Aunque el vicepresidente Álvaro García Linera negó que el Gobierno haya organizado la violenta contramarcha de grupos afines al oficialismo, el gobernador de La Paz, César Cocarico, lo desmintió. Aseguró que su despacho y el Ejecutivo nacional promovieron la movilización que tomó la plaza Villarroel para mostrar el respaldo al presidente Evo Morales.
García Linera dijo que la movilización fue espontánea y que los grupos sociales son estructuras conscientes, que definen por cuenta y riesgo propio sus acciones. “Los compañeros si se movilizan o no se movilizan es su problema, ellos deliberan”.
Pero en su discurso oficial Cocarico aseveró: “Esta no es una contramarcha, esta marcha la organizamos con el Gobierno para defender la democracia y el proceso de cambio”, refirió a los campesinos paceños, las organizaciones alteñas, sindicatos cocaleros y funcionarios de distintas carteras de Estado que ‘apoyaron’, al Gobierno gritando consignas contra la oposición.
La marcha se tornó violenta desde su partida, en La Ceja de El Alto, con fuertes y constantes detonaciones de los mineros de Colquiri, cuyo centro fue recientemente nacionalizado por el Gobierno.
Los transeúntes que vieron el desfile lo repudiaban con silbidos e insultos; entonces los mineros colocaban cuatro o cinco cachorros de dinamita en un solo sitio y ocasionaban la huida de los ‘críticos’.
La plaza San Francisco fue el primer ‘termómetro’ para los masistas, porque unos aplaudían y otros silbaban. Los marchistas llegaron hasta el batallón de Tránsito y obligaron a los policías a cerrar las puertas, mientras proferían ‘los golpistas no pasarán’.
El ‘guía’ de la movilización era el exdiputado del MAS Hilario Callizaya, que organizaba las columnas de los campesinos. Uno de los más entusiastas organizadores era el exviceministro de Tierras y también exdiputado del oficialismo Édgar Valeriano.
En inmediaciones de la avenida Camacho se produjeron los principales amagos de choques y los masistas arremetieron contra todos los que silbaban y los abucheaban. Los campesinos utilizaban los látigos que portan en bandolera y descargaban su furia en los ocasionales críticos. La presidenta del Senado, Gabriela Montaño, que también participó de la marcha, dijo que la ciudadanía ‘provocó’ las reacción de los ‘compañeros’.
El secretario general de la Gobernación de La Paz, Yonni Bautista, era el encargado de la logística y a él acudían los campesinos que requerían de cooperación para los distintos grupos.
En la jornada
- Apoyo. Alcaldes y concejales de diferentes provincias de Santa Cruz lideraron ayer una movilización en defensa del Gobierno. El acto central se realizó en la rotonda de El Cristo, donde la ministra Nemecia Achacollo acusó al ‘imperio’ de estar detrás de las movilizaciones en contra del Ejecutivo.
- Críticas. La presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, Yolanda Herrera, cuestionó al Gobierno por incitar a magnificar los problemas de los diferentes sectores movilizados en el país, en lugar de coadyuvar en la solución de los conflictos.
- Ausencia. Ni el presidente Evo Morales ni el vicepresidente García Linera fueron al acto, aunque estaban anunciados.
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