03 septiembre 2016

La tercera nacionalización, el legado de Andrés Soliz Rada



Y se fue don Andrés. Sin hacer mucho ruido, sin acaparar titulares, con la educada elegancia que le acompañó durante sus 77 años. La noticia saltó a primera hora de la mañana de ayer viernes y en pocos minutos se convirtió en trending topic; junto con nacionalización.

Y es que después de más de un millar de artículos, análisis, discursos y una docena de libros que han dejado su sello ideológico nacionalista emancipador de izquierdas al devenir histórico de los últimos 50 años en Bolivia, el decreto de la recuperación de los hidrocarburos en 2006 lleva su firma.
Andrés Soliz Rada nació en el 39 en La Paz, para la revolución del 52 ya era un jovencito inquieto y carismático, sus ideas lo llevaron al exilio con Bánzer, estuvo en Buenos Aires cuando el Plan Cóndor se llevó por delante a Juan José Torres. Al retornar, Soliz Rada ya era un teórico reconocido y prolífico periodista corresponsal de los grandes, como Le Monde de París, La Opinión de Buenos Aires o Tiempo de México. La política lo requería y no tardó en llenar de contenido al partido Conciencia de Patria (Condepa), que de la mano del Compadre Palenque removió los cimientos cholos de la política boliviana. En el 89 ya era diputado.
Desde donde estuviera, no importaba, siempre defendió a Bolivia, rechazando los estigmas que tan a menudo condenaron a la patria al segundo plano. Su habilidad en denunciar desde la injerencia de la ONG hasta los intereses transnacionales que digitaban determinadas decisiones en la era neoliberal le granjearon muchos críticos, pero pocos enemigos. No era fácil discutir con Andrés. Sus argumentos contenían más fe y menos números, que también, pero sobre todo huía de los “no se puede” y de la visión negativa que justificaba el vaciamiento del país.

La Patria
“La Fortuna del presidente”, del 96, es sin duda su Best Seller más reconocido. La disección antropológica del presidente Gonzalo Sánchez de Lozada inauguró una nueva época en la que las élites empezaron a asustarse de los de abajo. En 2003 el país se incendió y Andrés no tuvo duda de en qué lado estaba. En 2006 fue requerido para el primer gabinete de Evo Morales ni más ni menos que en la cartera de Hidrocarburos, sobre los que tanto había teorizado. No tardó en llevar a la práctica los postulados que todavía hoy dan regalías políticas al Gobierno: la nacionalización se concretó en apenas tres meses.
El 1 de mayo, Andrés Soliz aparece en la misma foto que Evo Morales en el campo San Alberto. El decreto, elaborado en sigilo, “para evitar las continuas filtraciones” recordó el presidente en varias entrevistas en Tarija, lleva su firma. Pero Andrés nunca buscó homenajes ni plaquetas.
Hubo tiempo de más, en junio renegoció la exportación a la Argentina, a 5 dólares el millón de BTU y con los volúmenes congelados hasta que se concretara la construcción de la planta separadora de líquidos del Gran Chaco. Dicen que el todopoderoso ministro de Planificación del kirchnerismo, Julio De Vido, pidió que los dejaran a solas en la reunión. No se movió una coma del documento. Pero dos meses después, Soliz se cansó de las presiones.
La gota que colmó el vaso fue cuando dispuso, en aplicación del decreto, recuperar las refinerías de Santa Cruz y Cochabamba de manos de Petrobras y que el mismo explicó en su libro “Controversias de la Izquierda Nacional”. De fondo un negocio de varios ceros con la borra residual que salía del país por Chile con beneficio nulo al erario nacional. Evo Morales se encontraba en Cuba y el vicepresidente Álvaro García Linera salió a la prensa para desautorizar al ministro y tranquilizar al asesor de Lula da Silva, Marco Aurelio García. Soliz presentó la renuncia y García Linera, antes de aceptarla, se calzó el poncho rojo, tomó el fusil y se fue a Achacachi. Al día siguiente se quedó con los titulares.
Andrés se fue del Gobierno con la cabeza alta. Su actividad intelectual no cesó, pero si calculó en todo momento sus intervenciones y críticas (auditorías, contratos, pachamismo, incoherencias) para evitar que sus observaciones fueran instrumentalizadas desde la derecha. Su legado hoy, en medio del sprint para una industrialización demasiado demorada, está más vigente que nunca.

Pachamamismo
Andrés Sóliz Rada siempre cuestionó la construcción del Estado Plurinacional desde la visión indigenista y defendió las raíces mestizas del país

ONG
Desde fuera del gabinete, Andrés Soliz Rada también impulsó la fiscalización de las ONG que actúan en el país para anteponer los intereses del Estado

Industrialización
Recuperar los hidrocarburos era el primer paso, la industrialización era el verdadero objetivo para el pensador. Lo encaminó con las plantas separadoras.

REDES SOCIALES Despedida al soñador de la Patria Grande

Las principales autoridades del Estado emitieron condolencias por el fallecimiento del periodista Andrés Soliz Rada. El presidente del Senado Alberto Gonzales y la presidenta de diputados, Gabriela Montaño acudieron personalmente al velorio. “Solidaridad y condolencias con la familia de Andrés, hermano intelectual que soñaba con la Patria Grande” señaló el presidente Evo Morales en su twitter.
También asistieron emblemáticos líderes de Condepa, como Remedios Loza. El entierro está previsto para hoy a las 15.00 en el Cementerio General de La Paz.

BOLIVIA Defensor de los Recursos Naturales

La pérdida de Andrés Soliz Rada también tuvo eco internacional, ya que varios compañeros con los que trabajó en Venezuela y Argentina se solidarizaron con la familia, como el periodista Alfonso Gumucio.
Entre los tuits escritos se destaca su “lucha incansable” por la “recuperación de los recursos naturales” y su “honestidad intelectual”. Diez años después, el decreto de nacionalización de los hidrocarburos sigue siendo clave en el crecimiento interno de Bolivia.

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