21 agosto 2010

Evo se aleja de 6 organizaciones y el MAS anuncia una depuración

Purga: La Dirección Nacional del MAS seleccionará a su militancia y dirigentes para echar a los infiltrados de la derecha.

El presidente Evo Morales se aleja cada vez más de seis organizaciones sociales debido a la protesta de éstas por la falta de atención del Ejecutivo a sus requerimientos, mientras que la Dirección Nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS) atribuye el deterioro de las relaciones a que los sectores han sido infiltrados por elementos de la derecha, por lo que anuncia la depuración de sus cuadros dirigentes y sus militantes de base.

Las organizaciones distanciadas del Gobierno son la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Federación Departamental de Cooperativas Mineras de Potosí (Fedecomin), la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB), el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), la Asociación Departamental de Productores de Hoja de Coca de La Paz (Adepcoca) y la Federación Agraria Provincial de Colonizadores de Caranavi (Fapcca).

El primer distanciamiento se produjo con los apumallkus del Conamaq, que antes de instalarse la Asamblea Constituyente, en agosto de 2006, quemaron acuerdos firmados con el MAS y denunciaron que el presidente Morales no los había incluido en las listas de candidatos y que el Gobierno les “robó sus propuestas”.

El 2 de agosto reciente, el jilliri apumallku del Conamaq, Sergio Hinojosa, declaró públicamente: “Cuando el Gobierno convoca a reunión, nosotros tenemos que salir trasquilados”. El organismo que reúne a las comunidades aymaras y quechuas se plegó a las demandas de la CSUTCB y está dispuesto a sumarse al bloqueo y cerco a La Paz anunciado por la Federación Departamental Única de Trabajadores Campesinos de La Paz Túpaj Katari.

El distanciamiento con los productores de coca de los Yungas se originó por el rechazo de este sector a la erradicación de cocales impulsada por el Gobierno y la negativa del Ejecutivo de mantener una superficie legal de 30.000 hectáreas en ese territorio.

El alejamiento de los cocaleros yungueños originó que Adepcoca formara una agrupación ciudadana que disputó y ganó el municipio de Chulumani al MAS en las elecciones del 4 de abril.

El 26 de abril de este año, colonizadores y pobladores de Caranavi iniciaron un bloqueo de la única ruta habilitada para dirigirse de la ciudad de La Paz al norte paceño, la región aurífera, a Beni y Pando.

La región exigía la instalación de una procesadora de cítricos en Caranavi, pero el senador Fidel Surco, cuya familia lidera el municipio de Alto Beni, pretendía trasladar la factoría a esa jurisdicción. Once días después un operativo policial despejó la ruta, pero quedó el saldo de dos muertos y 29 heridos, hechos de los que el Gobierno responsabilizó a los dirigentes de Caranavi.

Alrededor de medio millar de indígenas de tierras bajas partió el lunes 21 de junio de Trinidad con destino a La Paz, a través de Santa Cruz, en demanda de tierras, la anulación de concesiones forestales y mineras, espacios políticos y autonomía plena.

El Gobierno atacó al líder de la CIDOB, Adolfo Chávez, y aseguró que la marcha era inútil, pues todas sus exigencias habían sido satisfechas. De todas formas, a los 33 días se firmó un convenio que permitió modificar la Ley Marco de Autonomías, pero no amplió el número de escaños indígenas en la Asamblea Legislativa Plurinacional.

A fines de julio, los mineros cooperativistas de Potosí, que son parte del MAS a través de su ente matriz, respaldaron al Comité Cívico Potosinista (Comcipo) en la histórica movilización que reivindicó seis puntos para ese departamento.

Durante 19 días, más de 2.000 personas en huelga de hambre en seis departamentos, un bloqueo general de caminos en todo Potosí y una firme voluntad de arrancar conquistas al Gobierno desgastaron a las autoridades, que no se cansaron de decir que la derecha, corporizada en René Joaquino, instrumentalizó las aspiraciones de la región, y descalificaron el origen de la protesta potosina.

El vicepresidente del MAS, Sergio Loayza, sostuvo que la infiltración derechista se combatirá con un proceso interno de selección de militantes y de dirigentes, y el senador Isaac Ávalos considera incluso que los mandos regionales deben ser renovados.

Según Loayza, el MAS es una organización muy grande que se ha abierto a la sociedad civil y ha invitado a muchas organizaciones a sumarse al proceso de cambio, por lo que ha quedado expuesta a la infiltración de la oposición con la posibilidad de actuar y causar daño.

“Tal vez deberíamos trabajar en el control, porque no hay control de la militancia, tenemos que ser selectivos con los dirigentes. Ahora, cualquiera puede ser dirigente”, dijo el masista.

Añadió que también hay invitados y pseudomasistas que se acercan al instrumento político sólo para acceder a cargos que les permitan alcanzar superación económica y profesional e incluso incurrir en actos de corrupción.

“Estoy molesto con los compañeros que sólo buscan hacer plata y carrera aprovechándose del MAS y que carecen de compromiso con el proceso de cambio”, subrayó.

Consultado acerca de la identidad de estas personas, Loayza optó por guardarla en reserva, pero dijo que los mecanismos internos evaluarán cada caso.

Admitió también que posiblemente haga falta un espacio de debate que permita al MAS y a los movimientos sociales intercambiar información y conceptos ideológicos entre sí y con el presidente Evo Morales para que éste tenga una correcta visión de las expectativas de las organizaciones de base.

La senadora masista Gabriela Montaño negó que se haya producido un distanciamiento del MAS con los movimientos sociales, pues el Primer Mandatario se reúne frecuentemente con los dirigentes regionales, nacionales y departamentales de todas las organizaciones sociales a fin de recoger sus iniciativas para plasmarlas en medidas de Gobierno.

La senadora no acepta que en el MAS haya una disputa de espacios de poder que perjudique la gestión del presidente Morales, aunque explicó que en el instrumento conviven corrientes ideológicas de orientación marxista y otras indigenistas.

Tampoco considera que el descontento de los movimientos sociales sea consecuencia de que éstos no tengan participación en el gabinete o posean espacios de poder.

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