El buen ambiente en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se esfumó hace tiempo. Las últimas 17 renuncias en la institución más importante en tiempo de comicios, hacen que su credibilidad esté por los suelos.
Hay voces que apuntan a la presidenta del organismo, María Eugenia Choque, a quien acusan de desordenar la estructura de la entidad, cuya misión es la organización y el desarrollo de las elecciones generales del 20 de octubre. Por el momento hay ocho interinatos en puestos clave para administrar los comicios, cuatro con jefes establecidos y cuatro acefalías. La mayoría de la gente apartada trabajó con el padrón electoral y la seguridad tecnológica, lo que despertó la susceptibilidad en el TSE. Choque respalda su posición y ve factible seguir con personal momentáneo.
Antonio Costas rema solo contra la corriente que se genera el TSE. Es vicepresidente del ente electoral y el vocal crítico a todas las últimas decisiones que adoptó la Sala Plena, entre ellas la habilitación del binomio del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales-Álvaro García, a pesar de que hubo un referendo el 21 de febrero de 2016 que les negó la posibilidad de repostularse por cuarta vez consecutiva. Esa postura lo marginó de varias decisiones. “No vamos a ocultar que es un trabajo difícil, internamente es difícil, pero también está contextualizado por una situación muy polarizada en el país”, admite la autoridad.
El vocal seguirá en funciones a pesar de que denunció el despido de personal clave para llevar procesos electorales, entre ellos tres personas que eran de su entera confianza: Jenny Padilla Vedia, quien fue directora nacional de Tecnologías de la Información y la Comunicación; Óscar Flores, por entonces jefe de Seguridad Tecnológica; y Franz Álvarez Gonzales, que ocupó el cargo de jefe de Infraestructura y Comunicación.
Estos tres cargos, junto al de Rafaela María Goretti del Consuelo Grigoriú, que renunció al cargo de directora nacional de Procesos Electorales, movió el tablero en el ente electoral. Esta última persona se alejó de la institución denunciando que la Sala Plena no tomó en cuenta las propuestas que elaboró en su unidad. “La situación ha llegado a un punto en el cual al no contar con la confianza de la Sala Plena considero pertinente presentar mi renuncia al cargo que desempeño, misma que será efectiva al completar el uso de las vacaciones que por ley me corresponde”, escribió Grigoriú el 31 de marzo en su misiva de alejamiento. El último miércoles se conoció que otros tres funcionarios renunciaron a sus cargos. Se trata de Sergio Abasto Herrera, de la dirección nacional de Tecnologías e Información; María Roxana Bustillos, de la dirección nacional Administrativa; y Gustavo Prieto, de Almacenes del Servicio de Registro Cívico (Sereci).
Puestos clave
Costas lo había denunciado. El vocal señaló que se estaba alejando personal con suficiente experiencia en el desarrollo de elecciones, y más aún en la seguridad tecnológica que se requiere para dar credibilidad a los procesos eleccionarios. Hoy tiene la misma percepción, pero espera que se reestructure esos interinatos con personas acorde al reto que se viene en octubre. “Tampoco se puede obligar a la gente a que se quede. Es un momento muy difícil en la institución por la transición de la nueva directiva; hay cosas pendientes, no hemos hecho las designaciones”, dice el vicepresidente del TSE.
En la escalada de renuncias también se encuentran Jorge Fuentes, director nacional jurídico; Lizet Sempértegui, secretaria de Cámara, Guillermo Hugo Holters, director nacional de administración, Karina Herrera, directora nacional de fortalecimiento democrático (Sifde) y Sagrario Urgel, directora nacional de comunicación. A ellos se suman Rafael Veizaga, el exjefe de Recursos Humanos; Miriam Obleas, a la secretaria de Cámara; Ilsen Arrieta, jefa de la unidad de transparencia; y Lucía Vargas, jefa de la unidad de género. El último alejamiento fue el de Roxana Ibarnegaray, quien fue hasta marzo directora del Servicio de Registro Cívico (Sereci) en Santa Cruz.
En el caso de la secretaría de Cámara hubo dos retiros. Primero Lizet Sempértegui y luego Miriam Obleas.
Choque tiene su posición. La presidenta del TSE justifica los alejamientos y está segura de que las personas con cargos interinos pueden llevar adelante el proceso eleccionario de octubre. “Quiero mencionarle que toda renuncia es de manera voluntaria y en ese marco señalar que el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) tiene una dinámica propia de agenda de trabajo. El calendario tiene una dinámica muy propia de cumplimiento de actividades y existen resultados. Estamos en pleno trabajo de construcción de nuestro calendario electoral y también mencionarle que de manera interina se está trabajando con gente capaz, no se ha contratado a nuevo personal, es gente que tiene mucha experiencia y que es parte del proceso que estuvo al interior del trabajo del tribunal”, destaca Choque.
Los interinatos
Dentro los interinatos están Windsor Saire Quipildor, que ahora ocupa el cargo de director nacional de Tecnología de la Información y Comunicación; Dayler de la Cruz Mamani, está como jefe de seguridad tecnológica; Osvaldo Ramiro Aspi Mamani, que es el encargado de soporte técnico e infraestructura; Henry Xavier Ballivian Ticona; ahora ocupa el cargo de secretario de Cámara; María Lucila Téllez Vargas, directora nacional jurídica; Edwin Efraín Contreras Mamani, director nacional administrativo; Víctor Villalta Hinojosa, director del Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (Sifde); y Lucía Julia Choque Huarín, encargada de la unidad de género. Todas estas personas ascendieron tras los alejamientos. En los tres primeros casos, son personas con experiencia en la temática de informática y base de datos.
Los demás cargos están ocupados con personal permanente y hay cuatro acefalías. Se prevé que Ángela Mariana Villarreal Careaga asuma el cargo de Grigoriú cuando la renunciante termine con sus vacaciones.
Costas y Choque mantienen una fricción al interior del TSE. Una de las personas que fue alejada señala que trabajó en el ente electoral por invitación del vocal y que esa cercanía provocó que la mantuvieran al margen de las decisiones de Sala Plena.
“Existía una especie de rivalidad que ocasionó la señora (María Eugenia) Choque. No escuchaba argumentos técnicos y por eso uno decide alejarse. Se hizo un buen trabajo en el tema de seguridad tecnológica y de base de datos y espero que se mantenga esa línea. La gente que está ahora trabajó conmigo, es gente capaz, pero no sé si sus recomendaciones serán escuchadas”, dice la fuente consultada.
María Eugenia Choque asumió la presidencia del TSE el 30 de octubre de 2018. Fue electa tras la renuncia de la entonces presidenta Katia Uriona y de José Luis Exeni, que había renunciado el 1 de octubre. Otra vocal que renunció es Dunia Sandoval, el 30 de enero de esta gestión, quien denunció que en Sala Plena se tomaban decisiones sin escuchar las posiciones disidentes, en este caso el de ella y la del vocal Costas.
Es la gestión con más renuncias en la historia del ente electoral. Estos alejamientos crearon un clima de susceptibilidades que la población cuestiona y la credibilidad en el TSE ahora está por los suelos. La oposición insiste en la renuncia colectiva de los vocales, a quienes los acusan de seguir la línea e instrucciones del oficialismo. Y en el MAS no hay crítica ante este panorama y justifican las decisiones de Choque.
Existen otros 15 alejamientos en cargos menores y que por ahora están con interinatos. El TSE dice que promoverá a personal y no contratará más funcionarios.
Los 20 cargos en el exterior
El Sifde tiene a su cargo a cinco funcionarios encargados de comunicación en el exterior. Mientras que el Sereci tiene 15 ítems. Este personal se concentra en Argentina, Brasil, Chile y España. No hay equipos en Estados Unidos.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) tiene en planillas a 20 personas que trabajan en el exterior. Cinco como encargados de comunicación en Buenos Aires y Mendoza, Argentina; San Pablo, Brasil; Antofagasta, Chile; y Madrid, España. Además hay 15 ítems para notarios que están repartidos en diferentes continentes. Estas personas serán las encargadas de llevar el proceso de empadronamiento en el exterior, que por ahora tiene mucha susceptibilidad de parte de la oposición.
El Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (Sifde) tiene a su cargo a los responsables de comunicación en las cinco ciudades antes mencionadas. Estas personas son las encargadas de manejar la información del empadronamiento y todo lo referente a la organización del proceso eleccionario, que será el 20 de octubre. Los funcionarios están ubicados en urbes donde existe mayor población migrante boliviana, pero no se tomó en cuenta a ninguna ciudad de Estados Unidos, donde también hay una fuerte presencia nacional. La función de los personeros es coordinar todos los planes de actividades y del calendario electoral con el Sifde. Los cargos que ocupan son de Técnico III.
El Servicio de Registro Cívico (Sereci) tiene a su cargo 15 notarios electorales. Tres en Buenos Aires, dos en La Matanza, uno en Mendoza y uno en Jujuy, en Argentina; dos en San Pablo, Brasil; uno en Antofagasta, uno en Iquique, y uno en Calama, Chile; uno en Barcelona, uno en Madrid y uno en Bilbao, España. Igual que los asesores en comunicación, no hay notarios en ciudades de Estados Unidos.
El senador opositor Yerko Núñez lamenta que el TSE haga un trabajo de empadronamiento en ciudades donde el Movimiento Al Socialismo (MAS) tiene buen caudal de militantes, sobre todo en Argentina. El legislador señala que en Estados Unidos existe una buena presencia de connacionales que no están de acuerdo con la repostulación de Evo Morales. “Ese factor lo tiene en cuenta el TSE y empieza por empadronar en otras ciudades. Existe mucha susceptibilidad con este proceso”, detalla el asambleísta.
La presidenta del TSE, María Eugenia Choque, afirmó que el plan inicial se centra en los países de Argentina, Chile, Brasil y España, debido a que en estas naciones es donde existe más compatriotas. Por el momento, el ente electoral trasladó a estos lugares brigadas móviles para el registro de votantes. En un solo fin de semana, 422 personas se empadronaron en los barrios de Cildañez y Villa 20, en Buenos Aires, y las localidades de Gregorio de Laferrere y Mar del Tuyu, de la provincia bonaerense. En Chile y Brasil sucede el mismo efecto.
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