Ser voluntario de las Naciones Unidas conlleva una importante misión: contribuir al desarrollo del país en diferentes campos de acción, desde su formación profesional, mediante la cooperación técnica a gobiernos y a iniciativas de comunidades, con ayuda humanitaria y apoyo a los derechos humanos y a los procesos de paz.
“El voluntariado es una forma poderosa de involucrar a los ciudadanos para hacer frente a los desafíos en materia de desarrollo, con la capacidad de transformar su ritmo y naturaleza”, dice Juan José Leal, responsable del programa de Voluntarios de las Naciones Unidas (VNU).
El programa VNU tiene su sede en Bonn, Alemania, y realiza sus actividades en más de 140 países del mundo. Está representado a través de las Oficinas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En Bolivia trabajan 40 voluntarios, 33 bolivianos y siete extranjeros, en temas de protección a menores y adolescentes, alimentación, gestión de riesgos y atención de emergencias, medioambiente, articulación de redes territoriales y salud sexual y reproductiva, entre otros.
Aunque las tareas asignadas por las diferentes agencias del Sistema de las Naciones Unidas son muy variadas y específicas, todas responden a la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, a fin de alcanzar las condiciones mínimas para una vida digna en el mundo.
Para ser voluntario de esta institución, se debe tener más de 22 años, grado de licenciatura, un año de experiencia de trabajo y, sobre todo, “el compromiso y la motivación de trabajar sin que la remuneración sea su primera motivación”, dice Leal.
El puesto asignado es de un máximo de cuatro años en el caso de los voluntarios nacionales y seis para los extranjeros. En ese lapso, deben cumplir con horarios de oficina, como cualquier funcionario de las Naciones Unidas.
“Pertenecemos a una de las más grandes organizaciones mundiales en la que asumimos el voluntariado como una opción responsable y comprometida de trabajo, sabiendo que el mismo se traduce en respuestas efectivas para la sociedad”, dice Daniela Villarpando, voluntaria del programa UNV Comunicación.
Experiencia invaluable
Aunque los campos de trabajo son muy variados, los voluntarios hacen de articuladores con diferentes actores, sean sociales o políticos, para llegar a acuerdos que beneficien a la población. En consecuencia, son testigos de la realidad de otras personas.
Nicolás David, voluntario francés de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), trabaja de cerca con víctimas, testigos, organizaciones y autoridades involucradas en posibles violaciones de los derechos humanos.
“Gracias a las funciones que tengo, estoy en contacto con los principales actores de la actualidad social, política y jurídica de Bolivia, y eso resulta muy gratificante en términos de aprendizaje personal y profesional”, agrega.
Grisel Ávila, voluntaria boliviana del programa de Articulación de Redes Temáticas y Territoriales hace dos años, trabaja con representantes de los gobiernos nacional, departamental y municipal para que sumen esfuerzos en acciones concretas.
“Por lo general, todos actúan por su lado, pero la idea es promover la conformación de grupos de trabajo con estos actores para que hablen de sus prioridades y generen un pensamiento común en obras para el país”, dice.
Villarpando, en cambio, trabaja en la iniciativa por los derechos sexuales y reproductivos de adolescentes y jóvenes, coordinando con contrapartes las estrategias educativas y comunicacionales y de movilización social.
“Con mis mejores capacidades apoyo al desarrollo, tratando de solucionar de forma permanente y sostenible las demandas que genera nuestra población. Ser voluntaria me ayuda a aprender, ‘desaprender’ y reaprender lo que es mi oficio”, comenta Ávila.
Fuera de sus dispares responsabilidades, todos coinciden en que ser parte de esta institución les permite crecer a nivel personal y profesional.
Después de esta experiencia, es inevitable para ellos marcar nuevas metas laborales en su vida, sabiendo que trabajar en las Naciones Unidas les permite adquirir una experiencia valorada por otras instituciones.
Ésta es una de las razones por la que en cada convocatoria postulan más 70 profesionales ansiosos de alcanzar un puesto que les permita desarrollar sus capacidades y conocimientos en bien del país.
El programa VNU
Inicio El programa de Voluntarios de las Naciones se creó en 1970 por la Asamblea General de las Naciones Unidas a petición de los estados miembros de las Naciones Unidas.
Destinados Cuatro voluntarios bolivianos trabajan actualmente en Kenia, Colombia y Chad.
Apoyo Los recursos del programa VNU provienen de los fondos del PNUD, de presupuestos ordinarios de las Agencias de las Naciones Unidas, de contribuciones de gobiernos patrocinadores, de donaciones de los gobiernos y del Fondo Voluntario Especial del programa VNU. El total supera los 17 millones de dólares anuales.
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