El gasolinazo y la marcha indígena en defensa del TIPNIS fueron las dos coyunturas que mayor costo político le causaron al Gobierno de Evo Morales y la bajada en la aprobación del Mandatario es una muestra de ello.
Ayer, Página Siete publicó una encuesta elaborada por IPSOS que reveló que el respaldo del Jefe de Estado se redujo a la mitad en los últimos dos años.
En enero de 2009, Morales tenía el 70% de apoyo a su gestión, mientras que en este diciembre la aprobación a la gestión presidencial disminuyó al 35%. La mitad.
El margen más bajo de respaldo obtenido por el Presidente se dio en los dos meses que siguieron al gasolinazo de la Navidad pasada. Apenas el 32% de la población apoyaba su gestión en febrero de este año. En aquel momento un 63% de los encuestados le bajó el pulgar.
El Jefe de Estado logró revertir el panorama adverso y subió 16 puntos en junio, logrando que el 48% de la gente manifieste el apoyo a su mandato.
Sin embargo, un nuevo conflicto estalló en el último semestre de 2011, esta vez protagonizado por las mismas bases que ayudaron a que Morales llegue al Palacio de Gobierno: los indígenas de tierras bajas.
En octubre, mes en el que la marcha del TIPNIS llegó a La Paz y logró frenar el proyecto carretero, la aprobación presidencial se redujo al 35%.
Este porcentaje se repitió en diciembre de este año. Exactamente la mitad de aquel auspicioso 70% con el que Morales arrancó su segundo mandato.
El politólogo Marcelo Silva manifestó que ambos episodios son los puntos de inflexión en la gestión gubernamental.
“La acumulación de poder que logró Evo Morales comenzó a revertirse a partir del gasolinazo del año pasado. El Presidente comenzó a perder respaldo y legitimidad con aquella medida y empezó a sentir de inmediato los efectos de una mala decisión. Otro momento fundamental es la marcha por el TIPNIS. La movilización ya aprovechó la pérdida de poder del MAS”.
El gasolinazo decretado por el Gobierno el 26 de diciembre de 2010 fue abortado a los cinco días de ser puesto en vigencia. Sin embargo, la medida tuvo efectos que se prolongaron durante 2011, pues los precios de productos de primera necesidad subieron definitivamente y se elevó la tasa de inflación.
El costo político de aquella histórica subida en el precio de los combustibles fue alto, pues la población identificó a la medida como una decisión más propia de gobiernos neoliberales.
Por su parte, el politólogo Carlos Cordero señaló que la “luna de miel” del Gobierno con la población ha llegado a su fin con la marcha por el TIPNIS.
“En 2011, la aprobación no ha superado la barrera del 40%. La unidad política del MAS y el Pacto de Unidad se ha visto resquebrajada”, concluyó.
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