A través de un decreto supremo promulgado ayer por el presidente Evo Morales, el Gobierno levantó la prohibición de portar dinamita y otros explosivos en las manifestaciones y movilizaciones sociales.
El nuevo decreto abroga la prohibición -establecida en 2012- con el objetivo de " garantizar los derechos a la asociación y libertad de expresión mediante manifestaciones públicas, así como ejercer el derecho a organizarse en sindicatos de las y los trabajadores”.
En septiembre de 2012, el Gobierno emitió el decreto 1359 que prohibía la tenencia y uso de bombas, materias explosivas, inflamables, asfixiantes, tóxicas u otros materiales relacionados en manifestaciones y movilizaciones sociales.
La determinación de levantar la prohibición de portar dinamita en movilizaciones sociales fue celebrada por los dirigentes sindicales afines al Gobierno porque -aseguraron- les devuelve su "arma” de lucha.
"La dinamita es la esencia de los trabajadores, sobre todo de los mineros; con ella podemos enfrentar a los gobiernos neoliberales”, señaló el secretario ejecutivo de la federación de fabriles, Víctor Quispe.
El secretario ejecutivo de la Central Obrera Boliviana, Guido Mita, también destacó la medida. "¿Cómo se llegó a recuperar la democracia? Gracias al arma que tenemos los trabajadores en su conjunto para defendernos de la derecha neoliberal”, dijo.
Puntos de vista
Julio Alvarado
Economista
Permitir dinamita es un retroceso
Fue bienvenido el decreto 1359 por el cual se prohibía el uso de dinamita y otros explosivos en manifestaciones públicas. Pero ahora lo que sale en este decreto es que nuevamente se vuelve a permitir y los manifestantes van a poder utilizar. Me parece un extremo porque genera inseguridad ciudadana. Hubo heridos, también fallecieron personas por el uso de dinamitas en movilizaciones. El permitir su uso es un retroceso.
Segundo, el tema de las normas de administración de bienes, el apoyo a la producción nacional y el empleo me parece que es más lírico que una medida efectiva. Porque el apoyo a la producción y al empleo requiere de políticas públicas, no de un decreto supremo y hasta el momento no hemos visto una política pública clara orientada a fomentar la producción nacional.
Lo que sí me preocupa es el tema del decreto sobre los permisos de importación de alimentos y bebidas. ¿Qué es lo que yo entiendo? Lo que sucede -que me parece una buena intención en el sentido de decir "a ver, frenaremos la importación de productos y, más bien, fomentaremos la producción nacional”- por la debilidad institucional de nuestras instituciones, especialmente la Aduana, no es posible controlar el contrabando.
Finalmente, sobre el incremento salarial esto ya era conocido, no hay mucho que señalar, sólo que este incremento del 6% al haber básico es solamente una reposición del poder adquisitivo de los salarios.
Guido Mitma
Secretario ejecutivo COB
Ley del Trabajo debe ser inclusiva
La COB hubiera aplaudido bastante si se hubiese decretado también el tema de la Ley General del Trabajo, que sea incluyente, que haga respetar los derechos adquiridos, las conquistas sociales de los trabajadores. Sin embargo, hay un decreto como el de la abrogación de la 1359, el caso de la dinamita. ¿Cómo se llegó a recuperar la democracia? Gracias al arma que tenemos los trabajadores en su conjunto para defendernos de la derecha neoliberal. Sin embargo, esperemos ser atendidos en base al pliego que tenemos los trabajadores en su conjunto.
Víctor Quispe
Secretario ejecutivo fabriles
Hemos fortalecido a los sindicatos
A partir de 2006 hasta la fecha se han emitido más de 1.500 normas a favor de los trabajadores. Los trabajadores a partir de la derogación del artículo 55 del decreto 21060 de la libre oferta y demanda, hemos empezado a fortalecer a los sindicatos. Eso ha sido con el decreto 28699.
Hoy por hoy, estamos viendo que se está avanzando (en tema de incrementos) y se ha hecho costumbre que los decretos supremos los esperemos los primeros de mayo para poder ver cuánto va a ser el incremento salarial.
Creemos que estamos avanzando como trabajadores.
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