A las 15:00 del viernes partían de la embajada de La Paz dos vehículos con placa diplomática de Brasil. En uno de ellos viajaba el senador Róger Pinto, después de 454 días de encierro en la sede de la delegación brasileña, a la espera del salvoconducto que le permitiera cumplir su asilo en el vecino país. Viajaba escoltado por dos "fusileiros".
En uno de los dos carros estaba el encargado de negocios de la embajada de Brasil, Eduardo Sabóia. A esa hora habían decidido eludir una manifestación en la zona de San Francisco y tomaron la ruta a Achocalla para llegar a El Alto. En esa ciudad Pinto sintió un malestar. Hacía tres días que no comía casi nada y se mantenía solo con agua. Su salud se había deteriorado en los últimos diez días, lo que habría sido el detonante para que las autoridades brasileñas le comuniquen su traslado dos días antes de la partida a Corumbá.
Pinto sintió problemas en su presión y el operativo del traslado estuvo a punto de abortar en la misma urbe alteña. Le consultaron si seguía y él decidió continuar, ya que se había asumido días antes el riesgo de su traslado en un vehículo con placa diplomática, según el relato de fuentes allegadas al senador pandino.
Matrícula diplomática
Los carros llegaron a Cochabamba alrededor de las 21:00 del viernes. Pinto seguía con dolencias y decidió avanzar. Pasó Chapare y a las 4:30 del sábado la misión ya estaba en Santa Cruz. Pasaron de largo y a las 12:30 tocaron territorio brasileño. Los dos vehículos habían logrado superar el control de unas 15 trancas y retenes. Pinto tenía delante uno de los dos vehículos con placa diplomática. En cada parada, sus acompañantes hacían notar el estatus especial de los carros, por lo que no tuvieron mayores contratiempos en transitar los más de 1.500 kilómetros de distancia entre La Paz y Corumbá.
En esa ciudad brasileña lo recibió el prefecto (alcalde). Policías federales también lo custodiaron. Un médico, que había estudiado en Santa Cruz, también le ofreció asistencia, probablemente por orden del Ministerio de Salud de Brasil, según relató una fuente confiable.
En Corumbá descansó en el hotel Santa Mónica, antes de que llegara el senador Ricardo Ferraço para trasladarlo la noche del sábado a Brasilia en un avión de su familia.
Otra fuente cercana al congresista comentó que uno de los mayores problemas de Pinto es su deteriorada economía.
“Lo que más le afectó el encierro es su economía y su salud”, dijo la fuente. No se descarta que busque trabajo en Brasil. Por el momento, para hoy ha previsto visitar el Senado brasileño, donde ofrecerá un informe y una conferencia de prensa en la que se referirá probablemente a la realidad política de Bolivia
Lo escribió
“Mi salida prueba a Evo que no hay en la tierra poder más abyecto que el que usa los votos para humillar, perseguir y matar a quienes piensan distinto”
Róger Pinto - Senador opositor
“Seguiré siendo un militante (...) contra la corrupción, el abuso de poder y la humillación de los bolivianos que piensan distinto a usted”
Róger Pinto - Senador opositor
El senador agradece a brasil y afirma que ya perdonó a evo
En una "carta abierta al pueblo de Bolivia" dada a conocer ayer por la oposición, el senador Róger Pinto agradeció al Gobierno brasileño por protegerlo y devolverle la libertad, y también proclamó que perdona al presidente Evo Morales por el daño infligido a su persona y a su familia, aunque advierte al mandatario que seguirá luchando contra él.
En la misiva, Pinto destaca el respeto de Brasil a la democracia, al derecho al asilo y a los derechos humanos. Agradece también a la presidenta Dilma Rousseff, al exembajador Marcel Biato y al diplomático Eduardo Saboia, que fue quien lo sacó de Bolivia.
A tiempo de asegurar que pronto regresará al país, el político pandino exteriorizó la alegría que le provoca el pronto encuentro con su familia, su esposa, sus hijas y sus nietos.
Lo dice la misiva
Carta de Róger Pinto al País
1 Estoy en Brasil. He recuperado una libertad que me fue injustamente arrebatada hace 454 días. Con esto termina una larga jornada de protesta en contra de la violación de los derechos humanos en Bolivia.
2 Siempre estuve consciente de que el Gobierno de Evo no permitiría mi salida. Pese a ello tomé mi chance y me jugué por lo que creo.
3 Cuando me fue consultada la decisión de salir de Bolivia por las autoridades de Brasil entendí que el tiempo había llegado. Que era un operativo difícil y arriesgado.
4 Mi libertad se la debo a Brasil. A la presidenta Dilma Rousseff, que generosamente me concedió el asilo. A Marcel Biato, que me protegió y brindó seguridad (...). A Eduardo Sabóia, un hombre valiente e inteligente, que conoció el riesgo que le acechaba (...).
5 Al presidente Evo Morales le digo que lo perdono por todo el daño que me ocasionó a mí y a mi familia, pero que mi corazón y mi conciencia seguirán rebelándose y luchando contra el oscuro poder que representa.
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