Comcipo: la marcha sin retorno

Potosí, en su larga historia social, política y económica partir del Siglo Dieciseis y aún en nuestro año 2015, carga sugerentes coincidencias que nos remontan, por ejemplo, a cronistas de la talla de Fray Antonio de la Calancha (1584-1654), nacido en Chuquisaca; del padre Álvaro Alonso Barba –Andalucía,1569-1679(¿?)– y de Bartolomé Arzans de Orsua y Vela (Potosí, 1676-1736).

Tres singulares cronistas; cada uno desde su perspectiva, relatan los portentos y desgracias del Cerro Potosí. Calancha: “Aquí crió Dios el cerro más precioso y el más opulento monte que pisa el mundo ni ve del cielo. Centellas son cuantos se labran pareados con este cerro de Potosí, que como volcán los mira y como rey los prefiere, es altísima la cabeza y extendidísimas sus faldas”.

Padre Barba: “En este cerro de Potosí se sacó de floridísimo color de cinabrio o bermellón muy fino, cosa que en ningún otro mineral he visto(…) El rosicler y cochizo, es plata con aquel barniz que oculta su propio color, su diversidad es tanta, que apenas hay piedra de una veta que se parezca a otra”.

Bartolomé Arzans de Orsua y Vela: “En las espantosas cuantos ricas entrañas de este admirable monte resuenan ecos de los golpes de las barretas, con las voces de unos, gemidos de otros, gritos de los mandantes españoles” (…) “Innumerables son los que han perecido en sus entrañas; cada paso que dan en una de sus minas llegan a los umbrales de la muerte, sirviéndoles a cada uno de vela para morir aquella que traen en la mano para poder andar…”.

También citamos a los modernos autores del libro “Potosí, el cerro nuestro de cada día”, Rubén Ferrufino Goitia, Rodolfo Eróstegui Torres y Marco Gavincha Lima (noviembre 2011), quienes dan su veredicto sobre tan famosa montaña: “Se informó que existen 138 hundimientos que están carcomiendo y destruyendo al Cerro a causa de la actividad minera y factores climáticos”.

“En el mes de junio, el Comité Cívico de Potosí manifestó su rechazo ante una intención de la Federación Departamental de Cooperativas Mineras que busca continuar explotando por encima del límite señalado (cota 4.400). Comcipo entiende, mas no acepta el punto de vista de los cooperativistas, quienes no piensan resignarse a obedecer la norma, mencionando que dejar de trabajar en los yacimientos 4400 y 4500 metros, afectaría en gran manera a sus ingresos y sus empleos ya que en esos 100 metros, se encuentran muchas de sus bocaminas”.

Los autores mencionados, agregan: “La realidad es que cerca de 18 mil trabajadores mineros dependen directamente de la actividad del Cerro y otros más de manera indirecta”.

Los mismos autores consignan la posición de la Central Obrera Departamental: “La COD menciona que los potosinos sólo accederán a las regalías que no llegan a ser más que el 5 por ciento del aporte tributario de los proyectos mineros, lo que significa una cifra mínima, lo cual es inconcebible cuando se habla de un pueblo entero en condiciones de pobreza”.

COMCIPO 2010

De la Guerra del Agua, Cochabamba (2002); de la Agenda de Octubre, El Alto-La Paz (2003), del Conflicto de Potosí (2010), a la marcha cívica potosina de julio 2015 apenas hay un espacio de transición en la agitada vida de nuestro país. Los dos primeros eventos leyeron los santos óleos al viejo sistema político y en el lecho de aquél cadáver, aún tibio, hicieron posible el cambio de guardia en favor de la corriente indigenista que hoy gobierna Bolivia.

Los acontecimientos suscitados en Potosí el año 2010, no sólo indicaban un salto cuantitativo en el contexto de referencia, sino y más importante, enfocaban con nitidez un salto cualitativo que se expresaba en la decisiva y poderosa influencia del comiteísmo potosino, en la población y organizaciones políticas de los restantes departamentos de nuestra geografía patria.

COMCIPO 2015

Sin embargo, en junio del presente año de 2015, la triste realidad del Potosí colonial y republicano, así como el inminente peligro de un gran derrumbe en la montaña repleta de minerales, parece haber caído sobre la espalda del Comité Cívico de Potosí.

Han pasado a la historia, lo mismo que miles de eventos relacionados directamente con el Cerro Rico, los días de gloria de Comcipo que, reducido hasta ayer 30 de junio a dieciséis marchistas caminaba hacia la sede del gobierno, ciudad de La Paz.

EL FIN

Atentan contra la marcha que ya habría pasado la frontera de Oruro, las siguientes connotaciones: a).- Desmovilización política de grupos sociales, hoy casi enemigos de Comcipo, a cuya cabeza estarían las organizaciones del cooperativismo minero; parte de la Central Obrera Departamental y sindicatos campesinos-mineros; B).- Influencia del Movimiento Al Socialismo en los citados grupos y denuncias de que la marcha de Comcipo, aprovecha la próxima visita del Papa Francisco, para obtener sus objetivos fijados en un pliego petitorio de 26 puntos y c).- Sin ironía, las bajas temperaturas del invierno altiplánico.

Ciudadanos afines a Comcipo, prometen acompañar la marcha Potosí-Oruro- La Paz, empero, desde que la débil columna integrada por dieciséis personas salió de la Villa Imperial, la suerte ya estaba echada pues, además del agotamiento político de esta institución, la correlación de fuerzas sociales; la influencia de los cooperativistas mineros y la división de la Central Obrera Departamental, es negativa para el éxito del comiteismo potosino.

La marcha de Comcipo, llegará diezmada y huérfana a la ciudad de La Paz, pero el departamento de Potosí, la Villa Imperial y sus grandes problemas económicos y sociales, continuarán en pie, aunque el emblemático Cerro Rico se hunda bajo las cargas de dinamita y la necesidad insaciable de sus propios hijos, atrincherados en la cumbre de esta mole.

Curioso destino de un yacimiento riquísimo que, en lugar de imponer un desarrollo para Potosí, alimentó a los banqueros de Europa; encumbró a los Barones del Estaño, aporta a las arcas nacionales y hoy, quienes viven de él, explotando la cumbre de los 100 metros sepultan políticamente por sus propios intereses, al organismo reducido a dieciséis personas en marcha.