28 junio 2015

Fernando Huanacuni Mamani: Saludo aymara en la Cancillería



Estuvo al frente del protocolo de la Cancillería durante seis años, desde abril de 2008 hasta julio de 2014, invitado por el canciller David Choquehuanca Céspedes, con quien se conocía desde antes en seminarios y talleres sobre cosmovisión andina o la reconstitución de la identidad.

Cuando Huanacuni se presenta, enseguida añade “aymara, de la nacionalidad aymara”. Es abogado de profesión, por la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA); en estudios posteriores, se fue especializando en educación y temas jurídicos, pero, aclara “en la visión de los pueblos indígena originarios”. Practica las artes marciales Kung Fu y Tai Chí.

En la Cancillería, como responsable de protocolo, Huanacuni reivindica el haber introducido ritualidades y símbolos indígenas, aunque manteniendo las costumbres occidentales: “sin sacar el protocolo occidental, convencional moderno, se ha implementado el protocolo indígena originario; entendiendo el protocolo como un elemento articulador en el relacionamiento, en un evento y entre los pueblos”, resume.

El protocolo originario, destaca, tiene dos aspectos centrales: el cariño y el respeto. El cariño, como un “verdadero relacionamiento o acercamiento entre los participantes”; y el respeto en el sentido en que “podemos coincidir o no en las ideas, pero es importante el relacionamiento, aun entre los diferentes”.

Con relación a visitantes extranjeros, en su gestión —cuenta— se incorporó dos elementos originarios que hacen referencia tanto a la hospitalidad como al reconocimiento de la autoridad del huésped: el arco y la ch’uspa.

El arco (un dintel provisional que se arma con distintos motivos o adornos), expone Huanacuni, “es la forma de dar la bienvenida, pues representa el paso por debajo de un umbral; es entrar a la casa”. Dicho arco era revestido de aguayos y platería, en los valles y el altiplano, y de flores, en el oriente del país.

“Y luego (al visitante) le entregábamos una ch’uspa, que en la cosmovisión andina significa el reconocimiento de autoridad; una autoridad tiene varios símbolos, el poncho, el chicote, la qurawa (honda), la ch’uspa; en la ch’uspa estaban hojas de coca, y le explicábamos al mandatario o representante de un país que esta ch’uspa significa el reconocimiento de su autoridad desde los pueblos indígena-originarios”. En cuanto a la coca, Huanacuni la designa como “el espíritu articulador, es lo que antecede antes de la conversación, y significa también conversar de manera sincera y honesta”.

Otro aspecto del protocolo del cual se muestra orgulloso el abogado es la denominación que se da ahora en la Cancillería a los visitantes: en vez del “excelentísimo” o “reverendísimo” presidente o canciller, desde lo indígena originario, cuenta, “utilizamos otro elemento articulador, pues le llamamos hermano, ‘hermano presidente’, ‘hermano embajador’; lo cual denota un acercamiento mucho más allá de la formalidad fría, que es la característica de occidente”.

Hoy día, Fernando Huanacuni, relata, es docente investigador en la Facultad de Derecho de la UMSA, enseña Pluralismo Jurídico en la Universidad Andina, y en el Instituto Internacional de Integración del Convenio Andrés Bello.

Perfil

Nombre: Fernando Huanacuni Mamani

Nació: 29 de mayo de 1966

Ocupación: Docente universitario

Familia

Fernando Huanacuni está casado; tiene cuatro hijos, tres mujeres y un varón, la mayor tiene 16 años, 9 la que le sigue, 3 el niño y una bebé de 4 meses.

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