernández cuenta que aclaró a los representantes chilenos que Bolivia no sólo busca un puerto, sino que el tema de fondo es tener acceso al amplio mar.

El mayor logro: confianza mutua y que en Chile ya se hable de mar

Hasta antes del año 2006, cuando la agenda de los 13 puntos no estaba acordada entre los gobiernos de Bolivia y Chile, la confianza mutua entre las dos naciones estaba en pañales y la reivindicación marítima era una mala palabra en Santiago.

Paralelamente a las reuniones que mantenían representantes de las cancillerías, salieron varias voces desde el mismo Chile para proponer, en el ámbito congresal, la aplicación de un plebiscito para que sea el pueblo el que decida si se da o no una salida al mar a Bolivia.

El presidente Evo Morales dijo que valora que la demanda boliviana ya esté en debate en la opinión pública de Chile. Cabe recordar que en octubre de 2010, el senador Pablo Longueira, del partido UDI, planteó la necesidad de poner en agenda un plebiscito para resolver la cuestión marítima con Bolivia.

Encuestas reflejan que el 80% de chilenos no apoya la cesión de territorio con soberanía. En Bolivia se ha generado un factor que preocupa a Chile.

La nueva Constitución boliviana, en su artículo 9, dice que en 2012 vence el plazo para adecuar los tratados internacionales al texto de la Carta Magna, caso contrario, éstos serían renegociados o denunciados. Este plazo ha generado inquietud en la clase política chilena, tal es así que el presidente de Chile, Sebastián Piñera, convocó a un diálogo con partidos políticos de su país para definir una posición conjunta en torno a la demanda boliviana.

El 17 de enero, los gobiernos de Bolivia y Chile anunciaron la creación de una comisión binacional de alto nivel, encabezada por sus respectivos cancilleres, para acelerar la propuesta de soluciones al problema de la salida al mar.

El canciller de Bolivia, David Choquehuanca, declaró, por su parte, que será en la Comisión Binacional donde se debata el tema de alcanzar una solución “útil, concreta y factible” para una salida al mar, añadiendo que estas soluciones “serán presentadas a los presidentes”.

La agenda llegó al fin del camino

Ahora está claro que la agenda de los 13 puntos llegó al fin del camino. El canciller Choquehuanca ha dicho que ya pasó el tiempo que se requería para crear confianza y que llegó el momento de debatir para encontrar soluciones.

En apariencia no pasaba mucho en el diálogo. Ahora se sabe que se estuvo conversando, con la reserva propia de estas instancias, sobre un enclave sin soberanía, por 99 años, al sur de la quebrada de Camarones y el norte de Iquique, en una caleta deshabitada, que albergaría un muelle para la exportación de hierro y litio y una zona urbana y turística. No tenía conexión territorial ni proyección marítima.

Para que la idea tenga viabilidad efectiva, será necesario —tal como figuraba en la Zona Económica Especial de Patillos— que incluya la construcción de un puerto, la constitución de una flota de carga de minerales y el establecimiento de una zona libre industrial, todos bolivianos.

La autoridad de esa zona debería ser designada por el Gobierno boliviano y en ella se aplicaría la legislación administrativa y tributaria boliviana. Desde luego, como se dejó claro en 2002, con un arreglo sin soberanía política, el país no renunciará a su demanda histórica.

En esa dimensión, ese enclave afirma la proyección económica y la presencia de Bolivia en el Pacífico. Tiene trascendencia estratégica.

Textual

A Chile le hemos dicho que nosotros queremos irnos a bañar, navegar en nuestro barquito, que nuestros miembros de la Armada boliviana paseen en el mar. Nosotros queremos pescar y si es posible tener una fabriquita de enlatados de pescado. Todo eso en el mar.

Nosotros ya hemos conversado con la mitad de los chilenos, que son los afines al partido de la ex presidenta Michelle Bachelet. Pero para solucionar el problema marítimo, necesitamos conversar con todo Chile, porque cualquier decisión sobre el tema, ellos lo van a llevar a su Parlamento.

Chile ahora está menos abierto que en tiempo de Bachelet para discutir una solución al problema marítimo de Bolivia. Sebastián Piñera quiere volver a tratar el acceso al mar a través de un corredor, y no por medio de un enclave.

1 comentario:

  1. DARLE MAR A BOLIVIA NO ES JUSTO.

    Es el colmo este afán boliviano por el mar de Chile. Que le pidan el mar a su confabulador Perú, es lo justo.

    Pero mucho peor es esta actitud de los VENDEPATRIAS que quieren regalarle soberanía chilena a otros paises, se olvidan todo lo que costó ganarse esos territorios para ahora simplemente regalarlo a paises que ni se lo merecen.

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