17 mayo 2011

El 21060, ¿con o sin?

El que el polémico 21060 del libre mercado se haya convertido, otra vez, en un asunto de interés no es casualidad. Para algunos analistas, hay más ruido que nueces y lo que busca es la atención mediática.

Desmontar el 21060, romper las leyes neoliberales del mercado… Últimamente la abrogación del decreto promulgado durante el gobierno de Víctor Paz Estenssoro en 1985, ha despertado la atención general con el anuncio del gobierno de su desaparición. Recientemente, el ministro de Trabajo, Félix Rojas, dijo que "la abrogación del D.S. 21060 se materializará a través de la emisión de un Decreto que contemple una serie de Leyes y de Decretos que sean aprobados por los Órganos Legislativo y Ejecutivo adecuados al momento histórico que vive el país", precisando que el Decreto Supremo que será promulgado establece la modificación de las Leyes de Bancos; de Exportaciones; de Inversiones; de Minería; del Trabajo; y la Ley Forestal.

El vicepresidente Álvaro García Linera ha señalado que el D.S. 21060 era una "dictadura abusiva y degenerada del libre mercado. No hay libre mercado en ciertos productos. Nosotros, como Gobierno, hemos restringido la exportación de productos para garantizar el abastecimiento interno".

¿Qué va a pasar en el país cuando desaparezca el decreto de 1985? Para muchos analistas, el mercado de la libre oferta y demanda va a cambiar poco porque el mercado en sí simplemente no puede eliminarse, así que es innecesaria y más que nada mediática la atención que se le está dando a este asunto. Acá algunas pautas para entender, de forma sencilla, qué va a pasar con o sin 21060 en Bolivia.
Juan Antonio Morales (*)


“El país no gana nada”

1.- ¿Qué gana la economía del país con la derogación del 21060?

El país no gana nada. Con la aplicación del D.S. 21060 se ganó la estabilidad de precios, se resolvieron los problemas de abastecimiento y se introdujo orden en las cuentas fiscales. Además el D.S. 21060 señaló el inicio del desmantelamiento del modelo de capitalismo de Estado que no había aportado los frutos deseados y que solamente nos había conducido a un alto endeudamiento externo para financiar empresas estatales que, con raras excepciones, eran muy ineficientes. Desconocer esos logros del D.S. 21060 sería insensato. Las medidas del D.S. 21060, con el decreto o sin él, seguirán teniendo vigencia. Después de 25 años desde su promulgación, sus disposiciones más importantes se encuentran desparramadas en muchas leyes y decretos, que no será fácil revisar.

2.- ¿Qué ha significado durante todos estos años la aplicación del 21060, ¿a quiénes ha afectado y a quiénes ha beneficiado?

Con el D.S. 21060 el país entero se ha beneficiado. El D.S. 21060 tuvo costos sociales en su inicio, pero estos costos se desvanecieron con el tiempo. Entre los costos sociales iniciales estuvo la eliminación de algunos subsidios, siendo el de los combustibles el más conspicuo, el congelamiento de salarios en el sector público y el desempleo.
En las cifras de desempleo hay que distinguir empero entre la cesantía causada por el D.S. 21060 y la cesantía con causas estructurales y orígenes muy anteriores al D.S. 21060. Probablemente el despido de 21.000 trabajadores de COMIBOL, que ocurrió luego del derrumbe del mercado internacional del estaño, dos meses después de promulgado el D.S. 21060, podía haberse hecho de manera más cuidadosa.

Como efecto de más largo plazo, se podría pensar que la alta informalización del mercado de trabajo fue causada por el D.S. 21060. Hay empero también explicaciones alternativas para esa informalización. Para cerrar esta pregunta citaría al profesor Sachs que decía “antes del D.S. 21060, Bolivia era un país pobre con hiperinflación, después del D.S. 21060 Bolivia siguió siendo pobre pero sin hiperinflación.”

3.- ¿Qué medida debería reemplazarlo? ¿Está Ud. de acuerdo con la "muerte" del 21060 y por qué?

No creo que sea necesario remplazarlo. EL D.S. 21060 había cumplido su tiempo y se ha muerto de muerte natural, no era necesario “matarlo”. Los cambios institucionales que trajo el D.S. 21060, entendiendo por instituciones a las reglas de juego estarán con nosotros por mucho tiempo. Retornar al modelo de capitalismo de Estado, como lo proponen algunos nostálgicos, sería un claro retroceso para el país. Las ideas arcaicas ejercen un poderoso atractivo para las mentes conservadoras.

(*)Juan Antonio Morales es doctor y magister en ciencias económicas.
Roberto
Laserna (*)


“Resulta difícil de matar”

1.- ¿Qué gana la economía del país con la derogación del 21060?

Nada. El 21060 fue un decreto político aunque tuvo, sin duda, repercusiones sobre la economía. Fue un gesto de rendición del Estado ante las fuerzas de la economía, luego de 30 años de haber intentado doblegarlas y manipularlas sin ningún éxito. La persistente captura estatal de las rentas rezagó nuestro desarrollo y el fracaso fue más visible en la crisis inflacionaria que acompañó la reconquista de la democracia.

El 21060 reconoció ese fracaso y abrió las puertas a la iniciativa de las personas, levantando las restricciones derivadas de la intervención estatal. Fue, en consecuencia, un gesto simbólico que más que establecer lo que debía hacerse en materia económica, definió lo que el Estado dejaría de hacer en ese campo que, por ello, quedó abierto a la iniciativa y la creatividad de los bolivianos, ya sea que trabajaran individualmente, organizados por grupos o mediante empresas, asociándose entre sí o con extranjeros.

Por eso también resulta tan inasible, tan difícil de matar. El 21060 no creó corporaciones, ministerios, burocracias o monumentos, que podrían desmantelarse. Todo lo contrario, los hizo desaparecer o los redujo a una escala útil y funcional.

2.- ¿Qué ha significado durante todos estos años la aplicación del 21060, a quiénes ha afectado y a quiénes ha beneficiado?

En 1985 yo estaba entre los que se opuso al 21060 pues suponía que sacando al Estado de la economía se agravaría la injusticia social. Un día me encomendaron de una universidad sueca asesorar a dos tesistas. Llegaban sin pasiones ni prejuicios y sus conclusiones me sorprendieron tanto que tuve que revisar nuevos datos.

En los cinco años transcurridos desde el 21060 la equidad había mejorado notablemente en el país, sobre todo gracias a que los subsidios que antes se destinaban a mantener el ineficiente aparato productivo estatal, estaban yendo a ampliar la cobertura de servicios públicos y sobre todo a las zonas rurales pobres.

Mis prejuicios ideológicos empezaron a caer entonces, con la fuerza de los datos.

El 2002 trabajé con más de 20 investigadores de todo el país un Informe de Derechos Humanos para el Defensor del Pueblo. Nuevamente los datos mostraron que desde el 85 habían mejorado todos los indicadores de vigencia de los derechos humanos, individuales, colectivos, fundamentales, políticos y económicos, más rápidamente que en el periodo anterior.

El 21060 abrió el camino de las reformas institucionales que en los años 90 impulsaron la municipalización del país y que ampliaron todos los mecanismos de movilidad política y social en el país. La clave, insisto, no fue lo que el 21060 produjo, sino las barreras que levantó para que los ciudadanos podamos liberarnos de la dependencia de las burocracias.

3.- ¿Qué medida debería reemplazarlo? ¿Está Ud. de acuerdo con la "muerte" del 21060 y por qué?

Me parece bastante obvio que puede derogarse el 21060 pero no las leyes del mercado. Estas son el resultado de la iniciativa y del ingenio de la gente. Claro que iniciativa e ingenio pueden ser adormecidas con promesas distributivas y prebendas políticas. Pero sólo temporalmente y, ya lo sabemos, a costos que al final resultan elevados.

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