28 mayo 2013

El voto en el exterior equivale a los de Beni, Tarija y Pando

El voto de bolivianos que viven en el extranjero será una variable importante a tomar en cuenta en las elecciones de 2014. Ya en 2009 se votó en cuatro países: Brasil, Argentina, Estados Unidos y España. La experiencia ganada con este sufragio será crucial para ampliar el panorama, pues ahora habrá electores en 33 naciones. Y se cree que la cifra puede subir a medio millón de bolivianos que podrán decidir, desde lejos, quién será el futuro presidente de Bolivia. La diferencia en número de países será abismal, como también lo será la cantidad de gente que se estima que vaya a las urnas.
En 2009, las mesas de sufragio se abrieron para los bolivianos en Madrid y Barcelona (España); Virginia y Nueva York (Estados Unidos); San Pablo (Brasil) y Buenos Aires (Argentina). Se inscribieron 169.096 personas y votaron 125.101. El 75% de los votos fue a favor de Evo Morales (MAS) que ahora es presidente y que volverá a ser candidato. Solo en Estados Unidos ganó Convergencia Nacional y el MAS ocupó el segundo lugar.
Se cree que fuera del país viven 2,5 millones de bolivianos y que medio millón de ellos estarán habilitados para ejercer su derecho al voto. Ese medio millón es comparable con el número de electores registrados en Tarija, Beni y Pando, que son los departamentos menos poblados de Bolivia.
El analista político Carlos Cordero considera que la votación de bolivianos residentes en el exterior será definitoria en las elecciones generales del 2014.
"Ampliando el padrón de cuatro a 33 países, aproximadamente medio millón de electores podrán votar por los candidatos a presidente y vicepresidente y el voto de los bolivianos en el exterior podría definir quién es el próximo presidente en Bolivia", señaló. Medio millón de votos equivale al 10% del padrón nacional. En los últimos comicios, el sufragio en Argentina, Brasil y España fue a favor de Evo Morales y la tendencia puede repetirse en 2014.
Cordero cree que el voto de bolivianos en el exterior sería una vulneración al derecho de los bolivianos que viven en el país donde gobernará el nuevo mandatario. Los emigrantes se rigen por normas de los países en los que residen. Considera que si habrá voto en el extranjero, los compatriotas deberían elegir diputados extraterritoriales, que serían como delegados para gestionar los asuntos que les interesan fuera de las fronteras de la patria.

El Órgano Electoral
Wilma Velasco, vocal del Tribunal Supremo Electoral, dijo que al ampliar el número de países solo se está cumpliendo con la Ley 026 de Régimen Electoral. Los bolivianos en otros países serán empadronados en el sistema biométrico. El procedimiento empezará en agosto y podrá extenderse hasta comienzos de 2014.
“El empadronamiento se realizará en las embajadas y consulados cuando se trate de países donde no exista una enorme cantidad de compatriotas. Para esos casos se habilitarán unidades móviles en puntos estratégicos donde está la colectividad boliviana”.
Velasco prefirió no dar números. Por ahora evita decir cuánta gente se registrará para votar. Sin embargo, para hacerlo, es preciso contar con cédula de identidad vigente o pasaporte.
La vocal informó que el Servicio General de Identificación Personal documentará a los bolivianos en el extranjero. “Si se consolida, este hecho será clave para que crezca el número de electores, porque nuestro eterno problema fue que las autoridades nunca se interesaron por ayudarnos a tramitar nuevos documentos de identidad”, indicó Wilfredo Mejía, dirigente de la colectividad boliviana en España.

A Jorge Lazarte, ex vocal de la ex Corte Nacional Electoral, le llama la atención el empeño del organismo electoral para garantizar el voto en el exterior. “No sé si vale la pena ponerle tanto esfuerzo al sufragio de los connacionales, cuando se podría mejorar las condiciones de voto en el país”, observó Lazarte.
“Qué interés hay detrás de este empeño”, dice Lazarte.
Respecto a la cantidad de votantes que podría registrarse , considera que en principio el registro puede crecer, pero al final, por experiencia de otros países, es un porcentaje menor el que acude a las urnas, comparado con la cantidad de personas que se inscriben.
En Bolivia, la mitad de la población está en condiciones de votar. Para las elecciones de 2009, de los más de 10 millones de habitantes existentes, se inscribieron 5.139.554 y emitieron su voto 4.859.440.
A Gina Oporto, diputada por el MAS, le parece excelente que se amplíe el número de países donde exista votación, puesto que el que se fue tiene derecho de ejercer su ciudadanía.
Respecto a la posibilidad de que sea en el exterior donde se decida el resultado de las elecciones del próximo año, Oporto considera que se trata de un prejuicio porque el voto será consciente.

Según John Cava, excívico de Chuquisaca, “los números en Bolivia no le deben estar dando para ganar las elecciones al MAS y por eso quieren ampliar el voto en el extranjero”. Allá no puede definirse el resultado. Debe darse un parámetro para que las cifras no superen la sumatoria de votos de dos o tres departamentos de Bolivia”, propuso, al cuestionar la posibilidad de que quien decida, en definitva quién será el presidente, esté lejos de las fronteras de su departamento y del país.
Sonia Saavedra, presidenta del Comité Cívico de Oruro, tampoco está de acuerdo con el voto de bolivianos que viven afuera, porque allá no saben la realidad que estamos viviendo en el país. “Los que tenemos derecho a decidir sobre los destinos del país somos los que estamos viviendo en Bolivia”, enfatizó

Emigrantes votarán por un país en el que no tuvieron oportunidades
A pesar de todo, Efraín Torres ha decidido ir a votar para las elecciones presidencias del próximo año. Vive en Nueva York desde hace 12 años. Se fue empujado por el desempleo boliviano, bajo la esperanza de volver dentro de poco, cuando la situación mejore. Pero nunca mejoró, cree, y por eso hasta ahora está allá, viviendo fuera de Bolivia que a ratos le parece ajena.
Entonces, para sentirse cerca de su lugar de origen, ha decidido ir a las urnas, a pesar de que sostiene que ningún gobernante hizo algo por los que se fueron, por abrir la esperanza del retorno con la esperanza de que en Bolivia las fuentes de trabajo ya no serán un imposible.
Al otro lado del mundo, en España, Marlene Luján ya tiene pensado qué hará el día de la votación. Dice que es domingo, se levantará a las 7:00 y tomará el metro desde Atocha hacia el consulado boliviano en Madrid. Hará la fila para sufragar y después se irá al parque del Retiro para caminar, para hacer hora, hasta que se conozcan los primeros resultados.
No quiere decir por quién votará, prefiere esperar las ofertas electorales, pero se inclinará por el candidato que prometa que no se olvidará de los que salieron del país.

HORA A HORA

Shirley Michel
VIVE EN BUENOS AIRES
TRABAJO UNIVERSITARIA
EDAD 37
ORIGEN BERMEJO
EL APOYO ESTUVO AFUERA
No creo que vaya a votar. No me interesa y no sé si me sirve de algo. Hace 13 años que vivo en Buenos Aires y ya tengo radicatoria aquí y he recibido ayuda del Gobierno de Argentina.

Ernesto Pavón
VIVE EN EEUU
ALBAÑIL
EDAD 41
ORIGEN SANTA CRUZ DE LA SIERRA
VOTAR PARA EXISTIR
En Bolivia nunca he asistido a sufragar. Pero aquí lo haré porque parece que es la única forma para que los emigrantes nos hagamos sentir. Ocurre que solo hablan de nosotros cuando alguien muere trágicamente, y después volvemos a entrar en el anonimato.

José Landívar
VIVE EN ESPAÑA
FABRICANTE DE LETREROS
EDAD 38 AÑOS
ORIGEN SANTA CRUZ
EMIGRANTE LASTIMADO
No pienso ir a votar porque mi país no me ha dado lo que más necesitaba, trabajo. Imagínese, ni que estuviera loco sacrificar mi domingo para ir a elegir a esos políticos que prometen cosas y que después no cumplen. Me gustaría que solo un día ellos sufran lo que vive un emigrante.

“En EEUU, fui jurado electoral en una mesa de sufragio”
Freddy Middagh | Emigró y retornó
Viví ocho años en Virginia, EEUU. La barrera idiomática es dura en un comienzo, después la documentación es un problema porque muchos se van como turistas. La salud es carísima, si no se tiene un seguro, curarse sale un ojo de la cara. Si uno es profesional, se puede revalidar el título, pero para eso hay que estudiar más y en ese camino se topa con muchas trabas. A nivel de autoridades de ambos países deberían gestionar convenios con escuelas técnicas para agilizar trámites. La gente tiene ganas de crecer, de mejorar, de capacitarse, pero falta el apoyo del Gobierno, que debe velar por sus ciudadanos que se van en busca de trabajo.
El año 2009 participamos, en Virginia, en las elecciones presidenciales de Bolivia. Yo fui vicepresidente de una mesa electoral y recuerdo que el registro de los electores fue mediante el sistema biométrico.
Para el día de la votación nos capacitaron a todos los que fuimos jurados electorales. La cita fue en el consulado.
Por lo que pude ver aquella vez, la gente iba a votar con la esperanza de generar un cambio para conseguir mejores días. Aquel 2009 no hubo mucha propaganda política ni electoral. Nosotros nos enterábamos a través de los diarios digitales de Bolivia y de la comunidad boliviana.
Hay muchas necesidades entre los compatriotas. Por ejemplo, hay que tramitar un montón de papeles para conseguir ayuda en el cuidado de los niños.
También demora mucho sacar pasaporte y carné. Hay una burocracia que perjudica y que hace la vida más difícil fuera de la nación

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