El caso de Jacob Ostreicher es particular, pues no sólo forma parte de una red de extorsión que fue identificada por el Ministerio de Gobierno sino que es la muestra del manejo irregular de la justicia en el país, según el analista Iván Arias.
El entrevistado recordó que Ostreicher no es un “reo” común y su caso tampoco, pues el norteamericano está detenido desde el 3 de junio de 2011 sin avance procesal, por lo que la justicia boliviana demuestra su forma de proceder dilatando el proceso, respondiendo a la extorsión de los abogados del Ejecutivo y cayendo en la retardación de justicia con su respectiva vulneración de derechos humanos.
Arias también destacó la labor que cumplió Sean Penn a su llegada al país, porque el Gobierno pensó en ganar popularidad con su figura como actor ganador del Oscar, pero ocurrió lo contrario.
“Sean Penn tuvo un rol catalizador, porque logró que el caso de Ostreicher sea reconocido en el país, porque en su país es un personaje que genera movimiento”, dijo.
El analista agregó que además de Ostreicher, la justicia boliviana cuenta con otros ejemplos de “manipulación” y retardación como sucede con Leopoldo Fernández, los ciudadanos húngaros detenidos por el caso de supuesto terrorismo e incluso el senador Roger Pinto que tuvo que acudir a la Embajada de Brasil, hace exactamente seis meses, para “escapar” de la persecución política.
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