Juan del Granado despierta pasiones. Pueden ser buenas o malas, pero no es indiferente para nadie, más aún si es considerado hoy como la principal figura en el espectro político que puede presentarse como alternativa al MAS.
En esta entrevista con ¡OH!, Del Granado habla sobre la ruptura con el que fuera su socio, sobre su campaña por el NO en las elecciones judiciales que se realizarán en octubre y sobre la agenda que tiene su partido para en, algún momento, llegar a dirigir al país.
¡OH!: ¿Cuál es la noticia que lo alarma más en esta coyuntura?
La campaña infame que el Gobierno está haciendo contra los indígenas que están representándonos a todos en defensa del TIPNIS y del medio ambiente y en contra de esta visión desarrollista y neoliberal. Me llena de bronca que desde el presidente, hasta los ministros, pasando por un encargado de fronteras (Juan Ramón Quintana), califiquen a estos hombres, mujeres y niños como delincuentes, traficantes de madera, de tierras, o instrumentos del imperialismo, olvidando que ellos fueron en su momento una base esencial de apoyo a este proceso en el cual también creyó el Movimiento Sin Miedo (MSM). He estado revisando la prensa, y esta andanada de insultos no puede ser sino una cortina de humo que está tratando de nublar la vista respecto a un contrato con una empresa que tiene muchas irregularidades. La bancada del MSM ya ha solicitado que se muestre de una vez el contrato con la empresa OAS y con la ABC (Administradora Bolivia de Carreteras). ¿Dónde está el monto, el trazo, el perfil del proyecto?
¡OH!: ¿Considera que el conflicto del TIPNIS puede fragmentar a los pueblos indígenas?
Lo que ocurre con el TIPNIS es expresivo de dos elementos que forman parte de un proceso de descomposición. El primero es la visión colonial de parte del MAS respecto a uno de los componentes sociales que inicialmente se reivindicaba como protagonista de un nuevo estado y una nueva sociedad: los pueblos originarios. Hoy, estos pueblos originarios, por lo menos los de tierras bajas, son considerados por el gobierno como unos débiles sujetos a la manipulación de ONGs y del imperialismo. Esta es la misma visión de Francisco Pizarro. Estamos frente a un gobierno que no sólo ha retrocedido, sino que ha abandonado uno de sus postulados que es la reivindicación del Estado Plurinacional, donde todos somos iguales y tenemos los mismos derechos.
El otro elemento que habla de la descomposición de este proceso con motivo del TIPNIS es la falta absoluta de estrategia de desarrollo nacional e integral. Acá se trata de hacer carreteras por donde sea, de hacer obras como sea, de entregar lo que sea en términos de cemento antes del 2014 para recaudar votos, y no se trata de una visión alternativa de desarrollo, de industrialización, de otra estrategia al modelo primario extractivista, que ha sido pésimo con gobiernos neoliberales y que sigue siendo pésimo con modelos neopopulistas como el de Evo Morales.
Usamos el excedente de nuestras materias primas con motivo de los altos precios internacionales, sin agregar ningún valor. Pero no sólo eso, la utilización productiva del excedente no puede quedarse bajo el colchón del Banco Central de Bolivia bajo la forma de reservas, sino que tiene que ser parte de una estrategia de desarrollo productivo, y no tiene que tener en el Estado al protagonista: estamos frente a un estatismo extremo, muy parecido al fallido estatismo populista y corrupto del MNR, que devino luego en el neoliberalismo que tanto critica hoy el MAS.
¡OH!: No olvidemos que el MSM fue socio del gobierno en este proceso no hasta hace mucho.
El MSM respaldó con entusiasmo este proceso durante sus primeros cuatro años, porque estamos convencidos de que nuestro país no tiene viabilidad si es que no hay profundas transformaciones. Tenemos una herencia colonial que nos ha impedido construir un país digno y con esto me refiero a la exclusión, al racismo y al centralismo. Son 186 años que cargamos con esta herencia. Necesitamos un Estado plurinacional, una profunda inclusión de todos, y un Estado profundamente autonómico, pero necesitamos los cambios en democracia, con pluralismo y tolerancia, y con unidad nacional.
Nuestro temor, pero también nuestro desafío, es que este proceso de transformación que se inició el 2006, no se malogre ni se frustre como sucedió el ’52, o el ’82, por culpa de quienes condujeron mal el proceso como lo está haciendo hoy Evo Morales.
¡OH!: ¿Cuándo es que el MSM detectó las primeras señales de alerta en esta alianza con el MAS?
Cuando se produjo el referéndum revocatorio el año 2008, nosotros señalamos con claridad que había que profundizar aciertos y corregir errores. Dijimos que era un acierto el haber revalorizado el valor del Estado, pero que era un error el estatismo extremo. Dijimos que era un acierto haber iniciado la recuperación de los recursos naturales, pero que era un grave error la improvisación y la burocracia en el manejo de esa recuperación. También dijimos que era un acierto el protagonismo de los pueblos originarios, pero que nos parecía un error el exceso, pero sobre todo la impostura indigenista de los blancoides de Palacio.
Señalamos con claridad que eran muy importantes la Constitución Política del Estado y la Asamblea Constituyente, pero dijimos que era un grave error no haber abanderado las autonomías.
¡OH!:¿Qué es hoy el MSM?
Nosotros somos definitivamente de izquierda, por lo que el MSM está muy preocupado, no porque le vaya mal al presidente Morales o al vicepresidente García Linera, sino porque este proceso que debe construir un país digno, superando la herencia colonial, se frustre. Que la gran esperanza de los bolivianos retroceda. Y los sectores conservadores, aquellos que la pasaron bien 186 años, ya están frotándose las manos ante ello.
Nuestros dos desafíos como MSM son grandes. Ojala podamos enfrentarlos en el curso de estos años. El primero es crear una alternativa que le ofrezca una conducción y una transformación al país de una manera profundamente democrática, en lugar del MAS. Y el segundo es impedir que vuelvan aquellos sectores conservadores, que malograron la derecha. Me refiero a Sánchez Berzain con 30 minutos en la CNN por ejemplo.
¡OH!: ¿Y qué de los otros partidos?
Hablo del MIR, ADN, el MNR, por esos partidos que hicieron de la democracia una repartija y un ejercicio vacío y que nos expropiaron la democracia. Esa misma gente que terminó masacrando a los alteños y paceños en octubre del 2003, está apareciendo en CNN. Por eso el doble desafío del MSM, no podemos quedarnos en este presente populista, ineficiente y prebendal, pero tampoco podemos volver al pasado conservador, neoliberal y también prebendal y autoritario.
¡OH!: ¿El MSM gira alrededor de Juan?
EL MSM gana sin Juan. En abril del año pasado sucedió eso. Cuando el MSM en su cúpula dirigencial convino que se tenía que dar paso a otras figuras y que se tenía que ser consecuente con una política de renovación, muchos ‘sin miedo’, tuvieron miedo.
Porque además teníamos que enfrentar al gobierno, a los ministerios, a las FFAA gritando en los puentes trillizos “Patria o Muerte”. Muchos empresarios me buscaron, muchos de quienes en 10 años no habían tenido que dar nunca más coimas, me buscaron gremiales, gente de la calle, mis vecinos, que me pedían ir una vez más a la reelección. Pero les dije de manera tranquila que si el MSM perdía La Paz porque yo no era candidato, eso significaba que no habíamos trabajado bien, y lo decía con tranquilidad porque sabía que íbamos a ganar. Pero no con cualquiera, con Lucho (Revilla), nuestro mejor candidato. Que no tiene sólo carisma y conocimiento, sino que es también parte de un vigoroso equipo.
¡OH!: ¿Puede considerarse ya al MSM como una alternativa política sólida y viable?
Nuestra tarea tiene tres componentes en la construcción de una nueva alternativa, el primero es el de la construcción ideológica. Somos de izquierda pero eso no es suficiente. Los del MAS también dicen ser de izquierda, aunque tengan a la mitad de la derecha con ellos. Nosotros tenemos que definir con mayor claridad cuál es el perfil ideológico de izquierda del MSM, ¿Somos socialistas, pachamamistas o qué? Estamos rediscutiendo ello. El segundo desafío es la construcción programática.
Debemos tener soluciones para los grandes problemas del país porque aspiramos a ser gobierno del país, y no podemos improvisar cuando lo seamos. No podemos esperar que se acabe el gas para empezar con el litio. No vamos a partir reservas naturales, etc.
En tercer lugar, y esto es esencial, necesitamos una construcción organizacional, necesitamos militantes, cuadros, dirigentes, gente con convicción que retome lo profundo del compromiso político, como lo teníamos los muchachos de hace 40 años atrás, cuando yo tenía 18, y cuando la política era un acto de compromiso con la gente. Aunque fuese riesgoso caer en las manos del coronel Banzer, o de Arce Gómez, lo hacíamos porque la política tenía un sentido de servicio al país, pero eso hay que inculcarlo de nuevo.
¡OH!: Respecto de las elecciones judiciales, ¿de qué se lo acusa y cómo se defiende?
Dicen que estoy induciendo al voto. No se puede hacer campaña por ningún candidato y no lo estamos haciendo, estamos diciéndole a la gente que el MAS nos quiere imponer sus candidatos, decimos que tenemos que recuperar nuestro derecho a decidir y que no vamos a aceptar la lista del MAS. El ‘NO’ es un no al cuoteo, al manoseo y al mal manejo de la justicia. La justicia se ha cuoteado siempre. El ’95, cuando yo era del MBL, ya denunciaba esto. No lo denuncio hoy solamente. Nos pareció bien entonces que sea la gente la que elija a sus jueces, pero se cometió un gran error: entregar a la Asamblea la preselección de candidatos, y ahí se dio el cuoteo interno. ¿Quién es el autor de esto? Evo Morales. El dijo en Tolata hace poco que nuevamente iba a ganar las elecciones. Que lo iba a hacer con más del 60%. Está confesando que son sus candidatos..
Perfil
Juan del Granado
El abogado Juan del Granado (1953, Cochabamba) fue elegido como alcalde de La Paz en 1999 y fue reelecto en noviembre de 2004 hasta el 2010. Milita y dirige el partido Movimiento sin Miedo. Fue aliado del MAS, pero actualmente es uno de los mayores críticos del gobierno.
Del Granado luchó durante 14 años para procesar a Luis García Meza Tejada y a sus principales colaboradores, por delitos cometidos durante esta dictadura de 13 meses entre 1980 y 1981, y logró en 1993 ante la Corte Suprema de Justicia de Bolivia una histórica condena a 30 años de prisión, que el ex dictador cumple en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro.
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