A pedido expreso del presidente Evo Morales, la mayoría oficialista de la cámara de Diputados de la Asamblea Plurinacional aprobó anoche un proyecto de ley para denunciar la Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes y Tráfico de Drogas, en protesta por la penalización al consumo de la hoja de coca.
El objetivo de esta denuncia es la de ‘retirarse’ de esta Convención para dar a conocer a la comunidad internacional la posición de Bolivia sobre su pedido de exclusión de la lista de estupefacientes de la hoja de coca, según explicó el presidente de la Cámara de Diputados, Héctor Arce (MAS).
“La ley está directamente relacionada con la posición firme y determinante del Estado de excluir de la lista de estupefacientes a la hoja de coca y preservar las practicas ancestrales sobre esta planta milenaria, que tiene un valor cultural importantísimo para el Estado boliviano”, indicó Arce.
El legislador dijo además que esta norma establece que en los primeros meses de 2012 el Estado boliviano vuelve a adherirse a esta Convención, pero en calidad de ‘reserva’, es decir que no se acatará la categorización que hace a la hoja de coca como sustancia controlada.
Arce acotó que el hecho de que Bolivia se retire de esta Convención no significa que deje de cumplir con los elementos y disposiciones que hacen a este documento.
La norma, que debe ser ratificada por el Senado, establece que Bolivia podrá suscribir nuevamente esa Convención en 2012, pero expresando sus reservas contra los artículos que prohíben usos tradicionales de la coca, como la masticación, ampliamente practicada por los pueblos andinos.
“Es importante realizar esta denuncia (de la Convención de Viena de 1961) para que nuestro pueblo siga practicando nuestra cultura”, dijo el canciller David Choquehuanca, tras la votación en la Cámara Baja.
Opositores a la medida dijeron que la denuncia de la Convención privaría a Bolivia de ayuda externa para la interdicción del narcotráfico y la erradicación de cocales ilegales, pero el canciller aseguró que el Gobierno mantendrá todos los programas antidrogas. “El proyecto de ley establece que Bolivia seguirá cumpliendo todos, absolutamente todos los elementos comprometidos en esta Convención”, expuso.
El proyecto de ley fue aprobado por amplia mayoría de oficialistas y opositores tras menos de cuatro horas de debate, aunque su aprobación estaba garantizada por la mayoría progubernamental.
El proyecto de ley aprobado por los diputados dice en su único artículo que, “de conformidad con (...) la Constitución Política del Estado, se aprueba la determinación del Organo Ejecutivo de denunciar la Convención Única de Naciones Unidas sobre estupefacientes de 1961, enmendada por el protocolo de 1972".
Añade que la denuncia debe ser hecha formalmente “antes del 1 de julio del 2011” y dispone que “el 1 de enero de 2012, el Órgano Ejecutivo solicitará su adhesión” a la misma Convención de Viena ‘presentando de manera simultánea una reserva’ sobre el artículo que tipifica a la hoja de coca como estupefaciente y prohíbe su masticación.
Por su parte, diputados de oposición cuestionaron la presente norma. En el caso de la diputada María Prado (PPB -Convergencia Nacional), el hecho de retornar a la Convención el 2012, en calidad de reserva, significa no dar ‘cumplimiento’ al tratado.
El diputado Felipe Dorado (PPB - CN), por su lado, dijo que la aprobación de esta norma es dar rienda libre a los narcotraficantes en el país.
“Es una falta de ubicación lo que está pasando al querer aprobar esta norma, quieren dar rienda libre a lo que es la coca que es la base de la cocaína. Es darle rienda libre a los narcotraficantes”, manifestó el legislador.
“Es un hecho terriblemente negativo, porque está marcando una contradicción plena con la finalidad de luchar contra las drogas”, agregó el también diputado de oposición Jaime Navarro, para quien Bolivia está dando “la peor señal ante el mundo”.
Al contrario, el jefe de bancada de los diputados oficialistas, Edwin Tupa, defendió la medida y señaló que defiende “la dignidad de los bolivianos y de la hoja sagrada”.
El diputado masista agregó que los críticos de la medida están a favor del ‘imperio (EEUU), que lamentablemente quiere seguir manteniendo como estupefaciente a la hoja de coca”.
Bolivia está marcada por la coca
Romano Paz | Analista político
El tema de la coca en el país está relacionado directamente con el partido en función de Gobierno, por el mismo hecho de que el presidente del Estado, Evo Morales, es también presidente de las federaciones de cocaleros del trópico cochabambino. Los productores de coca han sido parte importante en las movilizaciones del MAS y han sostenido al actual Gobierno.
Por eso no es extraño que nuestros actuales gobernantes incorporen en sus discursos el tema de la coca como una reivindicación de todos los bolivianos, cuando todos sabemos que esta situación no es tan cierta.
La ‘marca-país’ de Bolivia es que la coca es la base de la cocaína. Eso nos perjudica mucho, resta credibilidad a las políticas del Gobierno y vemos que los cultivos se han ido incrementando, así como también la producción de cocaína, que en los últimos tiempos es alarmante.
Al abandonar la convención de Viena, para el Gobierno en particular se le pueden aparecer una serie de sanciones por parte de la comunidad internacional, especialmente en lo referido a la ayuda económica para la lucha antidrogas o, posiblemente, el cierre de fronteras o nuevas restricciones para los viajeros bolivianos.
Fue anunciado en febrero
Posición. Evo Morales anunció el 1 de febrero que su Gobierno analizaba la posibilidad de denunciar la convención sobre estupefacientes de 1961 si la ONU no retiraba el veto al acullicu o masticado de la hoja de coca. “Estamos explorando otro camino que es la denuncia de la convención de 1961. Es un derecho que tienen los Estados. Vamos a apelar a este derecho, a este mecanismo que nos permita hacer reconocer el uso tradicional de la hoja de coca”, dijo el mandatario en esa oportunidad.
Artículo 49. Hay dos incisos cuestionados por el Gobierno boliviano en el artículo 49 de la Convención. El primero señala que al firmar, ratificar o adherirse a la Convención, toda parte (en este caso el Estado boliviano) podrá reservarse el derecho de autorizar temporalmente la masticación de la hoja de coca (inciso 1c). El segundo (inciso 2e) está referido a las reservas transitorias del documento final, que establecen que “la masticación de hoja de coca quedará prohibida dentro de los veinticinco años siguientes a la entrada en vigor de la presente Convención”.
A favor. Según el canciller Choquehuanca, una declaración de la Unesco a favor del pueblo callahuaya rescata el uso de la coca en sus prácticas medicinales. El Foro Permanente de Cuestiones Indígenas de la ONU “reconoce la importancia cultural de la coca en la región andina y recomienda que se enmienden o supriman aquellas secciones de la Convención que sean incompatibles con los derechos de los pueblos indígenas”.
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