29 julio 2015

Potosi Un taxista y un universitario lideran la protesta de Potosí

Sus nombres y sus rostros ya son conocidos por los medios de comunicación. Ellos encabezan las movilizaciones del Comité Cívico Potosinista (Comcipo). Johnny Llally es taxista y Marco Pumari estudia la Carrera de Derecho.
Llally, que se caracteriza por llevar una visera negra, es el presidente de Comcipo y está en la ciudad de La Paz más de 20 días, junto a sus compañeros, para exigir que el Gobierno cumpla las promesas que hizo en 2010 para el desarrollo de Potosí.
Nació el 31 de julio de 1966, su padre fue minero y su madre es ama de casa. Tiene tres hermanos. A su ocho años, relata, su progenitor falleció, por lo que dejó de estudiar y al año siguiente comenzó a trabajar. "Empecé a vender gelatinas, fui ayudante de colectivo, empaquetaba ají y manteca, fui ayudante de albañil...”, recuerda con orgullo.
Su mirada se pierde en el horizonte y a su mente vienen los recuerdos de la solidaridad de los potosinos cuando él fue adolescente. "Me acogieron, me alimentaron y me dieron buenas ideas”, manifiesta, y agradece a la memoria de su padre, quien le daba "sabios consejos”.
El actual vicepresidente de Comcipo, Marco Antonio Pumari Arriaga, no conoció a su padre. Nació el 24 de octubre 1981 en la ciudad de Potosí, paradójicamente, el mismo día en que falleció su padre, en un accidente en la mina donde trabajaba.
"Yo nací y mi papá murió el mismo día”, manifiesta con tristeza el dirigente cívico.
Luego de permanecer cabizbajo levanta la mirada. "Fui criado con madre viuda”, dice orgulloso. Recuerda que su progenitora trabajó mucho por él y sus cinco hermanos. "Vi cómo la mujer se sacrifica más que el hombre”, asegura.
Marco cuenta que su madre luchó para que a él y a sus hermanos no les falte el pan del día. "Con todas las precarias condiciones en las que vivíamos en ese momento, fuimos felices”.
La semilla sindical
¿Pero cuándo empezó la carrera sindical de estos líderes? Para Llally, comenzó en el trabajo, cuando llegó al ingenio minero Nacaba Limitada, donde ocupó varios cargos. "Ahí nace el sindicalismo, en 1987 asumí como secretario de Deportes, de Conflictos, de Relaciones, luego General y me retiré en 1998”, dice.
Pumari cuenta que todo inició en el colegio Brown, del que salió bachiller. "Era un colegio en el que nadie se quería inscribir, si llegabas ahí era porque no conseguías cupos en otros colegios”, aclara. El panorama cambió porque él junto a otros compañeros formaron parte del grupo que impuso disciplina en la unidad educativa. "Hoy es uno de los más prestigiosos, ahí me di cuenta de que podía hacer algo con el liderazgo”, confiesa.
Eso no fue todo, Marco fue autoridad del ayllu Paty Paty, llegó a la Central Obrera Departamental como secretario de Tierra y Territorio de Potosí.
"Fue por la honestidad y transparencia de gestión”, asegura. Luego llegó a Comcipo.
Llally es chofer de taxi y fue representante de su gremio ante Comcipo, en la que asumió como vicepresidente en 2011. "Ahí quise dejarlo todo, pero el destino lo impidió”. Cuenta que vinieron a buscarlo poco tiempo antes de las elecciones de Comcipo y recibió apoyo de su familia. "Sabe Dios por qué te están buscando, Jhonny, acepta”, le dijo su esposa.
Los dos se encuentran en la urbe paceña y mantienen reuniones con los ministros para conseguir su objetivo: lograr la atención del Gobierno al pliego petitorio de 26 puntos de Potosí.
¿Qué es lo que más extrañan?, se les preguntó. Marco se ríe y dice: "Extraño la comida de mi madre, cualquier plato”. Y con otra sonrisa confirma que extraña a su esposa y sus tres hijos. "Mi pequeño sólo tiene meses y estoy un mes sin verlo”, dice.
Llally se saca los anteojos e indica que añora ver a sus cinco hijos y a su esposa Judith; siente nostalgia de su taxi, el que tiene las iniciales J.J. en el parabrisas, que significa Judith y Johnny.

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