La Plaza Pedro Domingo Murillo, llamada así en honor al prócer paceño, es el centro neurálgico de Bolivia. Allí se encuentran dos de los principales poderes del país, el Palacio Quemado, sede del gobierno ejecutivo, y el Parlamento, desde donde opera el legislativo.
También están ubicados la Catedral y el Museo Nacional de Arte, entre otros edificios históricos.
También llamado el Kilómetro Cero, la Plaza Murillo fue el núcleo central del damero español por encargo del Corregidor Ignacio de Aranda, siguiendo las tradiciones y ordenanzas propias de las ciudades fundadas por los españoles. Si bien los conquistadores se asentaron en un principio en el espacio que ocupa actualmente la Plaza Alonso de Mendoza, posteriormente decidieron trazar el asentamiento definitivo de la ciudad teniendo como centro a la Plaza Murillo.
Arte y arquitectura
El arquitecto e historiador Luis Prado, explica que la Plaza Murillo encierra diversos valores arquitectónicos, “desde el propio diseño muy bien logrado de paseos, graderías y jardines, al estilo afrancesado del periodo republicano, así como sus esculturas de diversos periodos, algunas de mármol italiano representando las estaciones del año y las musas del arte. La escultura de Pedro Domingo Murillo en bronce fue colocada en 1909.”
El arquitecto Prado señala que no sólo es importante la Plaza Murillo en sí, sino su entorno, igualmente valioso: “representa diversos periodos de la historia de la ciudad de La Paz como ser la Catedral diseñada en origen por Fray Manuel de Sanahuja, después de haber construido la Catedral de Potosí como primer logro del estilo neoclásico en Bolivia, los palacios de Poder Legislativo, hoy Asamblea Plurinacional, del Poder Ejecutivo y de la Gobernación de La Paz, así como de diversas casonas de estilo ecléctico.”
Prado asegura que debe destacarse también la pervivencia de uno de los pocos edificios del periodo colonial que perviven en la ciudad de La Paz: el Museo Nacional de Arte en la esquina de las calles Comercio y Socabaya.
“La Plaza conserva la integralidad y autenticidad, desde su creación en el siglo XVI, creándose un contexto integrado y unitario tanto urbano como arquitectónico contextual, con la enriquecedora superposición histórica de ejemplos arquitectónicos relevantes de los siglos XVIII y XIX, incluyendo los aportes discretos e integrados del siglo XX”, explica Prado.
El diagnóstico
Sin embargo el deterioro es evidente como muestran las fotografías de Alvaro Gumucio. Se sabe que uno de los grandes males de los monumentos históricos lo causan las palomas; sin embargo, éstas se han convertido en una atracción dentro de la Plaza, pese a que el factor más agresivo para los elementos escultóricos, así como para los pisos, muros perimetrales, esculturas y otros, es el excremento de las palomas, que al penetrar en los intersticios de los materiales provoca la exfoliación paulatina.
La polución ambiental es factor negativo para la conservación de dicho espacio, dado que el monóxido de carbono se asienta en las estructuras provocando oxidaciones aceleradas en los materiales y oscurecimiento de los componentes.
Otro problema es la definición real de las responsabilidades de quienes deben atender el mantenimiento de la Plaza y sus alrededores.
Al respecto, Ximena Pacheco, directora de la Unidad de Patrimonio Cultural y Natural del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (GAMLP) explica que esta Plaza, al igual que los espacios públicos emplazados en el Municipio de La Paz, son competencia del GAMLP, razón por la cual toda intervención que se efectúe en ella, debe ser coordinada con las instancias pertinentes y en caso de tratarse de un espacio con implicancia patrimonial, debe ser coordinado con la Dirección de Patrimonio Cultural y Natural. “La Casa Agramont o Repositorio Nacional ubicada en la esquina de la calle Junin y Plaza Murillo, perteneciente al Ministerio de Culturas, evidencia un alto deterioro, debido a la falta de mantenimiento. Otro de los inmuebles con problemas es el inmueble ubicado en la Plaza Murillo esquina Ballivián de propiedad privada, que tenia problemas de índole legal entre sus propietarios. El inmueble emplazado sobre la calle Bolívar entre Ballivián e Indaburo, perteneciente al Arzobispado, también evidencia deterioro al haber colapsado su cubierta y parte de sus entrepisos.”
Los trabajos
Según explica Ximena Pacheco, la Plaza Murillo cuenta con una Ley Autonómica Municipal 009/2011, del 15 de noviembre de 2011, que la declara patrimonio histórico, cultural, escultórico y monumental del Municipio de La Paz. Esta ley fue impulsada al considerarse la alta importancia histórica así como escultórica que posee la Plaza.
“En la Plaza se viene desarrollando un trabajo permanente de conservación que comprende limpiezas y consolidaciones anuales de los elementos escultóricos de mármol y bronce. La empresa municipal de áreas verdes (EMAVERDE), realiza también trabajos de mantenimiento.
La permanente agresión evidenciada por el grafitteado de las bases de esculturas y muros perimetrales causa el deterioro paulatino de los materiales, así como una agresión visual. Sin embargo, este tema puntual involucra un proceso de sensibilización para que la preservación del patrimonio sea entendida como un tema de responsabilidad compartida”.
Historia de su creación
El trazo de la Plaza obedeció a la ordenanza de las fundaciones de las ciudades españolas, las cuales debían ser delineadas en forma de damero, es decir, en manzanas simétricas, rectangulares y de igual superficie. La ordenanza dice: “Cuando hagan la planta del lugar, repártanlo por sus plazas, calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor, y sacando desde ella las calles a las puertas y caminos principales, y dejando tanto compás abierto que aunque la población vaya en gran crecimiento, se puede siempre proseguir y dilatar en la misma forma”. Recién quedó totalmente terraplenada en 1587.
A partir de entonces, se inició la construcción de un acueducto que se conectó a una fuente de agua ubicada en medio de la plaza. Esta fuente se la erigió en el término de un año; se lucía en el centro hermosa, con su talante en mármol blanco – rojizo y berenguela con tres tazas, en torno a ésta, los “Catos” o mercados indígenas comenzaron a surgir y las calles adyacentes tomaron los nombres de las ventas que allí se realizaban, como ser de: leña, peces, paja, ajís, chichas de maní y maíz, entre los principales productos. La fuente subsistió hasta 1817.
De esta manera, y según la topografía del lugar, los principales edificios públicos fueron planificados en torno a la plaza, siendo ésta el primer espacio en trazarse, trazo que mantiene hasta el día de hoy.
A principios del siglo XX, con el triunfo del partido liberal, el gobierno se traslado definitivamente a La Paz y comenzándose, en los predios del Colegio Jesuita de “El Loreto”, la construcción del Palacio Legislativo, diseño de Antonio Camponovo, de estilo neoclásico.
La calle Comercio, ancestral calle Real, hoy es un boulevard comercial que cruza la Plaza Murillo. Entre sus edificaciones más antiguas se encuentra la Villa De París. De la misma época es el Palacio Diez de Medina que data de 1775, hoy alberga al Museo Nacional de Arte.
Otras notables edificaciones emplazadas en la calle Comercio son el Edificio Sáenz (Cine Princesa) y la Casa Llombart de estilo academicista. (GAMLP).
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