“Estoy casi seguro que él debe saber dónde está su cuerpo, ojalá pueda dar información”, dijo el presidente Evo Morales en una conferencia de prensa que ofreció la noche de ayer domingo en Santa Cruz para informar sobre la captura de Felipe Froilán Molina Bustamente, alias “El Killer”, un prófugo sentenciado hace ocho años como autor material del asesinato del líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz.
El Presidente explicó que un contingente de 80 policías al mando de su Comandante General intervino el domingo durante dos horas, entre las 15:30 y 17:30, una vivienda ubicada en la zona de Cota Cota, calle 35, de la ciudad de La Paz donde se atrapó a Molina Bustamente. El prófugo logró ocultarse en el tumbado del inmueble pero no tuvo salida, dice el reporte. Según Evo Morales, en el operativo habrían colaborado algunos familiares de Quiroga Santa Cruz aportando pistas que permitieron detectar al asesino confeso mientras ingresaba a dicho domicilio en un vehículo conducido por su hija.
Sentenciado en un juicio dilatorio y mediocre
Luiís Arce Gómez y Luís García Meza, los golpistas que provocaron con su acción autoritaria la muerte de Quiroga Santa Cruz y otros martires de la democracia. | Foto Archivo.
Luís Arce Gómez y Luís García Meza, los golpistas que provocaron con su acción autoritaria la muerte de Quiroga Santa Cruz y otros martires de la democracia. | Foto Archivo
Froilán Molina Bustamente fue sentenciado el 2007 a 30 años de prisión, en un juicio penal que las familias de Marcelo Quiroga Santa Cruz y de los líderes sindicales Juan Carlos Flores Bedregal y Gualberto Vega Yapura —víctimas de asesinato y desaparición durante el golpe militar del 17 de julio de 1980—, instauraron en 1998 contra un grupo de 17 funcionarios de la dictadura que no fueron incluidos en la sentencia dictada el 21 de abril de 1993 dentro el juicio de responsabilidades que terminó recluyendo en la cárcel de Chonchocoro al ex dictador Luis García Meza y su ministro del Interior Luis Arce Gómez.
Junto a Felipe Froilán Molina se enjuició a varios militares, policías y paramilitares que actuaron directa e indirectamente en el asalto a la sede de la Central Obrera Boliviana (COB) donde Quiroga Santa Cruz , Flores Bedregal y Vega Yapura fueron vistos con vida por última vez. Además de “El Killer” se enjuició al coronel de ejército Faustino Rico Toro, al ex comandante policial Willy Arriaza, al capitán de Ejército Javier Hinojosa Valdez, al suboficial Raúl Solano Medina y los ex paramilitares Franz Pizarro, José Luis Ormachea España, Gregorio Loza Balsa y Adolfo Ustarez Ferreira, entre otros.
Según denunció la hermana de Juan Carlos Bedregal, Olga, aquel juicio que duró 11 años dejó impunes a los asesinos con sentencias leves e incluso absoluciones, no obstante haberse probado a través de testigos presenciales y confesiones de parte su participación en los asesinatos y desaparición de los cuerpos sin vida. Sólo tres de ellos, Molina, Pizarro y Ormachea, recibieron sentencias de 30 años sin derecho a indulto; pero nadie se encargó de hacer cumplir la sentencia dictada por el juez Ángel Arias el 11 de diciembre del 2007.
“Lejos de acusar, la Fiscalía hizo todos los esfuerzos para librarlos de pena y culpa, al extremo que la Fiscal del Distrito Teresa Vera Loza requirió nulidad de obrados luego de la sentencia”, protestó Olga Flores Bedregal en una carta abierta que publicó en abril del 2009.
La Corte Superior ratificó esa sentencia en términos generales, manteniendo la impunidad de los absueltos y los favorecidos con sentencias leves; “aunque para dar la apariencia de atender nuestra apelación ha condenado a cuatro de los seis absueltos, dos que además están prófugos y rebeldes, en consecuencia admiten su culpa, pero siguen absueltos”, denunció Olga Flores.
Entre los tres sentenciados a 30 años de cárcel, sólo estuvo presente en el juicio “El Killer” Froilán Molina Bustamante, mientras que Franz Pizarro y José Luis Ormachea se dieron a la fuga, siendo procesados y enjuiciados en rebeldía. Lo curioso es que “El Killer” Froilán Molina, después de la sentencia, continuó en libertad y se dedicó a intimidar y hostigar a los familiares de los desaparecidos que exigen saber dónde fueron a parar los cuerpos de sus seres queridos. Incluso, dice Olga Flores, “El Killer” fue visto el año 2008 junto a jóvenes y políticos fascistas que desde Santa Cruz intentaron derrocar a Evo Morales durante aquellas jornadas que derivaron en la masacre de Porvenir en Pando.
Hacia un careo de “El Killer” con García Meza y Arce Gómez
Paramilitares del golpe del 17 de julio usando vehiculos oficiales para secuestrar a sus víctimas. | Foto Archivo
Paramilitares del golpe del 17 de julio de 1980 usando vehículos oficiales para secuestrar a sus víctimas. | Foto Archivo
Aquella hipótesis con alta certidumbre de que Marcelo Quiroga Santa Cruz llegó con vida al Estado Mayor de Ejército, luego ejecutado y después su cuerpo semi-incinerado para ser trasladado a una hacienda del ex dictador Hugo Banzer Suarez en Santa Cruz, surgió de este juicio que duró entre 1988 y 2007. Desde la cárcel de Chonchocoro el ex dictador García Meza apuntala esa hipótesis descargando la autoría intelectual en Arce Gómez.
En el inicio mismo del juicio, en 1998, “El Killer” afirmó que el cadáver de Quiroga Santa Cruz fue enterrado en el Estado Mayor. Su cómplice José Luis Ormachea, apodado “El Loco”, lo señaló en las primeras audiencias de ser el autor material del asesinato. El dirigente socialista Walter Vásquez Michel, quien estuvo junto a Quiroga Santa Cruz el día del golpe, reconoció a Molina Bustamente como el sicario que hirió de un disparo en la rodilla a Marcelo durante el asalto a la COB y luego comandó el traslado de su cuerpo herido al Gran Cuartel de Miraflores, donde lo recibió Arce Gómez para rematarlo.
Otro imputado, el suboficial Raúl Solano Medina, dijo haberse encargado de conseguir 200 litros gasolina para quemar el cuerpo de Marcelo Quiroga una vez que fue ejecutado dentro el cuartel; pero a pesar de esa confesión Solano fue condenado a sólo tres años de cárcel.
Según García Meza, “El Killer” fue uno de los encargados de intentar incinerar el cuerpo de Marcelo, “pero sólo lo chamuscaron”, y así vejado el cadáver habría sido llevado a la hacienda de Banzer como un trofeo de guerra, en coordinación con el entonces ministro del Interior Arce Gómez, el comandante de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) Waldo Bernal Pereira que facilitó el transporte aéreo y el entonces prefecto de Santa Cruz Widen Razuk que habría dirigido el traslado a la hacienda de San Javier, donde el mismo Razuk (asesinado en 1982 en ajuste cuentas con el cartel de Cali) poseía un latifundio para producir cocaína.
Arce Gómez tiene la misma información de García Meza; aunque más confusa al intentar deslindar su responsabilidad como autor intelectual. En declaraciones a la Fiscalía que investiga el paradero de los restos, el ex ministro sanguinario dijo que el piloto que condujo el avión era un mayor de la FAB de apellido Revollo “que llegó a El Alto en un avión junto al ex prefecto de Santa Cruz Widen Razuk y se llevaron el cadáver”. Revollo fue edecán de Banzer Suárez durante la dictadura de los setenta, y “El Killer” trabajaba oficialmente como guardaespaldas de la primera dama Yolanda Prada de Banzer en el mismo periodo.
Los esposos Banzer Prada fueron los directos beneficiados con el golpe de 1980 y el consiguiente asesinato de Quiroga Santa Cruz, ya que el líder socialista que ejercía una diputación por Cochabamba y se perfilaba como factible candidato presidencial para las elecciones truncadas de ese año, venía impulsando un juicio de responsabilidades a la dictadura del septenio, en la que Banzer y su mujer debían dar cuentas del abuso nepótico de poder y actos de corrupción al más alto nivel que incluían el fomento descarado al narcotráfico.
"Ducrot se asemeja a un ángel caído de Anatale France. Es el alter ego del joven Quiroga Santa Cruz, en una visión de sí mismo no exenta de una tensión profética..."
En algún lugar está Marcelo. | Foto Archivo
San Javier, Banzer y Razuk
El pasado mes de agosto apareció en escena un otro militar que cometió un asesinato durante la dictadura, el excoronel Roberto Meleán Rendón, sentenciado a 30 años sin derecho a indulto por la desaparición del estudiante Renato Ticona en Oruro.
Meleán, que comparte la cárcel de Chonchcoro con Arce Gómez, afirmó haber recibido de manos del ex Ministro de la Cocaína un “croquis” indicando la ubicación del cuerpo de Marcelo en la hacienda San Javier de los esposos Banzer, en Santa Cruz. A pedido de Arce Gómez, el plano fue entregado a la Fiscalía y con esa guía se realizaron las primeras incursiones en dicha hacienda, sin resultados.
“No se encontró nada, necesitamos datos más específicos”, dijo la diputada del MAS Sonia Brito que realizó un seguimiento a las incursiones de la Fiscalía en San Javier.
“Recordemos que ya hubo una comisión de fiscales que intervino en la hacienda, que actualmente es de Yolanda Prada de Banzer, y no encontraron nada; seguramente tienen que dar datos mucho más específicos, considerando que es una hacienda enorme la de San Javier”, dijo Brito.
Acaso se trata de buscar una aguja en un pajar, o a lo mejor la investigación omite el hecho de que la hacienda de San Javier no se limitaba a una propiedad de la familia Banzer, pues en los predios que lo circundan el entonces prefecto banzerista Widen Razuk también poseía terrenos donde, con protección de paramilitares fuertemente armados, se instalaron laboratorios para refinar cocaína, lejos del alcance de una simple vista. Por lo tanto el “croquis” de Arce Gómez podría ser el de un laberinto al estilo Chapo Guzmán.
En el libro “La mafia en el poder” editado por el Equipo Nixkor, se lee lo siguiente:
“A principios del año 1980, durante el breve mandato presidencial de la señora Lidia Gueiler Tejada y siendo Ministro del Interior Jorge Selum, la División de Narcóticos de Santa Cruz realizó el denominado “Operativo San Javier”, al mando del Mayor de Policía Carlos Fernández Navarro. San Javier es una población del Departamento de Santa Cruz, que dista unos 300 km de la capital oriental. La hacienda principal de la localidad es propiedad del General Bánzer y se llama “El Potrero”. En las inmediaciones también tiene otra hacienda su amigo, y connotado hombre del narcotráfico, Widen Razuk. Las haciendas de San Javier, por estar dedicadas a la ganadería y por su situación geográfica alejada de las rutas tradicionales del tráfico de cocaína, nunca habían levantado sospechas”.
“El Killer”, como ex guardaespaldas de Yolanda Prada de Banzer, propietaria real de aquella hacienda sin límites en San Javier, podría quizá entonces hacer una mejor interpretación del “croquis” de Arce Gómez.
Esperemos el careo.
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