Hace cinco años, enero de 2005, el actual presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, fue uno de los que resistió al ‘gasolinazo’ dispuesto por el gobierno de Carlos Mesa, incluso planteó acortar su mandato bajo el argumento de que era el “mayor enemigo de Bolivia” por aplicar dicha medida y por no atender el mar de demandas de los distintos sectores del país.
De acuerdo con una publicación del periódico de La Razón de fecha 13 de enero de 2005, Morales criticó la ineficiencia de la administración gubernamental de Mesa y exigió que se revierta el Decreto Supremo que instruía el incremento del 10 por ciento en el precio de la gasolina, el diesel y otros combustibles.
Morales, destaca la publicación, como principal representante de los productores cocaleros del trópico de Cochabamba, evaluaron la norma y concluyeron que debía ser revertida.
“…si el presidente (Carlos Mesa) no atiende al pueblo, es mejor que adelante las elecciones’”, dijo en ese entonces Morales.
En la publicación del 14 de enero de 2005, del mismo medio impreso, destaca que un día antes (Evo Morales) había decidido alinearse a los sectores radicales que plantean el alejamiento del Jefe de Estado y la reversión del incremento al precio del diesel y la gasolina. “Si no lo hace debe acortar su mandato… el presidente Carlos Mesa es el mayor enemigo de Bolivia, subrayó”.
En otros medios impresos, así como páginas virtuales, se informó que Morales al principio de los conflictos que se generaron hace cinco años, producto de los nuevos precios de los carburantes, éste mostró un bajo perfil, alentando sobre todo la aprobación de una nueva Ley de Hidrocarburos para que los “bolivianos administren sus propios recursos”.
Sin embargo, Morales pocos días después cambió de discurso y señaló que se sentía listo para asumir la presidencia.
En tanto que Mesa, asediado por los conflictos generados en el país y la falta de acuerdos con el Legislativo, pidió al entonces Congreso de la República se adelante las elecciones para dejar el poder en septiembre de 2005.
El gobierno de Carlos Mesa esperó hasta el penúltimo día de 2004 para anunciar el aumento de precios de los principales carburantes. El litro de la gasolina especial aumentó de 3,40 a 3,74 bolivianos, mientras que el litro de diesel se elevó de 3,25 a 3,98 bolivianos.
El precio del litro de gasolina premiun subió de 4,35 a 4,79 bolivianos; el jet fuel internacional de 3,28 a 3,93 por litro; el diésel oil nacional de 3,23 a 3,98 por litro; el agro fuel de 2,80 a 3,45 por litro; y el fuel oil de 2,26 a 2,78 por litro.
La gasolina de aviación mantuvo su precio en 4,57 bolivianos por litro, lo mismo que el kerosene en 2,72 por litro, mientras que el jet fuel nacional bajó de 3,08 a 2,77 bolivianos por litro. El valor de la garrafa de Gas Licuado de Petróleo (GLP) se mantuvo en 22,5 bolivianos.
Esta banda de precios de los carburantes, particularmente de la gasolina y el diesel, fue modificada a través del Decreto Supremo 748 aprobado por Evo Morales y su gabinete. La gasolina especial pasó de 3,74 bolivianos a 6,47. La Premium de 4,79 bolivianos a 6,80. El diésel de 3,72 bolivianos a 6,80.
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