10 abril 2009

Bolivia: El Congreso boliviano aprueba la ley electoral en ausencia de la oposición

El oficialismo de Bolivia aprovechó ayer un momento de falta de quórum en el Congreso para aprobar, por sorpresa, en primera instancia y ante el rechazo de la oposición, la Ley Electoral que fija las normas para la celebración de elecciones generales del próximo mes de diciembre próximo. Es un paso que permitirá que la consulta no tenga que retrasarse. Lo único que la oposición puede hacer ahora es intentar rascar alguna mejora en los temas en discordia al votar artículo por artículo. Horas antes, por la mañana, el presidente, Evo Morales, se había declarado, junto a 14 dirigentes afines, en huelga de hambre para presionar al Legislativo para que diera luz verde a la nueva norma.
Morales había cancelado un viaje oficial a Cuba para cumplir con el ayuno. Sin embargo, fuentes de la Presidencia dijeron que si se lograba la «normalidad», el jefe del Estado podría suspender la huelga y retomar su agenda. Al cierre de esta edición, el presidente aún no había puesto fin a su protesta.
«Una maniobra sucia»
Tras la sorpresiva aprobación en el Congreso, la oposición denunció «una maniobra sucia» del Movimiento al Socialismo (MAS) y en concreto del vicepresidente Álvaro García Linera, quién convocó la votación a mano alzada cuando los legisladores rivales se hallaban ausentes negociando los aspectos divergentes. Según los adversarios de Morales, estaban manteniendo una reunión en la que casi habían alcanzado la unanimidad cuando les avisaron que la Cámara estaba votando la polémica ley.
El miércoles vencía el plazo previsto en la nueva Constitución para aprobar la ley, pero los legisladores, entre amenazas de renuncia, no lograron un pacto. «Nos han engañado», dijo el diputado Arturo Murillo (Unidad Nacional), quien acusó al vicepresidente de promover un régimen autoritario al propiciar una ley para un sector de la población y no para el país. Según García Linera, «los acuerdos logrados hasta ahora serán respetados en la aprobación en detalle» y explicó que había consenso, pero que no se firmabapor «chantaje de un sector radical».
El desencuentro se fija en el número de escaños para los pueblos indígenas -el oficialismo pedía 14 frente a los 4 ofrecidos por la oposición-; el voto de los bolivianos en el exterior y realizar un nuevo censo electoral porque la oposición aduce irregularidades en los anteriores, algo que conllevaría tener que posponer la consulta de diciembre.

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